Sus ojos se abrieron. Sin darse cuenta se había quedado dormida en el sillón al marcharse Antonio. Se levantó, apagó las luces y se fue a la cama pasando antes por el baño. Nada más ponerse la camiseta, que utilizaba de pijama, y apoyar la cabeza en la almohada sus ojos volvieron a cerrarse. Estaba verdaderamente cansada. La noche anterior apenas había dormido y llevaba unos días con el trajín de la mudanza. Durmió placidamente toda la noche. Sus ojos volvieron a abrirse con la claridad de la mañana. Miró la hora. Pocos minutos faltaban para las ocho. Se levantó, duchó, se puso ropa de deporte y bajó a la calle a correr.
Llevaba un par de semanas sin hacer deporte. No se había calzado las zapatillas para correr desde su vuelta a España. Se enchufó los auriculares y salió de casa guardándose las llaves en el bolsillo de la sudadera. Tengo que hacer copia de las llaves pensó mientras bajaba corriendo las escaleras tropezando con Antonio que salía de su casa.
_Buenos días_le dijo un sonriente Antonio.
Alicia se quitó los auriculares mientras le devolvía el saludo notando que sus pulsaciones comenzaban a acelerarse y no precisamente por bajar las escaleras corriendo.
_¿A correr?
_Sí, desde mi vuelta no lo había hecho y ya es hora de retomar los buenos hábitos.
_Si en vez de hacerlo por la mañana vas por la noche podemos salir a correr juntos. Yo salgo a correr casi todos los días, tiene que ser que llegue muy cansado a casa para que no salga.
_Vale. ¡Qué tengas un buen día!_Dijo Alicia con intención de seguir su camino.
_Alicia_la llamó Antonio haciendo que ella volviera a quitarse los auriculares y se girara desde el único peldaño que había bajado.
_Dime
_¿Nos vemos esta noche?_Le preguntó acercándose a ella y colocándole un mechón de pelo rebelde que se había escapado de la coleta.
_Esta noche no puedo he quedado, tengo una cena._Contestó mientras notaba la calidez de los dedos de Antonio acariciándole la mejilla.
_Nada entonces, otro día.
_Sí, otro día._Dijo ella sin poder apartar los ojos de los labios que horas atrás la habían besado.
_¿Con Gonzalo?
_No, bueno sí, con Enrique, la novia y Gonzalo, ¿por?
_No, por nada. Bueno, te dejo o llegaré tarde._Dijo un serio Antonio abriendo la puerta del ascensor mientras ella retomaba la marcha por la escalera.
Un par de minutos más tarde Antonio abría la puerta del ascensor tropezando una vez más con Alicia. No pudo evitar dedicarle una sincera sonrisa al volverla a ver. Tenía tantas ganas de volver a besarla. No se lo pensó dos veces. La sorprendió agarrándola de la mano y besándola sin darle tiempo a reaccionar.
_¡Qué tengas buen día! Me voy a los juzgados que se me hace tarde._ Dijo desde la puerta de la calle mientras Alicia intentaba reponerse de la impresión.
Un par de minutos más tarde tras haber tomado aire y recuperado el aliento Alicia retomó su marcha. Saludó a una señora mayor ,que entraba al edificio, y salió a la calle aumentando la marcha ligeramente. Nada más salir notó el aire de la mañana en la cara. Llegó a la esquina y sin pararse esperó el cambio de semáforo escuchando el bocinazo que le dedicaba Antonio al pasar por su lado. Alicia se sobresaltó y lo saludó con la mano. Acto seguido cruzó y siguió su marcha por un par de calles mientras pensaba en lo que había pasado entre ella y Antonio y su significado. La música de su ipod se fundía con sus pensamientos. Una hora más tarde entraba de vuelta en su portal, esta vez sí hizo uso del ascensor.
