La voz de Sergio Dalma sonaba por toda la casa mientras Alicia se peleaba con el taladro. Aprovechando que se había cruzado con Antonio ,cuando ambos regresaban de correr, le había pedido el taladro para aprovechar la mañana colocando las fotos. Antonio se había ofrecido a ayudarla tras la comida con sus hermanos pero ella estaba decidida a hacerlo por ella misma. No era la primera vez que manejaba un taladro, no se le daba mal, pero definitivamente no era lo suyo. Sí, ahora el salón parecía otra cosa. Las paredes ya no estaban desnudas. Ahora sí, ya ,por fin, sentía aquella como su casa. Aquel era el lugar al que quería volver tras sus viajes laborales.
_¿Cómo es posible haber levantado tanto polvo por cinco agujeritos de nada?_Se preguntó Alicia en voz alta al ver el polvillo blanco que había sobre los muebles y por el suelo. _Hala, guapa,¡ a limpiar!
Alicia se puso manos a la obra. Terminaba de limpiar el salón cuando el timbre de la puerta la sobresaltó. No esperaba a nadie. Dudaba que fuera Antonio porque tenía comida familiar y no había quedado con nadie, al menos que ella recordara. Dejó la fregona en la puerta de la cocina y salió a abrir.
_¡Vaya, a ti si que no te esperaba!_ Exclamó al ver a Beatriz en la puerta.
_¿Puedo pasar?
_Creía que ya me lo habías dicho todo._Comentó mientras le abría paso.
_Bonito piso. Vaya, estabas limpiando.
_No pasa nada, ya había terminado. Me ha tocado limpiar al haber taladrado.
_¿Son tuyas las fotos?
_Todas no. Aquella es de Brian._Indicó señalando una foto en blanco y negro de Coney Island llena de gaviotas y a una chica correteando por medio de ellas.
_¿Eres tú?_Preguntó Beatriz observando la foto con detalle.
_Sí.
_Uau, ¿no da un poco de cosa estar entre ellas?Son verdaderamente grandes.
_En realidad, se asustaban más ellas de mí que yo de ellas.Bueno, ¿a qué has venido? Dudo que vinieras para hablar de fotos.
_No, no he venido a ver las fotos._Dijo Beatriz mirando a su amiga mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.
_Eh, ¿qué pasa? No llores._La consoló Alicia acercándose a ella y tomándola de la mano para calmarla._¿Quieres beber algo? ¿Un café? ¿Té? ¿Un coca cola?
_Una coca cola, por favor.
_Siéntate, ya vengo.
Alicia fue un momento a la cocina. Nada más entrar respiró profundamente. Beatriz había sido siempre su mejor amiga y no le gustaba estar enfadada con ella. No soportaba verla llorar. ¿Qué le pasaba? ¿Se pelearía con Enrique? Abrió la nevera cogió un par de latas de coca cola y las sacó al salón.
_¿Quieres un vaso?
_No, no, así está bien.
Alicia se sentó en el sillón junto a su amiga tras dejar los botes de coca cola sobre un par de posavasos en la mesa.
_Bueno, ¿me vas a contar qué ha pasado?
_Alicia, perdóname. Llevaba toda la semana ilusionada por volver a verte y, justo cuando comienzo a recuperar a mi mejor amiga meto la pata hasta el fondo, jodiendo cualquier posible reconciliación._Comentó entre lágrimas._He sido una imbécil. Yo...yo no tenía que haberme metido entre tú y Gonzalo en su momento, mira todo lo que ha pasado desde entonces, mi prima resultó ser una inestable, una loca posesiva que llegó a inventarse hasta un embarazo para que él no la dejara y yo en vez de..._Beatriz rompió a llorar desconsoladamente.
Alicia notaba que le estaba costando controlar sus propias lágrimas. No soportaba ver a la gente llorar y menos a aquellos que le importaban. Beatriz entraba en ese grupo, por mucho que hubiesen estado alejadas la casi última década, demasiadas vivencias las unían. Se levantó y fue al baño a por una caja de pañuelos de papel. Volvió a sentarse y le limpió la cara a su amiga.
_¿Nunca te han dicho que te pones fea cuando lloras?_Intentó bromear Alicia para que su amiga se relajara._No pasa nada. A ver, yo no sé que hubiera pasado entre Gonzalo y yo si no hubiese sido por Ana, pero eso es el pasado. Mira al estar libre me fuí a Nueva York conocí a Brian, he hecho varias exposiciones.Igual no era nuestro destino.
_Sí pero lo que te dije el otro día no tiene perdón y, de verdad, no sé por qué lo dije._Interrumpió Beatriz.
