Les tocó correr hasta casa para no mojarse. Misión imposible. Llegaron al portal calados hasta los huesos. Entraron en el ascensor escurriendo agua por todas partes. Alicia llevaba los pelos completamente pegados en la cara. Ambos no podían parar de reírse de verse completamente mojados. Alejandro se paró en el tercer piso. Entraría en casa para cambiarse y coger la ropa para el día siguiente. Dormir solos se les hacía cuesta arriba. Tras dos semanas de compartir cama, caricias y besos no se planteaban dormir cada uno en su casa y en su cama. Nada más entrar en casa Alicia se despojó de la ropa ,que rezumaba agua por todas partes. Se secó la melena con una toalla y puso la cafetera al fuego. Necesitaba tomar algo calentito para entrar en calor. Mientras esperaba la salida del café rebuscaba en los armarios de la cocina para ver qué podía preparar para cenar. Definitivamente, un poco de pasta al ajo era la mejor opción, tras ver que estaba bajo mínimos. Sin falta al día siguiente debía hacer la compra. La cafetera comenzaba a pitar avisando de la inminente salida del café cuando Antonio tocó en la puerta. Apartó la cafetera del fuego y le abrió la puerta.
_¿Qué es todo eso? ¿Te estás mudando?_bromeó Alicia.
_Uhm, no, pero no me tientes. Pues, además de la ropa para ir a trabajar mañana, colonia, gel, champú, cepillo de dientes, espuma de afeitar, maquinilla, toalla.
_¿Te has traído toalla y todo? Mira que eres tonto, que no quieras usar mi champú de frutas porque te parezca femenino vale pero en esta casa hay toallas.
_Bueno, no he traído dentífrico, ¿me dejarás tu pasta de dientes?_dijo risueño.
_Me lo pensaré_bromeó Alicia._.¿Café?_preguntó encaminándose a la cocina._.Bueno, puedes dejar tu ropa en la habitación y el resto en el baño,ya conoces la casa.Voy a servir el café.
La noche pasó agradable. Cena tranquila. Película ,acurrucados bajo la manta, mientras la lluvia seguía insistente al otro lado del cristal. Estiraban las horas para no irse a la cama. Al día siguiente todo sería diferente. Cada uno regresaría a sus obligaciones y ya no podrían pasar todas las horas juntos. Ahora tocaba acostumbrarse a la cotidianidad. Al día a día. A la Alicia y al Antonio de cada día. A sus costumbres y manías.
_Creo que ya es hora de irse a la cama a dormir_comentó Alicia haciendo un intento de levantarse del sillón.
_¿A dormir?
_Bueno, hay alguien que tiene que madrugar más que otro, ¡y no soy yo!_dijo riendo mientras se levantaba y tiraba de Antonio._Anda, hora de acostarse.
Seis y media de la mañana. La alarma del móvil de Antonio lo avisaba que era hora de levantarse. Antonio abrió los ojos. La oscuridad aún se adueñaba de la habitación. Alicia abrió los ojos también al escuchar el despertador. Por un momento, no recordaba que estaba en casa y que aquel despertador no era el suyo. Antonio la besó y tras juguetear con su revuelto pelo se encaminó al baño para ducharse, afeitarse y prepararse para el trabajo. Alicia se quedó en la cama pero nada más escuchar el sonido de la ducha se levantó de la cama. Sí, le prepararía el desayuno a Antonio y desayunaría con él. Total, ella debía comenzar a seleccionar fotos y escribir el artículo sobre las islas.
_Uhm..,¿huelo a café y tostadas?_preguntó Antonio al salir del baño a medio vestir.
_Sí, pero no te acostumbres_comentó Alicia mientras Antonio la abrazaba.
_Esto es comenzar la semana de buena manera_dijo besándola.
_Vigila un momento la cafetera que he de pasar por el baño.
Las horas se le fueron sin apenas darse cuenta. Estaba ensimismada en el trabajo y cuando se dio cuenta pasaban de las doce. Hora de ponerse las pilas si quería ir a comer con Gonzalo. Había hecho una buena selección de fotos para el artículo y había echado un vistazo a sus notas sobre los lugares visitados. Sí, tenía claro como quería enfocar aquel artículo y su título "Canarias, un lugar para enamorarse". Sí, le gustaba aquel epígrafe, jugando con la dualidad de enamorarte de las islas y lo que le había pasado a ella misma. Una sonrisa bobalicona se dibujo en su rostro rememorando el viaje. Guardó los archivos y apagó el mac. Comprobó su móvil porque escuchó la llegada de un mensaje.