Tras una buena ducha reparadora y desayunar se sentó frente al ordenador a ver el correo. La mayoría propaganda, un par de correos de amigos de Nueva York, otro de Brian preguntándole qué tal estaba y uno de su nuevo trabajo. La revista de viajes le pedía incorporarse en breve, le indicaban los sitios a visitar, fotografíar y escribir sobre ellos, querían que comenzara por las islas. Primero visita por el archipiélago canario, a las dos capitales de provincia, querían algo más que el sol y la playa. Luego tocaba visita a las Baleares y después un amplio número de capitales de provincia por toda la península ibérica.
Habían aceptado sus condiciones salariales, los viajes y la estancia corría a cargo de la revista. Alicia les contestó enseguida aceptando la propuesta y confirmándoles su incorporación la siguiente semana. Estaba contestándole a Brian cuando un nuevo correo de la revista le llegaba diciéndole que el lunes le enviarían datos de su vuelo y de los hoteles. Aquella no era la primera vez que Alicia trabajaba para ellos. Anteriormente lo había hecho desde Nueva York, le habían pedido hacer una serie de reportajes sobre los sitios turísticos y otro sobre aquellos sitios poco conocidos que deberían ser visitados.
Les había gustado tanto su trabajo que después vinieron un par de encargos más en un par de estados más. Alicia trabajó encantada para ellos, por eso, cuando les dijo que volvía a España y le propusieron los reportajes ella no se lo pensó dos veces. Puso sus condiciones y ellos habían dicho que sí. Ella sabía perfectamente que necesitaba aquel trabajo para poder llevar a cabo sus exposiciones, que de ellas no podía vivir, además los viajes le daba la oportunidad de conocer lugares nuevos que fotografiar.
***
Casi estaba preparada. Alicia se observaba en el espejo, había elegido un vestido corto negro sin mangas y cuello bebé de color blanco, medias cristal y unos taconazos de charol con pulsera. Sí, le gustaba el resultado,se retocó el lapiz de labios se soltó la melena y puso unas gotas de perfume. Miró la hora. Era hora de salir y buscar un taxi para llegar al restaurante donde había quedado con Enrique. Metió un par de bolsos en su pequeño bolso y salió de casa. No tuvo que esperar el ascensor estaba en su planta. Entró en el ascensor, cerró la puerta y pulsó el cero pero se paró en el piso de abajo. Para sorpresa Antonio entraba en el ascensor.
_Hola_se saludaron al unísono mientras sus ojos soltaban chispas.
_Estás muy guapa_dijo Antonio colocándose frente a ella.
_Gracias. Al final, vas a salir.
_Sí, he quedado con Andresito y Juan, cena de hombres.
_Bueno, pues, que se lo pasen bien._Comentó Alicia abriendo la puerta del ascensor.
_Lo mismo te digo._Dijo Antonio rozando sus dedos por el brazo de ella._¿No tendrás frío?
_¿Frío? ¡Mierda, me he dejado la chaqueta sobre la cama! Nada he de volver a subir._Dijo entrando otra vez en el ascensor.
_Venga, te espero y te acerco.
_No te preocupes, no hace falta, no llegues tarde por mi culpa.
_Tengo tiempo de sobra y tu hermano y Juanillo pueden esperar. Ve a por la chaqueta, te espero en la puerta.
Alicia cerró la puerta del ascensor. Pulsó el cuarto mientras notaba el insesante revoloteo de las mariposas en su estómago. Un par de minutos más tarde y con la chaqueta puesta Alicia salía del ascensor contemplada por Antonio, que la esperaba fumando en la puerta de la calle.
_¿Vamos?_Preguntó apagando el cigarrillo.
_Cuando quieras. No contaba yo con lo de tener chófer.
_Para usted lo que sea señorita._Bromeó Antonio.
_Gracias, caballero._Respondió Alicia continuando con la broma.
_Allí enfrente_dijo Antonio agarrándola de la mano para cruzar_, manos frías.
