Aquella mirada le quemaba. Le dolía. ¿Cuánto tiempo podría seguir con aquella situación? ¿Cuánto tiempo iban a ser capaces de aguantar Antonio y Gonzalo a que ella se decidiera? Alicia se quedó colgada en la mirada de Antonio. Andrés los miraba de reojo mientras aparcaba el coche frente a la casa de sus padres. Hasta allí les llegaba los ladridos de alegría de Rubens que ya había percibido su llegada. Alicia y Andrés no pudieron evitar reirse al escuchar a aquel loco pastor alemán que seguía siendo tan juguetón a pesar de los años. Rubens había sorprendido a Alicia con su recibimiento tres semanas atrás, apenas tenía año y medio cuando ella se marchó a Estados Unidos. En momentos puntuales había venido a España, quedándose siempre en casa de sus padres y con él a los pies de la cama, pero no pensó que la recibiría con aquel saludo impresionante.
Nada más abrir la puerta del jardín Rubens se acercó a ellos moviendo en rabo sin parar. Los tres lo saludaron con alegría y junto a él se acercaron a Rodrigo que paró la cortadora de césped un momento para recibir a sus hijos y a Antonio.
_Eh, Antonio, ¡cuánto tiempo sin verte! Un placer tenerte por aquí. Hola, Ali_dijo acercándose a su hija para abrazarla, aquella era la niña de sus ojos y había sido una tortura tenerla tan lejos todos estos años._¿No ha venido Helena, Andrés?
_Vaya te alegras con la presencia de Antonio y Alicia y a mí me preguntas por Helena,¡esto es discriminación!_Bromeó Andrés acercándose al padre y dándole un abrazo._Ahora me pedirás que te ayude con el césped.
_Oye, pues, estaría bien._Contestó Rodrigo.
_¿Mamá?
_Está en la cocina que estaba preparando algo de postre.
_Uhm...¿tarta de chocolate?_Preguntó Alicia salivando sólo con el recuerdo del sabor de las tartas de su madre.
_Hermanita, ¿estás a falta de chocolate?¡Pues, no lo entiendo!_Bromeó Andrés mientras su hermana le hacía burla y Antonio no podía evitar una sonrisa.
_Mira que eres tonto, anda, vamos Antonio que mi madre se va alegrar de verte.
_¿A quién me voy alegrar de ver?_Preguntó Lali asomándose a la puerta._¡Antonio! ¡Qué alegría! ¡Cuánto tiempo sin verte!_Dijo Lali acercándose a ellos y dándole un abrazo y dos besos a Antonio y haciendo lo mismo con sus hijos.
_¿Necesitas ayuda mamá?_Preguntó Alicia.
_No, está todo listo. De hecho, iba a darle un paseo a Rubens.
_Déjalo, mami, voy yo._Dijo Alicia_Voy a por su correa_comentó entrando en la casa junto a Rubens que no paraba de mover el rabo.
_Te acompaño_dijo Antonio.
_Bien_contestó Alicia.
Alicia y Antonio salieron junto a Rubens, que caminaba obediente entre los dos, a la espera de que Alicia le pusiera la correa. Alicia se abrochó la chaqueta. Allí se notaba más el fresquito de la proximidad del invierno. Salieron de la casa bajo la atenta mirada de Lali que nada más irse los tres comenzó a interrogar a Andrés.
_¿Qué hay aquí?
_Ja, ja, ja, mamá,mira que te has dado prisa en preguntar.
_Menos palabrerío y dime ¿tu hermana y Antonio están saliendo?
_No
_Vaya.
_Te noto decepcionada._Dijo Andrés con una sonrisa en los labios porque sabía lo mucho que sus padres querían a Antonio, normal, lo conocían de toda la vida.
_La verdad es que Antonio me gusta, no ese Brian con el que se casó._Comentó Rodrigo.
_Papá pero si apenas lo conocimos._Rió Andrés.
_Sí pero lo suficiente para saber que no le hacía el caso necesario a mi niña._Dijo volviendo a encender la cortadora de césped.
_Bueno, pero algo hay porque esas miradas que se traen.
_Mami, tiempo al tiempo._Interrumpió Andrés._ ¿Guillermo y familia vienen?
_Sí, ahora mismo han de llegar. Vamos para dentro y me ayudas a poner la mesa, anda. ¿Cómo va todo con Helena?
Alicia y Antonio caminaron un buen rato en silencio, ambos seguían el paso relajado y tranquilo de Rubens, que se entretenía olisqueando a un lado y a otro. Alicia entró en el parque cercano a casa de sus padres y tras hacer sentarse a Rubens para quitarle la correa lo dejó suelto para que corriera y olisqueara un rato a sus anchas.
_¿No se escapa?_Preguntó Antonio.