_Vale, nos olvidamos de eso. Estaba fuera de lugar el comentario, yo no entendí nada de nada. No comprendí a cuenta de qué me lo decías pero ya está. Formateamos la memoria y ya está._Comentó Alicia mientras Beatriz la abrazaba sin parar de llorar._Eh, que vas a terminar contagiándome las lágrimas. Hala, ya está. No llores más o ¿pasa algo más?
_Enrique se ha enfadado conmigo porque no entendía qué había pasado el viernes y le conté lo que había hecho entonces y ocho años atrás. Me dijo que no me conocía, que quién me había mandado meterme entre tú y Gonzalo. No me habla desde el viernes, ¿sabes lo que es compartir casa con alguien que no te habla?
_No, pero debe ser horrible pero eso lo tienes que arreglar tú con él. Ahí no te puedo ayudar. Venga y deja de llorar. Dile que no se preocupe que yo les hago las fotos de la boda._Bromeó Alicia.
_¡Cuánto te he echado de menos!_Dijo volviendo a abrazar a su amiga.
_¡Y yo a ti!_Contestó sinceramente Alicia._Y más en estos momentos en los que me estoy volviendo loca por no entenderme a mí misma.
Alicia le contó a Beatriz todo lo que le estaba pasando. Los quebraderos de cabeza por no saber si estaba enamorada o no. Si quería estar con Gonzalo o con Antonio. Ambas coincidieron en que era una chica con mucha suerte por tener ese tipo de dilemas. Alicia decía que sí , que no podía quejarse. Trabajaba en lo que le gustaba. Tenía una exposición a la vista. Tenía a dos hombres a sus pies, dispuestos a complacerla y a esperarla.
_Igual deberías hacerte bígama_bromeó Beatriz.
_Quita, quita, demasiados quebraderos da uno como para tener dos._Continuó la broma Alicia.
_Ali, no sabes cuánto me alegro que estés confiando en mí.
_Y yo de que me hayas escuchado, no está mal que tu mejor amiga sea psicóloga._Dijo risueña Alicia guiñándole un ojo.
_Bueno, creo que me voy a ir. Voy a intentar hablar con Enrique, yo no soporto más esto._Dijo levantándose del sillón._¿Nos vemos antes de que te vayas esta semana?
_Cuando sepa exactamente cuando me voy te llamo y quedamos._Dijo abrazando a su amiga y dejándole un par de besos en las mejillas._Te mantendré al día de mis devaneos amorosos y no dejes de decirme si se arregla todo, que ya verás que sí.
Nada más cerrar la puerta Alicia sonrió. Se sentía bien. Le gustaba la idea de volver a tener a Beatriz a su lado. Volver a tener al lado a su pañuelo de lágrimas, confidente, compañera de fiestas, de estudios...amiga, para que buscar más calificativos cuando la simple palabra "amiga" lo abarca todo. Una de sus mejores cualidades era su capacidad para hacer borrón y cuenta nueva, de no guardar rencor, de ser capaz de olvidar y hoy lo había demostrado al pasar página y estar con Beatriz, como si nada hubiese pasado entre ellas.
Alicia tiró el agua del cubo, que seguía estando ante la puerta de la cocina, recogió el resto de los trastos de limpieza y guardó el taladro en su maletín.Eran las dos pero no tenía ganas de ponerse a preparar comida, así que optó por la vía rápida haciéndose una ensalada. No le gustaba comer sola, le parecía triste. Aprovechado los rayos de sol que daban en la terraza sacó la comida y se sentó a comer bajo los tímidos rayos de sol. En media hora estaba fregando el plato y sus cubiertos.
Una vez más Sergio Dalma volvía a sonar por la casa. Alicia se dio cuenta que hacía unas cuantas horas que sonaba y resonaba las mismas canciones. Era hora de cambiar la selección en el Ipod. Eligió música al azar y tras coger su libro electrónico se tumbó en el sofá a leer tranquilamente. Leía El Diario de Lucía no conocía a la escritora pero le habían hablado bien del libro y allí estaba ella dispuesta a tener su propìa opinión sobre el mismo. Nada más comenzar la lectura se enganchó a la historia. Aquella chica era ella, al igual que la protagonista se encontraba ante el dilema de no saber a quién elegir. Había leído la historia de un tirón. Debía mirar en internet si la escritora tenía más novelas, le había encantado su manera de transmitir emociones, de ponerse en la piel de los personajes. El timbre la hizo volver a la realidad. Dejó el libro sobre el sillón y se levantó a ver quién era. Imaginándose que sería Antonio y notando una punzada en el estómago.