_Corazón ardiente_ continuó Alicia arrepintiéndose de sus propias palabras.
Nada más subirse al coche Alicia le dijo a donde iba, la casualidad del destino o que, definitivamente, no hay ciudad lo suficiente grande para que dos personas no se encuentren, Antonio iba a la misma zona.
_Ya es casualidad. No coincidimos en restaurante de casualidad porque se barajó la posibilidad.
_Vaya_dijo Alicia.
_Si quieres luego podemos quedar y venimos juntos para casa._Soltó Antonio como el que no quiere la cosa.
_Eh, bueno, no sé que van a hacer estos después de cenar._Titubeó Alicia.
_Bueno, si quieres te llamo y ya me cuentas o me llamas, si seguimos estando en la misma zona es una tontería que cojas un taxi._Dijo Antonio_Vaya esto es tener suerte_dijo al ver que un coche salía y él podía ocupar la plaza de aparcamiento.
Salieron del coche y dirigieron sus pasos hacia la calle donde los esperaban sus amigos. Al doblar la esquina se encontraron con Andrés y Juan, que esperaban a Antonio en la puerta del restaurante al que iban.
_Eh, hermanita, ¿qué haces aquí? ¿Esto no era una cena de sólo hombres?_Dijo Andrés dándole un par de besos a su hermana_Tenemos que hablar._Le dijo al oído.
_No, yo me voy. He quedado por aquí cerca, ya los dejo._Dijo Alicia _Hola, Juan, cuánto tiempo_dijo dándole un par de besos al chico.
_Sí, pero tú estás igual. Miento más guapa.
_Gracias, bueno, me voy que llego tarde._Comentó retomando su marcha y dirigiéndole la mirada a Antonio que no le quitaba ojo.
_Hablamos.
_Vale.
Alicia siguió su camino hasta la esquina de la calle donde estaba el restaurante. Antonio la observaba alejarse mientras Andrés contemplaba a su amigo confirmando sus sospechas. Antonio sintió una punzada en el estómago al ver que Alicia se encontraba en la puerta con Gonzalo y se saludaban cariñosamente.
_¿Entramos?_Preguntó Andrés a su amigo mientras Juan se adelantaba.
_Sí._Contestó serio.
Antonio y Andrés entraron. Juan les hacía señas desde la mesa que habían reservado. Andrés estaba deseoso de sentarse y acribillar a preguntas a su amigo. Siempre supo que Antonio bebía los vientos por su hermana pero ahora lo veía más claro. No hacía falta que le confirmara nada pero él quería escucharlo de su propia boca. Juan ya estaba pidiendo las cervezas cuando ellos se sentaron en la mesa. Tras pedir los platos de cada uno, comentar lo mucho que no hacían una salida de solo hombres y tener las bebidas sobre la mesa Andrés comenzó con su particular investigación.
_Y bien._Dijo mirando a Antonio mientras Juan y Antonio lo miraban sin entender.
_Bien, ¿qué?_Preguntó Antonio.
_A ver Antoñito, ¿desde cuándo nos conocemos? ¡Desde los tres años! ¿Crees que no te conozco? ¿Crees que no me he enterado de lo que pasa?
_¿De qué hablas?_Preguntó Antonio imaginando por donde iban los tiros.
_Pareces tonto, tío, a ver así no me extraña que se te hayan adelantado un millón de veces. A ver, ¿crees que me he dedicado a boicotear relaciones de mi hermana por puro gusto? ¿Crees que me he caído de un guindo? ¿Piensas que no sé que estás coladito por ella?_Comentó sin poder evitar las risas Andrés.
_Joder, pero eso lo sé hasta yo._Dijo Juan mientras Antonio alucinaba en colores.
_¿Qué?
_Antoñito que eres un libro abierto, que la única que parece no haberse dado cuenta es mi hermana.
_Bueno, ahora creo que algo intuye._Dijo Antonio recordando los besos de la noche anterior y de aquella mañana.
