Un Chico Afortunado : Capítulo 29.

 

             Alicia era un verdadero manojo de nervios. Aquella exposición significaba mucho para ella. Sabía que si estaba allí era por su valía. Si Brian había querido compartir protagonismo con ella era porque creía en ella. Ella tenía claro que en parte Antonio tenía razón cuando lo llamaba Mr Egocentrista. Sonrió con el pensamiento. Sí, Brian lo era. A veces se creía el ombligo del mundo, por eso, aquella exposición la ponía tan nerviosa. Sabía que podía ser el pistoletazo de salida en su carrera profesional. Ya le había ayudado al exponer un par de obras suyas en una exposición anterior, dándola a conocer y pudiendo así tener ella su propia exposición. Pero, aquella era más importante y los nervios la estaban matando. Dio una vuelta por la galería. Estaba llena de gente, amigos, conocidos, alumnos de Brian, críticos. Casi todos la conocían y la mayoría ya le había dado la enhorabuena por sus "Retratos". 

              Alicia abrió el clutch. El sonido del móvil le avisaba que Antonio la llamaba. Sí, era él. Le apetecía hablar con él, igual conseguía relajarla o, al menos, hacerla olvidar sus nervios por un momento.



_Hola, preciosa, ¿cómo estás? Sí, la una pero no iba a dejar de hablar con mi chica el día de la inauguración de su exposición. Aquí, tranquilo. ¿Cómo va todo?Sabía yo que ibas a triunfar,no podía ser de otra manera. ¿Mucha gente? Lo que no entiendo es como son capaces de concentrarse en las fotos llevando tú ese vestido gris que te queda espectacular.

_No digas tonterías pero gracias...Espera, ¿cómo sabes tú que llevo un vestido gris?

_Soy adivino, ¿no te lo había dicho?

            Alicia miró a  todos lados. Una pareja de amigos le hacía señas para que se acercara, ella les hizo un gesto indicándoles que estaba al teléfono. Giró sobre sus tacones. No podía creer que estuviera allí pero ¿cómo sabía Antonio que llevaba un vestido gris?

_Frío, frío_dijo Antonio entre risas mientras la observaba divertido cómo lo buscaba._.Estoy aquí detrás tuya_comentó mientras le daba unos golpecillos en el hombro derecho._Hola, ¿de verdad creías que no iba a asistir a la inauguración?_dijo colgando el teléfono mientras Alicia le rodeaba el cuello con sus brazos.

_Pero, ¿cómo has venido?

_En avión_rió Antonio antes de besarla.

_Ya, quería decir cuándo.

_Llegué hace un par de horas, las justas de ir al  hotel dejar mis cosas, darme una ducha y vestirme.

_¡No me lo puedo creer! ¡Has venido!_No salía de su asombro. Verdaderamente, Antonio no dejaba de sorprenderla últimamente. Primero en el viaje a Canarias y ahora presentándose en Nueva York. Se quedó mirándolo fijamente. Estaba increíble con sus pantalones de pinza gris marengo, aquel jersey negro de cuello alto y la chaqueta haciendo juego con el pantalón.

_¿Qué pasa?_preguntó divertido al verla observándolo.

_Nada. Contemplaba a mi chico y pensaba que no dejas de sorprenderme. Ven te quiero presentar a todo el mundo. Quiero presumir de novio. ¿Has visto la exposición?

_No,apenas acabo de llegar.

_Pues, ven. Quiero enseñarte una cosita.

                    Alicia lo cogió de la mano. Saludó y presentó a Antonio, el cual la volvió a sorprender al ver lo bien que hablaba inglés. Le presentó a Brian, quien habló maravillas de Alicia, cómo persona, mujer y fotógrafa. Iban saludando a unos y a otros. A Antonio le resultó curioso que muchos lo miraran. Suponía que era por ir con Alicia.

_Espero que no te enfades.

_¿Por?_preguntó extrañado Antonio. 

_Por eso_Alicia le señalaba una de sus fotos. Allí estaba él, un primer plano de perfil. Mirando no era capaz de recordar qué. Una foto impresionantemente grande en blanco y negro. ¿Cuándo le había sacado esa foto?