Hola, guapa, ¿al final comemos juntos?
Sí, claro, a no ser que estés liado.
Para ti nunca. Te veo a las dos.
Ok
No iba a ser tan fácil. Sabía que Gonzalo no era tonto e imaginaba lo que estaba pasando pero eso no hacía la situación más fácil. Se asomó a la terraza para comprobar cómo estaba el tiempo. Frío pero, por lo menos, no llovía. Se dio una ducha rápida tras pasar por el armario y elegir la ropa. Vaqueros, un jersey negro de cuello alto y botas. Algo sencillo para una cita con un amigo. ¿Seguirían siendo amigos tras hablar con él? Alicia esperaba no perderlo como amigo, le tenía demasiado cariño para perder de nuevo su amistad. También sabía que igual él necesitaba alejarse de ella. Él tendría que elegir el camino a seguir y ella lo respetaría. De momento, volverían a verse en la boda de Beatriz y Enrique.
Puntual, como siempre, acudió a su cita. Alicia se apoyó en una farola frente a la puerta del edificio de oficina en el que trabajaba Gonzalo, el cual estaba justo al lado del de Antonio. Ya era casualidad que fuera así. Dichoso destino. El móvil de Alicia sonó en su bolso. Era Antonio.
_Hola, sí, estoy aquí. No seas tonto. Sí, yo también. Luego, hablamos. Un beso_Alicia colgó al ver un grupo de enchaquetados salir del edificio, entre ellos a Gonzalo, que le dedicaba una sincera sonrisa.
_Pues, sí, algo de sol te dio en estos días_comentó Gonzalo antes de darle un par de besos.
_Normal, todo el día al aire libre.
_Sea lo que sea te ha sentado muy bien. Estás más guapa aún, si es que eso es posible.
_Gracias_contestó Alicia ruborizándose al sentir la mirada de Gonzalo y pensando en lo que verdaderamente le había sentado bien.
_¿Vamos a comer?
_Sí, claro.
La tensión reinaba entre ellos. Alicia no sabía cómo plantear el tema, cómo decirle a Gonzalo que ella y Antonio eran pareja mientras Gonzalo la sentía cada vez más lejos. Ya lo sabía. No era tonto pero ahora tenía completamente claro que la había perdido. Entraron en un pequeño restaurante y se sentaron en la única mesa que quedaba libre. Ambos tenían claro lo que querían comer. Precisamente, habían decidido entrar allí y no en otro sitio porque habían leído el menú del día en la pizarra de la entrada.
_¿Qué tal el viaje?_ preguntó Gonzalo tras pedirle al camarero.
_Muy bien. Te lo recomiendo al cien por cien. Volveré, de eso estoy segura y quiero conocer el resto de las islas.
_Tendrás que enseñarme fotos.
_Cuando quieras. Tengo cientos. He tomado fotos para aburrir. Hoy he estado haciendo una criba para seleccionar las del artículo_dijo Alicia mientras les servían el primer plato._.Gracias.
_No voy a preguntarte_comentó Gonzalo tras llevarse una primera cucharada de consomé.
_¿El qué?_preguntó Alicia notando un pinchazo en el estómago al darse cuenta de lo tonta que estaba siendo su pregunta.
_Que lo nuestro ya no es posible.
_Gonzalo, yo.
_No_la interrumpió Gonzalo._.No tienes que disculparte. Sabía perfectamente lo que había. Fuiste sincera desde el principio. Me dejé ir porque pensé que tenía una batalla ganada. Fui tonto y cuando te dije que iba contigo tenía que haberlo hecho.
_Gonzalo, no sé qué decirte.
_No, has de decirme nada. Supe lo que pasaría desde el principio. Desde que me dijiste que Antonio estaba contigo, es listo.Sí, muy listo. Por lo menos he salido derrotado ante un buen adversario.De lo poco que lo conozco me cae muy bien, es un buen tío.
_Vaya, curioso, que ambos penséis lo mismo el uno del otro. Igual deberíais liaros_intentó bromear Alicia.
_Sigo prefiriendo a su chica_contestó guiñándole un ojo.
_¿Podemos ser amigos?
_Bueno, Alicia, yo necesitaré algo de tiempo. Alejarme durante un tiempo,¿no te importa?
_No,claro.¿Y la boda?
_En la boda coincidiremos, de hecho, estamos sentados juntos, ¿le importará a tu chico?
_No, claro que no.
_No, claro de hecho estás comiendo conmigo.
_Todos somos adultos y malo sería que no confiara en mí, ¿no crees?