_Hombre, ¿le has dicho algo?
_Más o menos...
_¿Qué es más o menos? Mira que a los mujeres les has de dejar las cosas claras, no quieren medias tintas_dijo Juan dándole un trago a la cerveza mientras les servían la cena.
_¿Qué es lo que le has dicho?_Preguntó Andrés.
_Nada, la he besado...
_Eso es ser directo pero no ser claro_lo interrumpió Juan._, o le dices que la besas porque la quieres o no lo va a tener claro, te lo digo en serio, que las mujeres son muy raras. No hay quién coño las entienda._Continuó Juan.
_¿Y bien? ¿Le has aclarado algo? ¿Le has confesado tus sentimientos o no?_Preguntó Andrés dándole un bocado a su solomillo.
_No, no le he dicho nada.
_¿Por qué?_ Preguntó Andrés.
_Porque a tu hermana le gusta Gonzalo, eso lo sé, vi como se miraban el otro día, y a ese no le vas a poner pegas. Te lo digo yo, joder si hasta yo le daría el visto bueno.
_Pero, a ver....¿mi hermana que hizo cuando la besaste? Joder, que poco me gusta esto de saber de los rollos de mi hermana...¿te besó o te dio un guantazo?_Dijo entre risas.
_ No, no me dio un guantazo. Anoche me lo devolvió pero quizás porque llevaba un par de copas de vino y esta mañana no le dio tiempo a reaccionar...
_Ah, repetimos beso._Lo interrumpió Juan._Esto se anima.
_Me la tropecé en la escalera, ella se iba a correr y yo a trabajar. Quería haber quedado hoy con ella, hablar de esto pero ella ya había quedado con Gonzalo.
_Joder con mi hermana, sí que está siempre solicitada.
_Entonces a ti lo del código ético te da igual._Dijo Antonio.
_¿El código ético? No me jodas, Antoñito que si nunca le has dicho nada a mi hermana es por esa gilipollez del código ético de cuando éramos pequeños._Comentó Andrés sin poder parar de reirse.
A pocos metros de allí Alicia reía con sus amigos. Beatriz y ella se habían dado un largo y sincero abrazo. Hacía casi nueve años que no se veían. Siempre habían sido buenas amigas, las mejores amigas pero su relación se había distanciado un año antes de la partida a Estados Unidos de Alicia. Gonzalo había sido parte del problema. Ana, prima de Beatriz, acababa de conocerlo y se había enamorado de él, Alicia le confesó a su amiga que se sentía atraída por Gonzalo. Beatriz le dijo que no se confundiera, que ella no estaba enamorada de Gonzalo, que era pura atracción física y que no se metiera en medio de él y su prima. Alicia se sintió dolida, traicionada por su propia amiga y ,como no quería meterse en medio, se alejó de ellos. Primero dejó de salir con el grupo de amigos comunes, luego puso tierra y mar por medio.
_Así que Nueva York, te marchaste y no nos dijiste nada._Dijo Beatriz.
_Ya, tampoco pensé yo quedarme tanto tiempo por allí.
_Y casarte..._Interrumpió Gonzalo mirándola fijamente a los ojos haciéndola estremecer.
_Bueno, tú también te casaste._Dijo Alicia.
_Sabéis lo curioso, chicos, yo siempre pensé que vosotros terminaríais liados_comentó Enrique, el cual no sabía nada del motivo del alejamiento de Alicia y su futura mujer._.Pero entró la posesiva de Ana, perdona cariño que sé que es tu prima, pero es que es insufriblemente celosa._Continuó mientras Alicia le dedicaba una mirada a Beatriz y esquivaba la de Gonzalo.
_¿Postre?_Preguntó el camarero mientras recogía los platos.
_Yo no, gracias_dijo Alicia.
_¿Compartimos un trozo de tarta de chocolate que aquí la hacen muy buena?_Preguntó Beatriz a Enrique.