_No, es más si ahora nosotros hacemos ademán de irnos nos seguirá enseguida, por eso, lo suelto si no ni loca._Dijo mirándolo a los ojos.
_Alicia.
_Dime.
_Tengo unas ganas locas de besarte y creo que no me voy a reprimir._Dijo mientras la abrazaba y la besaba haciendo que hasta la correa se le cayera de la mano.
Rubens acudió enseguida y la recogió del suelo, sentándose junto a Alicia a la espera que ella la cogiera de su boca. Aturdida tras el impresionante beso, Alicia cogió la correa ,que el obediente Rubens le entregaba, acariciándole la cabeza antes de que el perro volviera a alejarse de ellos.
_Dime que no está todo perdido._Murmuró Antonio junto a su oído.
_La que está perdida soy yo.
_Perdona, igual no tenía que haberte besado, lo siento.
_No, no es culpa tuya. Bueno parte de culpa sí que tienes porque me has dejado...
_¿Cómo?_Preguntó un sonriente Antonio, sintiendo que adelantaba un par de casillas en aquel tablero imaginario, pasándole los brazos por la cintura._¿Cómo te he dejado?
_Atontada_sonrió Alicia_,perdida, ¿quién te ha enseñado a besar así para darle mi enhorabuena?_Preguntó buscando con la mirada a Rubes y escuchando las carcajadas de Antonio.
_Vaya, me alegro. Tengo todos los que quieras para ti._Contestó mirándola fijamente a los ojos. Ambos sintieron una fuerte corriente eléctrica recorriéndoles mientras Antonio volvía a besarla._¿No está todo perdido, verdad?_Volvió a preguntar.
_Uff...insisto soy yo la que está perdida, nunca pensé que me esperara este recibimiento al regresar._Comentó Alicia mientras veía a unos niños acercarse a Rubens y acariciarle la cabeza. La abuela de los niños le hizo un gesto a modo de saludo, era la vecina de sus padres con sus nietos.Alicia se soltó de Antonio y le hizo un gesto para acercarse a saludarla._Me temo que vamos a ser el cotilleo de la semana_comentó Alicia mientras se acercaban a la señora.
_Bueno, mientras no nos saquen en Sálvame_rió Antonio.
_Sí, pues como ésta se entere que anoche yo..._Alicia se interrumpió así misma al darse cuenta lo que iba a decir._No sé que es Sálvame, te recuerdo que llevo ocho años fuera pero si es un programa de cotilleos te digo yo que ésta es peor._Dijo en baja voz acercándose a la vecina de sus padres.
_Alicia, ¡cómo siempre tan guapa!, ya me había dicho tu madre que habías vuelto de Nueva York. ¿Este es tu marido?Nice to meet you, I"m Sandra.
_No, no Sandra, no es mi marido. De hecho, veo que mi madre no te ha dicho que nos hemos divorciado. Él es Antonio, un amigo._Dijo Alicia sin quitarle ojo a Sandra que observaba detenidamente a Antonio mientras éste la saludaba.
_Un amigo._Repitió irónica Sandra.
_Sí, un amigo._Recalcó Alicia mientras Antonio se aguantaba la risa floja porque comprobaba que aquella señora era digna contertulia de cualquier programa de cotilleos._¡Rubens!_Llamó Alicia viendo como Rubens se alejaba de los niños y se acercaba obediente hasta ellos. Alicia lo acarició y le puso la correa._Sandra un placer haberte visto, te dejo que nos esperan para comer.
Los tres se pusieron en marcha alejándose de la vecina de sus padres mientras ella los observaba detenidamente jugando con el perro a lo largo del camino. Nada más salir del parque y comprobar que nos los veía estallaron sus carcajadas. Antonio no podía parar de reír viendo la cara de Alicia
_Creo que vamos a salir en" radio patio", puaff, ya verás mi madre que me va a acribillar a preguntas menos mal que yo creo que no le cree la mitad de las cosas a esta mujer. Creo que mejor le adelanto que nos la hemos tropezado. ¿Has notado el tonito con el que dijo "amigo"? _Comentó Alicia.
_Sí_dijo Antonio sin poder parar de reírse_he estado apunto de decirle, no señora, no soy el marido soy el que le ha arreglado los papeles de divorcio y uno de los que se pelean por ella.
_Mira que eres tonto_dijo Alicia empujándolo con la mano._Vamos que creo que acabo de ver pasar el coche de Guillermo.
Las risas de Antonio y Alicia llegaron hasta el interior de la casa mientras soltaban a Rubens en el jardín. Antonio bromeaba acerca de las exclusivas ,que la vecina cotilla, iba a expandir por la urbanización mientras Alicia le seguía el juego.Entraron riendo en la casa donde ya estaban todos esperándolos.
Elva Marmed