_Totalmente de acuerdo.
_¿Y le importaría que nosotros tuvieramos un último baile en la boda?
_A él, no lo sé, pero yo quiero ese baile_contestó con una sincera sonrisa.
Alicia acompañó a Gonzalo al trabajo. Se despidieron con un par de besos en las mejillas y un sincero abrazo. Se conocían desde hacía demasiados años para acabar mal pero ambos sabían que ya nada sería igual. Alicia comenzó a caminar dirigiendo sus pasos hacia el metro cuando una idea le cruzó la mente. Dio media vuelta y tras llegar al edificio de oficinas donde trabajaba Antonio entró. Miró en el directorio. No estaba segura en que piso trabajaba, el décimo primero. Subió en el ascensor. Su atuendo demostraba que ella no trabajaba allí. Todo el mundo iba de traje y ella en vaqueros.Varias paradas hizo el ascensor antes de llegar a su destino. Nada más abrirse las puertas salió del ascensor y ,salir de él, se paró a leer los carteles para ver hacia dónde debía dirigirse.
_Buenas tardes_le dijo nada más entrar a la señora que estaba en la recepción.
_Buenas tardes.
_Hola, venía buscando a Antonio Rodríguez.
_¿Tiene una cita con él?
_No, es algo personal.
_¿Eres Alicia, verdad?
_Sí_respondió sorprendida._.¿Nos conocemos?
_No, personalmente,pero todos por aquí teníamos ganas de conocerte.
_Vaya.
_Soy Soledad, bueno, Sole.
_Encantada.
_Se va a llevar una buena sorpresa.
_¿Está ocupado?
_No, bueno,está trabajando pero no está con nadie. Pasa, es el tercer despacho de la izquierda o ¿quieres que le avise?
_No, así le sorprendo. Gracias,Sole, un placer.
_De nada, guapa.
Alicia se encaminó por el pasillo. Iba nerviosa. Curioso siendo ella la que iba a dar la sorpresa. La puerta del despacho estaba entreabierta. Se colocó de forma que desde dentro no se le viera. Miró atrás y vio la aprobadora mirada de Sole. Tocó con los nudillos y esperó a escuchar la voz de Antonio que decía "pasa" pensando que era Sole o algún colega de la oficina.
_Buenas tardes, ¿puedo pasar?_dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
_Alicia_dijo levantando la mirada de los documentos que leía y levantándose inmediatamente de su asiento.
_¿De verdad, creías que estaría por aquí y no vendría a verte?_preguntó mientras ya tenía los brazos de Antonio rodeándola por la cintura.
_Esto si que es una sorpresa agradable_dijo antes de besarla._Te he echado de menos horrores.
_Eso quiere decir que has tenido poco trabajo.
_Para nada.
_Yo también te he echado de menos, ¿por qué crees que estoy aquí? Bueno,además de enterarme que por aquí se ha hablado de mí.
_Veo que has hablado con Sole.
_Sí.
_Bueno, así ya no me mareará más con que quiere conocerte_dijo volviéndola a besar.
_Creo que será mejor que me vaya y te deje trabajar. Por cierto,bonito despacho.
_¿Ya te vas?
_Sólo pasaba a saludarte. Aún me queda ir al supermercado, que esta mañana desde que te fuiste me senté a trabajar hasta las doce y no he ido a comprar. ¿Qué te apetece cenar?
_¿Me estás invitando?
_Doy por hecho que cenamos juntos, ¿no?_preguntó decepcionada.
_Pues,claro. No vayas al supermercado. Espera que llegue yo y vamos juntos, ¿te parece?
_Pero, entonces se nos hará tarde para ir a correr.
_Bueno,comenzamos con la rutina mañana.
_Vale, pero ¿a qué hora estarás en casa?
_Uhm, en casa, me gusta. Prometo salir de aquí como muy tarde a las siete.
_Vale, te aviso y me esperas en la puerta y vamos con el coche.
_Vale_dijo antes de volver a sentir sus labios._.Me voy que esto ya comienza a ser peligroso.
_Eres demasiada tentación para mí. Venga te acompaño al ascensor_dijo cogiéndola de la mano y saliendo con ella del despacho.
Sole sonrió al verlos salir juntos agarrados de la mano. Siempre había sentido predilección por Antonio, desde que había entrado en el bufete como becario, y le encantaba verlo con aquella sonrisa en el rostro. Se pararon un momento a saludarla y en seguida siguieron su camino hasta el ascensor.
_Nos vemos en casa_dijo Alicia tras besarlo y entrando en el ascensor.
Elva Marmed