_Vale.
_Yo café _contestó Gonzalo.
_Que sean dos._Dijo Alicia mientras volvía a sentir un escalofrío al notar la mirada de Gonzalo. Sintiéndose confundida por sentir el mismo revoloteo de mariposas que por Antonio.
_Podríamos ir a bailar._Comentó Beatriz._Hace mucho que no vamos, ¿os apetece?_Continuó._Anda, decid que sí._Dijo mimosa.
_Sí, así me puedo cobrar los bailes que me debe esta señorita._Dijo Gonzalo mirando a Alicia.
_¿Te debo bailes?_Le preguntó divertida Alicia.
_Mínimo dos, el de mi boda y el de la tuya._Comentó guiñándole un ojo.
***
Indudablemente Gonzalo seguía siendo una estupenda pareja de baile. A pocos chicos había conocido que se movieran tan bien como él. Sus miradas se cruzaban mientras bailaban al ritmo de la música. Alicia se sintió transportada años atrás. Que diferente hubiese sido todo pensaba mientras sonreía a su amigo. Igual no tenía que haberme hecho a un lado. No, Alicia, tu vida profesional es la que es gracias a eso si no igual no te hubieses ido a Nueva York, decía su voz interior mientras ella notaba las manos de Gonzalo acercarla hacia él para bailar el Llamando a la Tierra de Mclan.
Alicia se dejó llevar. Le encantaba esta canción, le traía muy buenos recuerdos de años atrás y recordaba que aquella era precisamente una de las canciones favoritas de Gonzalo. Alicia notó las manos de Gonzalo acariciarle la espalda mientras ella recibía el aroma del perfume de él. Seguía usando la misma colonia, no había cambiado en todos aquellos años.
_Sabes que ésta es una de mis canciones favoritas._Le dijo Gonzalo al oído.
_Sí, lo recuerdo._Le contestó dedicándole una sonrisa.
_¿Sabes el motivo?_Le preguntó él.
_No, bueno, la verdad es que la canción es muy bonita._Dijo Alicia.
_Porque en el noventa y nueve, la primera vez que te vi, sonaba esta canción._Le dijo sin dejar de mirarla mientras la estrechaba con más fuerza y la besaba, pillándola totalmente desprevenida.
Siguieron bailando hasta terminar la canción. Alicia sentía que las piernas le flaqueaban. ¿Qué demonios le estaba pasando? ¿Podía sentirse atraída por dos hombres al mismo tiempo? Alicia, aclárate o esto acaba mal,oyó decir a su voz interior mientras Gonzalo la agarraba de la mano y la sacaba de la pista dirección a la barra donde estaban Enrique y Beatriz.
_Chicos, nosotros nos vamos que aún nos quedan invitaciones por repartir y estamos a un mes de la boda._Comentó Beatriz._Alicia me ha encantado volver a verte_le dijo abrazándose a su amiga_,siento lo de hace nueve años_le murmuró al oído_, igual me equivoqué. Se les ve muy bien juntos._Dijo sonriendo.
,
_¿Qué?_Le preguntó Alicia._¿Qué se nos ve bien?_Le preguntó apartándola de los chicos._Bea no me vengas con esto ahora. No sé si decirte que me jodiste la vida o gracias a ello estoy profesionalmente donde estoy pero mejor olvidarnos y entre Gonzalo y yo no hay nada...
_No lo parece y será porque no quieres. Ves, igual sólo era un capricho lo de hace nueve años.
Alicia no podía creer lo que estaba escuchando. Ella pensaba que podía olvidar. De hecho había perdonado a su amiga pero al escucharle volver a escuchar sus palabras le dieron ganas de abofetearla.
_Bea, olvídate de mí. Ah, y perdona pero no voy a poder haceros las fotos de la boda. De hecho, no sé si podré asistir.
