Sí, el tiempo parecía colarse entre los dedos. Los últimos meses habían pasado rápidos. Nueve meses llevaba en Madrid. ¿Cómo era posible haber vivido tanto en tan poco tiempo? La revista estaba encantada con sus reportajes. No había parado de viajar por España. Viajes cortos, de tres días fuera y vuelta a casa por dos semanas. Algún viaje había hecho coincidir con fin de semana y así Antonio había ido con ella. Sus viajes no se habían limitado al territorio nacional. Dos viajes había hecho a Nueva York. Empezaba a ser reconocida por los críticos, en las galerías, ya empezaba a ser alguien. Ya no necesitaba compartir cartel con Brian. Preparaba una nueva exposición, esta vez en Madrid, luego iría a Barcelona y cabía la posibilidad de exponer en Londres. Sí, no podía quejarse. Su profesión iba sobre ruedas y mejor aún le iba en el terreno personal. Antonio y ella eran mucho más que dos. Se habían asentado como pareja y definitivamente se iban a vivir juntos. Era una auténtica estupidez pagar dos alquileres cuando casi hacían vida en común. Alicia había encontrado un piso que parecía reunir las características buscadas. Aquella tarde iría con Antonio a verlo. Ambos estaban ilusionados con aquella nueva etapa. En realidad sólo les faltaba compartir armario.
Gonzalo no se lo podía creer. Sus ojos la vieron nada más salir del edificio. Se quedó parado junto a la puerta observándola. Siete meses de alejamiento. Siete meses de huida. Siete meses de intento de olvido. Siete meses de fracaso. Era obvio seguía teniendo unas ganas locas de acercarse a ella y besarla. Y ahora estaba allí sentándose en un banco. Debía estar esperando por Antonio. Mira que la vida era jodida. ¿No era lo suficientemente grande Madrid para tener que trabajar en la misma calle que Antonio? No podía apartar la mirada de ella.Se había cortado el pelo. No mucho pero lo suficiente para notar el cambio. Lucía un ligero bronceado. Estaba atrapado. No podía dejar de mirarla. Quería huir. Marcharse sin que ella lo viera pero estaba paralizado. Necesitaba aire. La corbata lo asfixiaba.
Alicia miró la hora. Había llegado temprano. No quería subir al despacho para no interrumpir a Antonio. Rebuscó en el bolso. Había olvidado el libro. Levantó la vista y lo vio. Hacía más de siete meses que no se veían. Gonzalo le sonrió. Salía desanudándose la corbata. Normal, hacía mucho calor. Alicia cerró el bolso y se acercó a él con una sincera sonrisa en los labios. Nada más llegar a su lado le dio dos besos.
Nada más salir del edificio vio a Alicia acercándose a Antonio. Se quedó en la puerta. No quería molestar. Sabía que Alicia y Gonzalo no coincidían desde hacía meses. Quería dejarlos hablar tranquilamente. Era curioso meses atrás había vivido aquella misma situación, había visto aquella misma escena, sin embargo, ya no sentía lo mismo. Ahora se sentía seguro.Ya no se sentía intimidado al verlos juntos. Siguió la escena desde su posición. Sí, tenía claro que Gonzalo seguía enamorado de ella. Su mirada lo delataba.
_¿Trabajando en Agosto?
_Sí, este año cojo vacaciones en Septiembre.
_Buen mes.
_¿Qué tal todo?_preguntó intentando mantener una conversación.
_Muy bien. No me puedo quejar.
_Ya, me comentó Beatriz que habías expuesto en NuevaYork.
_Sí, ¡aún no me lo creo! En un par de semanas expongo aquí, ¿vendrás a la inauguración?
_Claro, si me invitas.
_Sabes que sí. Y tú, ¿cómo estás?_preguntó Alicia.
_Bien. Trabajando.
_Tengo una foto para ti.
_¿Sí?
_Sí, de la boda de Bea y Enrique. Se la iba a dar a ellos para que te la dieran pero quería dártela en persona.
_Tus fotos quedaron muy bien. Eres realmente buena.
_Gracias. La que tengo para ti no la hice yo pero estamos los dos y quería que tuvieras una copia. Bueno, a no ser que me odies_bromeó._.Bueno, si es así siempre me puedes pintarrajear.
_Sabes que no_dijo serio mirándola a los ojos._.¿Qué tal con Antonio? Supongo que lo estás esperando.
_Sí, vamos a ver un piso.
_Vaya_contestó notando que el mundo se le caía encima. Él podía haber sido el chico de su vida. El chico con el que compartir piso, vida, ilusiones pero no. Él había perdido. Él no era aquel chico afortunado de la canción, él era el otro.Intentó sonreír al ver la cara de Alicia.
_Gonzalo, perdona.
_No tienes que pedir perdón por nada.
_Ya pero.
_Alicia, no te preocupes. Mira por ahí viene tu chico_dijo Gonzalo al ver a Antonio acercarse.
_¿Comemos juntos un día de esta semana?
_Bien, me parece estupendo.
_¿Lo dices en serio o es por compromiso?
_En serio.
_Hola_saludó Antonio al llegar.
_Hola, Antonio.
_Curioso que trabajemos tan cerca y no nos veamos.
_Sí, cierto.
_Entonces, ¿te llamo y comemos juntos un día de estos?_insistió Alicia.
_Cuando quieras.
_Te llamo entonces_dijo Alicia agarrándole la mano antes darle un par de besos en las mejillas.
Gonzalo percibió el olor de su perfume y notó un pinchazo en el estómago. ¿Qué tenía aquella mujer que era incapaz de olvidarla?Se despidió de ellos y los vio alejarse agarrados de la mano. Sabía que algún día conocería a alguien pero nunca podría olvidarse de aquella mujer. Igual ,algún día, dejarían de caminar por calles paralelas para que sus caminos se cruzaran. Quizás en otra vida, en otro tiempo...
Elva Marmed
Nunca Fuimos Dos
Hace unos meses salió publicada la novela TRES NO SON MULTITUD, en un principio salía publicada como novela única e independiente. Sin embargo, algunas de las seguidoras de la historia de Amanda, Alejandro y Diego me pidieron saber que había ocurrido antes y después...
Hoy comenzamos con el antes. Antes de la marcha de Alicia a su ciudad, antes de abandonar Madrid, su trabajo, sus amigos, antes de darse cuenta que no regresaba sola a Valencia sino lo hacia embarazada. En NUNCA FUIMOS DOS conoceremos la historia de Alejandro y Amanda, del porqué ocurrió todo como sucedió. El porqué de sus decisiones,de sus silencios. La vida de una madre soltera que intenta compaginar su vida profesional y familiar gracias a la ayuda de sus padres y hermana.
¿Qué sucedía en Madrid mientras Amanda aprendía a ser madre? ¿No hizo nada Alejandro por recuperar a su amiga? ...
Elva Marmed