_Uauh, ¡soy yo! ¿Pero, cuándo?

_El primer día en Gran Canaria. En realidad estás aquí por error. No tenía prevista esta foto pero luego me gustó el resultado y aquí está. ¿Te importa?

_Bueno, no esperaba yo encontrarme con esto pero la foto es muy buena. Ahora entiendo por qué me miraba la gente al entrar_dijo riendo.

_Ven, vamos a terminar de ver la exposición. Ahora que estás conmigo ya soy capaz de verla_comentó apretándole la mano._.Me alegra que hayas venido.

_Y yo de haberlo hecho. Eso sí, no pienses que voy a seguir siguiéndote por todo el mundo_bromeó.

_¿Ah, no? 

_Sabes que te seguiría al fin del mundo_comentó abrazándola y besándola.

                          Antonio terminó de ver solo la exposición porque a Alicia la había reclamado  Brian. Quería presentarle a un crítico interesado en conocerla.

_¿Antonio?_preguntó una chica afroamericana acercándosele.

_Sí, ¿nos conocemos?

_Soy, Helen. Soy amiga de Alicia_dijo en un perfecto español.

_Sí, he oído hablar de ti, ¿se está quedando en tu casa, no?

_Sí, esa soy yo. Compartimos piso después de dejar a Brian. No sabía que venías.

_Ni tú ni yo_bromeó Antonio._. Ayer vi una oferta y no me lo pensé. Pero, ¿cómo has sabido que era yo?_pregunto._.Espera ya lo sé, el retrato.

_Eres aún más guapo en persona.

_Gracias_contestó Antonio.

_Veo que ya os conocéis_interrumpió Alicia.

_Sí, justo le decía que es más guapo en persona que en la foto, ya entiendo que estés, ¿cómo se dice?, ¿hasta los huesos?

_Sí, bueno, por eso, y por mira ¿se puede ser más maravilloso y atento?

_Al final van a conseguir que me ruborice y todo_bromeó Antonio.

_¿Te vas a quedar en casa?

_No, tengo hotel. De hecho,tengo reserva para dos por si aquí la señorita se viene conmigo.

_¿Lo dudas?_preguntó Alicia besándolo._¿Una copa?_preguntó al tiempo que ella cogía una de la bandeja que le ofrecía un camarero.

_Sí, sí_dijo Helen mientras Antonio le acercaba una y cogía otra para él._¿Hasta cuándo estás?

_Hasta el domingo.

_¿Regresas en mi mismo vuelo?_preguntó Alicia.

_Supongo pero no estoy seguro.

_¿Es directo?

_Sí

_Imagino que sí. Luego miramos. ¡Sería perfecto para no volar sola!

_Bueno, pues, tienes dos días para disfrutar de Nueva York y ver algo. Alicia es una guia estupenda, conoce más lugares que los propios neoyorkinos_comentó Helen.

_En realidad, ya conozco Nueva York.

_¿Habías estado en NuevaYork? No lo sabía_comentó Alicia con cara de asombro.

_Chicos, os dejo que acabo de ver a Sean. Un placer Antonio. ¿Nos vemos mañana,no?

_Sí, claro, mínimo he de ir por tu casa a por mis cosas_comentó Alicia._¿Cómo es que habías estado aquí y yo no me había enterado? ¿Cuándo estuviste?_pregunto Alicia nada más quedarse a solas con Antonio.

_Vine hace cinco años de vacaciones. 

_¿Estuviste de vacaciones en Nueva York y no me avisaste?

_Exacto_dijo dándole un sorbo a su copa.

_¿Por qué?

_Por varios motivos. 

_¿Cuáles?_insistió Alicia.

_A ver Alicia. Yo no quería venir. No me apetecía pero la chica con la que salía quería venir y, al final, me convenció y fíjate que fue el motivo para romper. Bueno, no el principal pero sí el conductor de la ruptura.

_Pero ¿y por qué no me visitaste?

_A ver, Alicia, tú fuiste la razón. 

_¿Qué?

