Un Chico Afortunado : Capítulo 22.





              No había querido salir. No le apetecía. Enrique había insistido e insistido pero Gonzalo no tenía ganas. La moral  la tenía por los suelos. No sabía qué estaba pasando en Gran Canaria. No estaba seguro si Antonio le había ganado el partido o si todavía estaban en el segundo tiempo o, al menos, tenía derecho a prórroga o a penalties. Él se había adelantado en el marcador, jugaba con ventaja pero ¿qué demonios le había pasado? _¡Mierda, soy la viva personificación del colchonero!Comienzo fuerte y, al final,la liga se la llevan los de siempre los polacos o los merengues!_dijo casi voz en grito mientras cogía el mando de la tele. Encendió la tele y empezó a hacer zapping. No buscaba nada en concreto, sólo necesitaba evadirse.No había nada que le llamara. Fútbol, terminó dejando un partido de fútbol pero no era capaz de concentrarse en él. Miró el móvil dormitando silencioso sobre el sofá. Hacía rato que Enrique había dejado de acribillarlo a mensajes.Cogió el móvil y se quedó mirándolo. 



_¿Y si la llamo?¿Somos amigos, no? Los amigos se llaman para saber cómo están. La llamo_dijo._,no mejor le mando un mensaje.

              Volvió a quedarse mirando el móvil. Seguía dudando en llamar o no llamar. Aquella indecisión lo estaba matando. No podía seguir así.

Hola, ¿qué tal va el viaje? ¿qué tal la isla?

 Espero que no te esté gustando tanto que estés pensando

 en quedarte porque por aquí se te echa de menos. Un abrazo

         

                Se quedó con el móvil en la mano a la espera del mensaje de vuelta. Nada, no sonaba. Hizo comprobaciones en el móvil por si el sonido iba mal. Nada. Nada de nada. Estaba bien pero no llegaba mensaje. 

_Gonzalo, concéntrate en el partido y olvídate de Alicia._Soltó el teléfono sobre el sillón e intentó concentrarse en el fútbol. No tardó ni cinco minutos en volver a comprobar el  móvil. Nada. Nada nuevo._Mierda, Gonzalo, eres imbécil, ¿crees que no tiene nada mejor que llamarte o escribirte un mensaje?

             Se levantó y fue a la cocina. Estaba sacando una cerveza de la nevera cuando escuchó el sonido del móvil en el salón. Salió corriendo de la cocina rumbo al salón. Sí, había sido su móvil, un mensaje. Su cara mostraba una clara desilución. No era Alicia. Volvía a ser Enrique insistiendo en salir. Iba a contestar que no pero terminó diciéndole que se veían en media hora. ¿Para qué se iba a quedar e casa?¿Para regodearse en su propia pena por no tener noticias de Alicia? Apagó la televisión, total, no se estaba enterando del partido, ni si quiera era capaz de decir cómo iba, devolvió la cerveza a la nevera y se dio una ducha rápida. Terminaba de vestirse  cuando escuchó el móvil. Supuso que era Enrique avisándole que estaba en la puerta. Se puso el reloj y tras terminar de coger sus cosas cogió el móvil. justo en ese momento volvió a sonar el móvil.Una llamada.

_Bajo. Ya bajo_contestó. Bajó las escaleras mirando el móvil. Tenía un mensaje pero también era de Enrique. Nada. Seguía sin saber nada de Alicia.

                Guardó el móvil en el bolsillo de la cazadora y saludó a Enrique, el cual nada más verlo se dio cuenta que su amigo estaba bastante jodido. ¿Quién iba a decir que en apenas una semana su estado de ánimo cambiara de manera tan radical? El fin de semana pasado estaba eufórico porque vio la posiblidad de una relación con Alicia y una semana después estaba sumido en la miseria. Caminaron un buen rato rumbo al bar al que solían ir de costumbre. Había bastante gente pero quedaban mesas vacías. Se sentaron y pidieron un par de cervezas. Un grito de gol resonó por toda la sala y de manera automática dirigieron la vista a la pantalla, que estaba al fondo del local. 

_Y bien.

_Y bien, ¿qué?_preguntó Gonzalo.

_¿Cómo que qué? ¿Qué cojones te pasa?  ¿Me lo vas a contar o he de sacarte las palabras a guantazo limpio?

_Nada, no me pasa nada, sólo que soy gilipollas.