Gonzalo y Enrique habían asistido al último tramo de la conversación. No entendían nada. No sabían que había pasado para que Alicia y Beatriz se pelearan y Alicia hubiese decidido no sacarles las fotos de la boda, cuando ella misma se había ofrecido.
_¿Vamos a tomarnos algo a un lugar más tranquilo?_Preguntó Gonzalo.
_Vale_contestó recogiendo su chaqueta y bolso.
Caminaron en silencio por la calle. Uno al lado del otro. Gonzalo no sabía si debía preguntarle a su amiga qué había pasado. Durante la cena todo había ido bien y ahora parecía que la vieja amistad entre sus dos amigas era imposible de recuperar. Cruzaron la calle y Gonzalo le indicó un pequeño bar con música ambiente. Se sentaron lejos de la puerta y enseguida se les acercó el camarero. Pidieron un par de gin tonics y el silencio volvió a apoderarse entre ellos hasta que Gonzalo decidió romper el fuego.
_¿Puedo preguntar qué ha pasado? ¿Ha tenido que ver esta discusión con lo que pasó hace nueve años?
_¿Tú sabes lo que paso hace nueve años?_ Preguntó una sorprendida Alicia.
_No, no tengo ni idea. Sólo sé que algo que no sólo te alejó de ella, del resto de amigos sino también de mí._Dijo mirándola a los ojos y acariciándole las manos.
_Ufff, Gonzalo. A ver, ¿por dónde empiezo?
_¿Por el principio?_Preguntó dedicándole una sonrisa mientras jugaba con sus dedos.
_Tú, tú tuviste la culpa._Dijo dándole un trago a su copa.
_¿Yo? ¿Me lo explicas?_Preguntó un atónito Gonzalo.
_Hace nueve años yo... creí estar enamorada de ti justo cuando apareció Ana...
_¿Qué?_Preguntó Antonio pensando lo diferente que podía haber sido su vida.
_Yo no estaba segura de mis sentimientos. Estaba genial contigo y de pronto noté que había algo más. Incluso llegué a pensar que era recíproco...
_Lo era_Interrumpió Gonzalo.
_Se lo comenté a Beatriz y me dijo que sólo era un capricho, que no me metiera entre tú y Ana y eso me sentó mal. No me gustó su forma de decírmelo, como si yo fuera una caprichosa. No sé me cabreé con ella y me entraron las dudas de mis propios sentimientos y , por eso, me alejé y ...cuando me salió la oportunidad del viaje no me lo pensé.
_¡Joder con Beatriz! ¿Quién la manda a meterse por medio?
_Eso da igual ahora.
_Pero,espera y ahora qué ha pasado entre vosotras.
_Ha salido el tema porque me ha dicho que nos veía muy bien juntos y yo le he dicho..._Alicia titubeó._que entre nosotros no había nada y entonces me soltó que igual hace nueve años tenía razón y sólo era un capricho mío. Me ha dolido. No me gustó su forma de decírmelo. Creí que había olvidado lo ocurrido pero no.
Gonzalo la miraba asombrado. Nunca imaginó que el enfado de sus dos amigas tuviera algo que ver con él. Ahora era él quien estaba cabreado con Beatriz. Si no se hubiese metido por medio igual Alicia y él hubiesen tenido una relación.
_Alicia...yo siempre estuve enamorado de ti._Terminó diciendo._Cuando te vi el otro día no me lo podía creer. Mi sueño hecho realidad aparecías después de tantos años y pensé que ésta era mi oportunidad de tenerte, de estar contigo.
Alicia lo miraba atónita y confundida. ¿Cómo le explicaba a Gonzalo el lío de sentimientos que tenía?¿Cómo les explicaba a él y a Antonio que sentía algo especial por los dos? Notó la mirada penetrante de su amigo sobre de ella y sin darse cuenta se había sentado a su lado y volvía a besarla justo en el momento que su hermano, Antonio y Juan entraban en el bar.
Elva Marmed