Era increíble. Ocho años sin verse y, en menos de tres horas ,era la segunda vez que coincidían. Alicía vio a Gonzalo y a Enrique nada más entrar en el pequeño restaurante. Años atrás habían compartido mesa en ese mismo lugar muchísimos viernes noche, como aquél. Su rostro se iluminó nada más descubrirlos al fondo del bar. Le hacía tanta ilusión volver a encontrarse con sus viejos amigos. Gonzaló notó como se iba acelerando su corazón al verla avanzar por el pasillo acercándose a su mesa. No podía creer que aquella chica siguiera produciéndole las mismas inseguridades de años atrás, que sus pulsasiones se acelerarán como la primera vez que había bailado con ella y aspirado de cerca su perfume.
_¡No me lo puedo creer!_ dijo Enrique levantándose de su silla para abrazar a su amiga. _Me había comentado Gonzalo que te había visto y justo le decía que teníamos que quedar...¡Estás impresionante! ¿Cómo es posible que los años no pasen por ti? ¡Estás aún más guapa que la última vez que nos vimos!_
_Gracias, Enrique. He alucinado al entrar y veros al fondo, me parece increíble volver a veros después de tanto tiempo. Estábamos buscando un sitio para cenar y al pasar por la puerta me vino a la mente infinidad de recuerdos, en los que vosotros estabais en todos._ comentó una risueña Alicia _Perdonad, mi mala educación, os presento a Antonio, igual lo conoceis, es uno de los mejores amigos de mi hermano desde pequeños.Antonio, éstos son Gonzalo y Enrique._
_Encantado_ dijo Antonio mientras escrutaba detenidamente a Gonzalo y veía que Gonzalo hacía exactamente lo mismo. Sí, estaba completamente seguro, el tal Gonzalo también estaba embrujado por Alicia.
_¿Y si compartimos mesa? ¿Os importa? _ preguntó Alicia a su trío de amigos _ Podemos juntar las mesas y así nos podemos poner al día.
Antonio sintió que el mundo se le venía a los pies. Él había imaginado otro tipo de velada junto a Alicia. Hasta hacía unos minutos se había hecho ilusiones. Había pensado que aquella iba a ser una cena íntima, que aquella era una salida única y exclusivamente de los dos. Ahora compartiría mesa y , lo peor, a Alicia con dos viejos amigos y él se vería relegado a un segundo plano. No pudo negarse. Veía tan feliz a Alicia con aquel encuentro que era imposible decirle que no. Disimuladamente, mientras juntaban las mesas, miró a Gonzalo y sus miradas se cruzaron durante unos segundos. Ambos se lo dijeron todo en aquella mirada. Incluso se compadecieron, de alguna manera, el uno del otro por estar hechizados por aquella mujer.
Tras colocar las mesas el camarero les tomó nota de las bebidas y de los diferentes platos que pidieron para picar. Alicia sintió que retrocedía en el tiempo, de pronto se vio con veintisiete años sentada en aquel bar y estar de risas con Gonzalo, Enrique y el resto de los amigos. Lo habían pasado tan bien juntos. No pudo evitar quedarse mirando a Gonzalo y sonreirle. No recordaba ni un solo momento en el que él no estuviera. Siempre había estado a su lado. Desde el mismo momento en que los presentó Beatriz, una amiga común, la amistad había surgido entre ellos. Alguna vez se sintó atraída por aquel chico, que bailaba increiblemente bien, pero nunca hubo nada entre ellos.
Cuando se conocieron ella tenía novio y él también estaba emparejado. Varias parejas se conocieron a lo largo de los años pero ellos siempre se fueron fieles en el baile, probablemente, porque sus respectiva parejas nunca pensaron en aquella canción de Sabina que decía ... y vivir al revés que bailar es soñar con los pies... Hasta que llegó Ana y dejaron de bailar juntos, a ella le gustaba bailar y era muy posesiva. Nunca hicieron buenas migas. A Alicia no le gustaba aquella chica, quizás, porque veía que su amigo y ella iban en serio. Tras su llegada al grupo. Tras su llegada a la vida de Gonzalo. Se fueron distanciando. Ana, poco a poco, lo fue alejando del grupo, Alicia no la recriminaba por ello, él lo había permitido. Al ir perdiéndolo se dio cuenta que sentía mucho más por su amigo ,que una simple amistad, pero ya era tarde. Entonces le llegó la oportunidad de irse a Nueva York de ayudante de un fotógrafo de renombre y allá que se fue sin pensárselo dos veces. Ocho años habían pasado ya desde entonces.
_Bueno, ¿y qué ha sido de tu vida en los últimos...ufff...ocho años?_preguntó Enrique dándole un trago a su cerveza.
_Ufff...¡de todo! ¿Por dónde empiezo?_
_Por el principio... ¿cómo decidiste marcharte a la tierra de las oportunidades?_
_Me surgió la oportunidad de irme de ayudante de un conocido fotógrafo y para allá que me fuí sin pensármelo._ comentó mientras se quedaba mirando a Gonzalo_ Aquí no había nada que me atara así que hice la maleta y en Nueva York me planté_ dijo cogiendo su copa de vino blanco mientras Gonzalo se atragantaba bebiendo su copa al oir aquel "nada que me atara"._¿Estás bien?_ preguntó Alicia a Gonzalo al verlo atragantarse.
_Sí, se me fue por el camino equivocado. ¿Y has pasado los últimos ocho años en Nueva York?_ preguntó Gonzalo. Entrando en la conversación acaparada por Enrique.