_¿Algo que no sepa?Porque eso ya lo sabía_ intentó bromear Enrique mientras el móvil de Gonzalo sonaba en su chaqueta. 

Hola, bien, muy bien.

 Cansada de tanto coche. Esto es una maravilla pero volveré a Madrid, je je je.

 Ni un beso, ni un abrazo, ni un preguntar cómo estás, ni nada de nada. Gonzalo volvió a guardar el móvil. No se molestó en enviar mensaje de vuelta, ¿para qué? 

_¡Mierda, la voy a llamar!_dijo en alto.

_¿Se puede saber de qué hablas?

_Dame un par de minutos y ahora te cuento._Buscó el número de Alicia y lo marcó. El timbre de llamada sonó varias veces hasta que por fin escuchó su voz._Hola, no es que estaba aquí con Enrique y me preguntó por ti y pensé allí es una hora menos así que dudo que esté durmiendo.No Enrique preocupado por si te quedas ahí y no les haces al final las fotos_dijo intentando restarle importancia a la llamada._.¿Qué tal todo? ¿Qué tal la isla? Sí, sí, claro pero no será lo mismo, a no ser que vuelvas conmigo y hagas de guía, ya ya. Bueno, te dejo que apenas te oigo con los gritos de la gente, si el fútbol, pues, la verdad si te digo la verdad no sé quién juega. Estaba despistado hablando con Enrique y no he prestado atención. Disfruta pero no tanto que no quieras volver. Alicia_dijo en un intento de hacer algún tipo de confesión y arrepintiéndose acto seguido._,no, nada, nada. Ya hablamos en otro rato, ¿cuándo estás de vuelta? ¿Quieres que te recoja? Bueno, los recoja...vale. Un beso.

          Dejó el móvil sobre la mesa y dio un par de sorbos a su jarra mientras Enrique lo observaba detenidamente a la espera de que dijese algo. Un nuevo grito de gol los hizo volver a mirar la pantalla.Al desviar la mirada Gonzalo se percató que Enrique lo miraba fijamente a la espera de explicaciones.

_¿Me vas a decir que es eso de mi preocupación por la fotos de mi boda?_preguntó Enrique mientras le hacía un gesto con la mano al camarero pidiéndole un par de jarras más.

_Se ha ido con Antonio de viaje.

_¿Cómo que se ha ido con Antonio? Explícate.

_Parece ser que él le dio la sorpresa. Y allí está con ella. Me ha ganado, Enrique, y sabes lo peor que ese tío me cae bien. Entiendo perfectamente que Alicia se quede con él y entiendo que él se haya ido de viaje con ella. Yo fui el gilipollas por no hacerlo. ¿Sabes que lo pensé? ¿Sabes que pensé en cogerme los días que me quedan de vacaciones e irme con ella de viaje? Pero no quería agobiarla, sabía que no tenía claro con quien quería estar y mira ahora.

_Ahora, ¿qué? ¿Están juntos?

_No lo sé. No me ha dicho nada pero Enrique no soy tan tonto como para no saber que lo tengo muy jodido. Ella dudaba entre los dos y él se planta en medio del viaje, ¿a qué mujer no le gusta ese tipo de sorpresas, de iniciativas? Alicia no me ha dicho nada, es demasiado diplomática para decirme nada por teléfono pero su voz es tirante. No es la Alicia espontánea, divertida y cariñosa. Es una Alicia comedida que intenta no hacerme daño por teléfono. 

_Pero, ¿cómo estás tan seguro?

_¿Cuánto tiempo hace que la conozco? ¿Crees que no sé lo qué pasa? 

_Pero, la semana pasada se os veía muy compenetrados. Te juro que yo pensé que terminaríais la noche en la cama_dijo al tiempo que miraba a su amigo a los ojos._.Aha, y no me equivoqué, pero entonces no entiendo nada.

_No hay nada que entender, la vida es así. Surgió, nos apetecía y ya está. No sé, igual era una asignatura pendiente y ya. Me temo que nosotros no estamos destinados a terminar juntos.

_Eso no lo sabes, tú no tienes ni idea de lo qué está pasando en Canarias así que espera a ver y si no ya sabes aquello de hay muchos peces en el mar.