_Alicia, a estas alturas ya sabes que yo no me he enamorado de ti de la noche a la mañana. Tu hermano me dijo que te avisara para verte pero, tú ya estabas casada .y a mí no me apetecía verte con el Señor Egocentrista_dijo burlón._. Por eso, no te avisé pero un día paseando por Hyde Park te vi, estabas sacando fotos. Me quedé paralizado. No sabía si acercarme a saludarte y entonces lo vi a él_dijo señalando a Brian con la mirada._, y no pude acercarme. Natalia se mosqueó. No entendía lo que pasaba y bueno, terminé por contarle lo que había y ahí acabó todo. Al poco de regresar a Madrid lo dejamos.Ya está. Ya te lo he contado_terminó Antonio mientras Alicia no podía evitar que las lágrimas se le escapasen._Eh, no seas,tontita. Fíjate por donde ahora estoy en Nueva York contigo_comentó mientras Alicia lo abrazaba.

_¿Cómo he podido estar tan ciega?_dijo antes de besarlo._.Así que hay una Natalia por ahí a la que no debo caerle muy bien_comentó.

_Exacto. Nada bien.Bueno, igual ya se le ha pasado_dijo entre risas.

                 Alicia no se podía creer las estupendas críticas recibidas. Sí, definitivamente, le estaba verdaderemente agradecida a Brian. Nada más leer las maravillosas críticas lo llamó para darle las gracias y verlo antes de volver a Madrid. ¿Quién le iba a decir que terminaría de brunch con su exmarido y su actual novio? Dudaba que muchas parejas terminaran tan bien. Claro, todo tenía una explicación. A Brian nunca le importó lo suficiente. Dudaba incluso que verdaderamente hubiese estado enamorado de ella, quizás a su manera, la cual no tenía nada que ver con la de Antonio. ¿Cómo era posible que ella no se hubiese dado cuenta en su día que aquella relación era puro espejismo? Ahora,al estar con Antonio se daba cuenta que,en realidad, ella tampoco había estado enamorada de Brian. No como lo estaba de Antonio. Había sido un amor diferente. Quizás, ella también se había enamorado más de su trabajo que de la persona. Fuera lo que fuese no se arrepentía de ello. Habían sido unos buenos años. Guardaba unos muy buenos recuerdos y ahora tenía la amistad de Brian, que le había demostrado que siempre podría contar con él. El señor egocentrista a veces se bajaba de su pedestal y ella ,era uno de esos motivos. A su manera la quería y admiraba. 

                Siempre formaría parte de su vida. De una parte importante. Casi ocho años habían compartido juntos. Una etapa importante en la vida de Alicia. Se había ido a Nueva York para olvidar a un chico y allí había conocido  a otro. Durante ocho años creyó haberlo olvidado,sin embargo, todo había sido un espejismo. No olvidó, sólo guardó sus recuerdos, sus sentimientos. Sentimientos resurgidos al volverse encontrar. Sentimientos confusos por no tener claro si era real o no. No lo eran. Sí, sentía algo muy especial por Gonzalo pero no amor y ,sólo se había dado cuenta al descubrir lo que verdaderamente significaba estar enamorada. Al descubrirlo junto al que fuera su primer novio. El chico que le guardaba la mochila en la fila del colegio. El chico que le regalaba corazones de gominolas y ahora se había ganado el suyo.

            Notó la mano de Antonio sobre la suya. Estaban apunto de despegar. Una vez más volaban juntos. Apretó su mano. No le gustaba volar, por mucho que viajara no terminaba de acostumbrarse a los despegues y aterrizajes. Antonio le dejó un beso en los nudillos. Ella le sonrió a pesar de la tensión de su rostro. No lograba relajarse hasta no terminar  el despegue. Cerró los ojos. Estaba cansada. No había parado en las tres últimas semanas. Primero había estado en San Sebastián y sólo regresó a Madrid para coger maleta e irse a Nueva York. Pasando allí dos semanas de carreras preparando la exposición. Ultimando detalles con Brian, que era un obseso de la perfección. El fin de semana había sido distinto. Paseos, risas, abrazos, besos junto al que había cruzado el océano para estar con ella.

Elva Marmed