_Hola.
_Hola.
_¿Soy bienvenido? Eh, veo que ya has colocado las fotos._Dijo Antonio entrando en el piso._Vaya y yo que venía en plan machote a ayudar a la dama en apuros y colocar los cuadros. _Dijo guiñándole un ojo mientras Alicia cerraba la puerta extrañada y decepcionada por la falta de beso. ¿Pasaba Antonio ya de ella y sus líos amorosos?_¿Un café?Yo aún no he tomado que me senté a leer y acababa de apagar el libro cuando has llegado.
_Vale. ¡Me encantan tus fotos! Eh, esa es genial._Dijo observando la foto de un viejo faro de cerca._¿Dónde es?
_Es el faro de Blackwell Island.
_Me gusta, y ésta también me gusta._Comentó indicando otra foto en la que aparecía el faro de Staten Island._Eh, ésta de aquí eres tú_escuchó Alicia desde la cocina mientras preparaba la cafetera._,imagino que la foto es de Brian.
_Imaginas bien_contestó Alicia desde la puerta.
_Están muy chulas las fotos, me gustan._Dijo acercándose a Alicia._Y veo que no has tenido problemas con el taladro.
Alicia notó que se le aceleraban las pulsaciones al tenerlo cerca. Tenía unas ganas locas de besarlo pero retenía sus impulsos. No quería crear falsas esperanzas hasta no estar totalmente segura de cuáles eran sus sentimientos.
_Tenías pensado algo para esta tarde_comentó Antonio mientras le colocaba un mechón de pelo que se le había soltado de la coleta.
_¿Algo? ¿Esta tarde?_Preguntó inconexamente Alicia.
_Eh, ¿he de resetearte?_Bromeó Antonio._¿Te apetece ir a dar un paseo?_Preguntó pasándole un dedo por la cara.
Alicia notaba que su corazón iba a salirse de su pecho de un momento a otro. Aquella situación iba a acabar con ella. Notaba la cara de Antonio cada vez más cerca cuando el pitido de la cafetera comenzó a sonar y nuevamente tocaban en la puerta.
_¿Abro?_Preguntó Antonio mientras Alicia sentía una bocanada de calor que le recorría por todo su cuerpo._¿Estás bien?_Preguntó risueño.
_Sí, sí a ambas preguntas. Voy a apagar la cafetera.
Hasta la cocina le llegó la voz de su hermano y Helena saludando a Antonio. Alicia no sabía si alegrarse por la visita inesperada o no. Parecía que siempre había alguien que los interrumpía, quizás, el destino lo quería así. Apartó la cafetera del fuego y salió al salón.
_Hola, hermanita, yo te imaginaba sola y aburrida en casa pero veo que me equivocaba._Comentó tras darle un par de besos.
_Hola, Helena, habéis llegado con el olor del café.
_Oye te ha quedado muy bonito_comentó Helena.
_Chicos,sentaros que ya traigo el café.
_Espera que te ayudo_dijo Antonio siguiéndola._Está claro que tú y yo no podemos estar solos._Bromeó Antonio una vez en la cocina haciendo que a Alicia le saliera una risa tonta.
La tarde pasó rápida entre risas, intercambio de anécdotas y visionado de fotos. Alicia tuvo que sacar varias de sus carpetas porque nada más ver las que había colgado en el salón, su hermano, Helena y Antonio querían ver más. A las nueve decidieron salir a cenar, así que Alicia se cambió las mallas y la camiseta por vaqueros y una camisa. En apenas quince minutos salía de su habitación vestida, peinada, ligeramente maquillada y perfumada.
_¿Nos vamos?_Preguntó nada más entrar en el salón.
_Vamos_ contestó su hermano.
Nada más salir a la calle Alicia vio a un sonriente Gonzalo acercándose a su portal. La sonrisa desapareció de su cara nada más ver que Antonio estaba en el grupo que estaba con ella.
_Hola, ¿qué haces por aquí?_Preguntó Alicia dejándole un par de besos mientras veía como él y Antonio se saludaban cordialmente.
_Nada, estaba por aquí cerca y pensé en pasar e invitarte a cenar pero veo que debí haber llamado antes.
_Nosotros vamos a cenar por aquí cerca, ¡vente con nosotros!_Dijo al tiempo que pensaba que debía estar volviéndose loca al invitar a Gonzalo. Cenar con él y Antonio al mismo tiempo no sabía si era una muy buena idea.
_No, déjalo, ya nos vemos esta semana antes de que te vayas.