_No, no me vengas ahora con esto. Yo estaba muy tranquilo solo y así quiero estar por el momento. Al verla se me removieron los recuerdos, las sensaciones y pensé que ahora era posible ese acercamiento que nunca tuvimos en su momento.

_Ya, gracias a mi chica.

_No, tampoco es eso. Nosotros nunca hicimos nada por estar juntos así que tampoco hay que echarle toda la mierda a Bea. Y ya no quiero hablar más del tema. Así que a otra cosa mariposa.

_Uhm, sólo una cosa. Estáis sentados juntos en la misma mesa en la boda, ¿algún problema?

_No, yo no lo tengo por mi parte.

_Creíamos que estarías juntos para entonces.

_Quizá tu boda sea el momento de tener nuestro último baile.

_Joder, no me seas melodramático. Hala, se acabó, a beber y a disfrutar de los goles del Madrid, a no que tú eres del Atlético, hasta en eso eres un pupas.

_Eh,¡a ver que tienes que decir este año de nosotros!_dijo un sonriente Gonzalo._Ya verás |este es nuestro año_dijo mientras el grito de gol resonaba de nuevo._Pero, ¿quién está jugando? ¿Cómo es posible que aún no me haya enterado?

 * * *

              Alicia dejó el móvil en la mesilla de noche y volvió a acurrucarse en los brazos de Antonio. Se sentía mal. Culpable. Tenía la sensación de jugar con los sentimientos de las personas. Obviamente, no se había creído la excusa de Gonzalo. Dudaba mucho que estuviera preocupado por las fotos de la boda.Había sido una excusa cualquiera para llamarla. Antonio se dio cuenta que Alicia estaba seria. Sabía quién la había llamado y en su intento de salir de la cama para dejarla a solas ella lo retuvo. Alicia no quería más secretos entre ellos. Ella no tenía nada que esconderle a Antonio y él le había agradecido  ese gesto.

_¿Qué pasa, preciosa?

_¿Tú tienes la impresión que he jugado contigo y con Gonzalo?

_No, para nada. Siempre has sido clara, me dejaste bien claro desde el principio cuáles eran tus sentimientos e imagino que hiciste lo mismo con él.

_¿Y por qué me siento así? Me siento como una jodida bruja. Gonzalo no se merecía esto de mi parte.

_¿Y yo?_preguntó con una sonrisa Antonio mientras Alicia se incorporaba y se sentaba frente a él.

_¿No me lo estás preguntando en serio, verdad?

_Claro que no, sé la respuesta. Alicia, no le des más vueltas. Es jodido sí, he tenido suerte sí. Tanto Gonzalo como yo somos adultos, maduritos ya, sabíamos lo que hacíamos y que había un cincuenta por ciento de posibilidades de salir perdiendo. Claro, siempre y cuando no entrara un tercero en discordia y te dieras cuenta que ese era el amor de tu vida.

_¡Lo que me hubiese faltado! Pero me siento mal por no decirle la verdad. Joder, Antonio, que estaba hablando con él y estaba contigo en la cama.

_Bueno, pero ya se lo dirás cuando volvamos. Gonzalo no tiene un pelo de tonto y seguro que se imagina algo. Estabas distante al teléfono, no hay que ser un cerebrito para pensar que pasa algo. ¿Le has dicho que estoy aquí?

_Sí, el otro día. Joder, piensa ¿cómo te hubieses sentido  tú de haber pasado al revés?

_Como el culo, así me sentiría. Bastante mal me sentí el sábado pasado al regresar de correr y verlo entrar en el coche_dijo mientras sonreía al ver los ojos de Alicia y como sus mejillas se ponían de todos los tonos de rojo al enterarse que él sabía que Gonzalo había pasado la noche con ella.

_Lo sabías y no me dijiste nada.

_¿Qué querías que te dijera?

_No lo sé. Lo siento.

_Eh, que no pasa nada. No había nada entre nosotros, ahora ya sí, ¿no?_dijo trayéndola hacia él.

_Pues, no sé_bromeó Alicia.

_No sabes, ¿he de convencerte aún?_ preguntó mientras ella asentía con la cabeza._. Muy bien, tú lo has querido.

_No, no, no. No te atreverás_dijo al ver que Antonio se disponía a hacerle cosquillas. Sus risas resonaban por toda la habitación al tiempo que no paraba de decirle que parara._Me las pagarás_dijo entre risas antes de sentir los labios de Antonio.

Elva Marmed

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