_Sí, apenas he llegado hace un par de semanas.De hecho aún no he terminado de instalarme, cierto Antonio, no te he dicho que hoy he conseguido un pequeño apartamento, ¡vamos a ser vecinos!_ exclamó mientras le acariciaba el brazo a su amigo.
_¿Sí? ¿Dónde has alquilado?_preguntó Antonio.
_¡Justo encima de ti!_ dijo Alicia _¿No es increíble? Cuando me llamó el chico de la inmobiliaria y me dijo que tenía el piso ideal para mí y ,me dio la dirección, me sonó pero al ir esta mañana ya me di cuenta que íbamos a ser vecinos._
_Vaya, ¡qué bien!_ dijo Antonio dejando su copa sobre la mesa y pasándole por la mente un sinfín de oportunidades ahora que iban a ser vecinos.
_Así que Andrés ya se va a librar de mí y de mis trastos en breve. Y ya podrá volver a llevar a sus ligues_ bromeó Alicia.
_Fíjate que yo pensé que vosotros eráis pareja_ dijo Enrique, como el que no quiere la cosa, para enterarse de la situación sentimental de su amiga porque tenía claro que Gonzalo no iba a preguntarle.
_¿Antonio y yo? Nooo, ¡qué va! ¡Imposible! _ dijo Alicia entre risas _ ¿Verdad, Antonio? Hay un extraño y estúpido código ético que se lo impide, vosotros, los hombres, sois muy raritos_
_¿Qué código ético?_preguntó Enrique.
_Ese que dice "no te liarás con la hermana de tu amigo"_dijo sin parar de reír Alicia mientras le dejaba un beso en las mejillas a Antonio.
_Cierto, hay que pedir permiso a tu colega para poder salir con su hermana_ dijo Enrique mirando a Gonzalo con una mirada de te lo dije, eso no tiene por qué significar nada.
_Bueno, ¿y qué has hecho en estos años en Nueva York?_ preguntó Gonzalo, que notaba como sus músculos se relajaban al saber que aquel chico no era el novio de Alicia, aunque tenía claro que a él le gustaba ella.
_Pues...uuff...¡de todo! He aprendido muchísimo, he logrado exponer un par de veces mis fotos y tener éxito, los críticos han hablado muy bien de mí. Conocí a Brian, mi mentor y marido_ dijo mientras Gonzalo se atragantaba con la sepia a la plancha._ Y al igual que tú, Gonzalo, me he divorciado, justo hoy he vuelto a ser soltera gracias a Antonio, que me ha arreglado todos los trámites con la embajada._
_Así que divorciada..._ acertó a decir Gonzalo notando un gran alivio y sin entender por qué seguía sintiéndose igual con aquella chica.
_Sí, ya somos dos corazones rotos, quizás no estamos hechos para casarnos_ comentó Alicia.
_O te has equivocado de persona_ dijo Antonio sin mirarla.
_Cierto, también puede ser eso pero ya ahora no creo que vuelva a tropezar con la misma piedra._respondió Alicia.
_¿La de casarte o la de hacerlo con la persona equivocada?_ preguntó Antonio mirándola esta vez.
_Buena pregunta_ contestó Alicia bajo la atenta mirada de sus amigos, especialmente, de dos de ellos._No lo sé, supongo que no se puede decir de esta agua no beberé y ya está bien de hablar de mí._ continuó Alicia. _¿Qué has hecho tú en estos años, Enrique? ¿Te has casado?_
_Casi_
_¿Cómo es eso?_ preguntó Alicia.
_Me caso en un mes, así que has llegado justo a tiempo para mi boda_
_Uau, ¿la conozco?_ preguntó Alicia.
_Y tanto que la conoces._ dijo Gonzalo _La que nos unió a nosotros_
_¿Te vas a casar con Beatriz?_
_Sí, con la misma, que no se lo va a creer cuando le diga que he estado cenando contigo, siempre te está nombrando. Te ha echado mucho de menos estos años._
_Y yo a ella._
_Aún no entiendo que os enfadarais por una tontería._ dijo Enrique.
_Ni yo tampoco._comentó Alicia _¡Qué ilusión me hace que os caséis! ¿Tenéis fotógrafo?_
_Pues, no. Bea anda como loca pero no consigue nada que le guste._
_Que no busque más, os regalo las fotos._ dijo con una amplia sonrisa. No soy fotógrafo de la BBC pero para vosotros sí._
_¿BBC?_ preguntó Antonio.
_Bodas, bautizos y comuniones_aclaró Alicia divertida _ Antonio ya no me tendrás en exclusividad, lo siento. Bueno, Gonzalito que si te vuelves a casar a ti también te hago las fotos._
_¿También te vas a casar?_ le preguntó un risueño Gonzalo a Antonio fantaseando con el camino libre hacia Alicia.
_No, cosas de Alicia,como le he llevado el divorcio quiere pagarme con las fotos de una supuesta boda_ dijo guiñándole un ojo a Alicia, dejándola completamente fuera de juego con aquel guiño.
Las risas de los cuatros se escuchaban desde las mesas de al lado. Gonzalo y Antonio habían conseguido relajarse según iban pasando las horas. No se conocían pero ambos enseguida se dieron cuenta que tenían en común algo más que la profesión. Enseguida descubrieron que ambos estaban hechizados por aquella chica alocada y risueña. Ambos compartían el mismo secreto. Su amor por Alicia.
Elva Marmed