_Chicos, id caminando que ahora os alcanzo._Dijo Alicia que se sentía culpable de la situación._Puedes venir te lo digo en serio._Dijo cuando Antonio, su hermano y Helena se habían alejado.
_No, no creo que sea una buena idea_dijo Gonzalo._,y que conste que Antonio me cae bien, eso hace peor esta situación. Sólo vine porque no he sabido nada de ti en todo el día.
_Es que estuve con Beatriz.
_¿Bea? ¿Estuviste con Bea?
_Sí, vino por aquí. Pensé que tú le habías dado mi dirección.
_No, no fui yo. ¿Qué le pasaba?
_Quería disculparse conmigo y bueno parece ser que Enrique se ha enfadado con ella, espero que lo arreglen. Bueno, ya te contaré en otro momento.¿De verdad no quieres venir?
_¿Te apetece estar entre Antonio y yo? ¿Crees que es una buena idea?_Dijo recuperando la sonrisa.
_No, creo que no.
_Vale, quedamos esta semana._Dijo acercándose a ella y dejándole un cálido beso en los labios._Hasta otra, pásalo bien pero no tanto.
_Hasta luego._Contestó ella alejándose de él rumbo a la pizzeria.
Nada más llegar a la pizzeria Alicia los vio al fondo. Andrés le hacía señas desde la mesa. Alicia se sentó junto a Antonio, quien respiró tranquilo al ver que Gonzalo no venía con ella.
***
Andrés y Helena se fueron caminando en dirección contrario a la de ellos. El restaurante estaba a mitad entre las casas de las dos parejas. Antonio y Alicia regresaban paseando tranquilamente hablando de trivialidades. Entre ellos flotaba la imagen de Gonzalo.
_Ha estado bien la cena._Dijo Alicia sin saber qué decir.
_Sí, hacen muy bien las pizzas pero su mousse no está tan bueno como el tuyo.
_Gracias, eso me recuerda que sigo teniendo un par de mousses en la nevera. No sé si siguen estando buenos. ¿Te apetece tomarlo de postre?
_Vale_contestó entrando en el portal.
Antonio abrió la puerta del ascensor y la dejó pasar. No estaba seguro de si Alicia lo invitaba de manera inocente o con toda la intención de pasar un rato con él a solas. No, no perdería la oportunidad de ese rato de intimidad.La excusa del mousse era perfectamente válida. Salieron en silencio del ascensor y continuaron así hasta entrar en casa de Alicia.
_Voy a por los mousses pero si terminamos en el hospital no me lo tengas en cuenta.
_Vale_dijo entre risas Antonio mientras Alicia encendía la luz de la cocina y abría la nevera.
_Parecen estar bien_dijo oliendo las copas.
_Probemos a ver._Dijo cogiendo la cuchara de postre que le daba ella y siguiéndola hasta la terraza.
_Hace fresquito pero se está bien.
_Uhm, esto está muy bueno.Insisto que está más bueno que el de mi madre y, que cualquiera que haya probado antes.
_Gracias.
Un par de minutos más tarde ambos habían terminado con el mousse. Alicia sintió un familiar cosquilleo al ver como Antonio le quitaba la copa de la mano y la dejaba junto a la suya sobre la mesa de la terraza.
_Alicia.
_Dime._Contestó mientras lo notaba cada vez más cerca.
_Voy a dejarte tomar una decisión. Me mantendré a un lado mientras tú estés indecisa. No quiero agobiarte y yo no quiero crearme falsas esperanzas. Ahora mismo estoy haciendo un verdadero ejercicio de autocontrol para no besarte pero cada vez que lo hago necesito más y más. Pensé que podía jugar a esto pero no puedo. Te quiero demasiado y me estoy haciendo daño a mí y te estoy liando a ti.
_Antonio, yo siento toda esta situación.
_Lo sé.Bueno, mejor me voy o no voy a ser capaz de seguir aguantando este deseo irrefrenable.
Alicia lo siguió por el salón rumbo a la puerta. No sabía lo que sentía. Sí, le estaba constando horrores no lanzarse en sus brazos. Tenía ganas de decirle que dejara de autocontrolarse y la besara.
_Antonio_lo llamó cuando él comenzaba a bajar las escaleras.
_Dime._Contestó él notando que el corazón le latía con fuerza.
_¿Vamos a correr mañana juntos?
_Vale. Genial. Nos vemos cuando regrese del trabajo.Buenas noches, que descanses.
_Buenas noches_contestó Alicia viéndolo alejarse mientras ellas cerraba la puerta de casa.
Elva Marmed