La lluvia repiqueteaba en la ventana. Apenas entraba un poco de claridad en la habitación. Alicia seguía profundamente dormida cuando Antonio comenzó a abrir los ojos, el estruendo de un trueno lo había despertado. Nada más abrir los ojos sonrió. Sí, ya empezaba a ser habitual despertar a su lado. Despertar y notar el calor de su cuerpo junto al de él pero aquella era la primera vez tras la vuelta a la realidad. Ya no había despertares en hoteles. Ahora estaban en casa, en la de ella, a pocos metros de la de él. Con sumo cuidado de no despertarla sacó el brazo de debajo de ella para poder levantarse. Se puso el pantalón de pijama y la camiseta que estaban a los pies de la cama y tras la obligada visita al cuarto de baño entró en la cocina para rebuscar en los armarios. No tuvo que buscar mucho. Alicia era muy ordenada. Había un orden lógico en los armarios de la cocina y pronto encontró el café, azúcar, leche, galletas. Bueno, no sería un desayuno de hotel pero sería el primero que le prepararía a su chica, como le encantaba escuchar aquellas dos palabras "mi chica".
Vertió la leche en una jarra blanca de porcelana, la cual tenía pinta de haber sido comprada en los grandes almacenes suecos, para calentarla en el microondas mientras ponía la cafetera al fuego. Tras dejar todo en marcha se acercó a la puerta de la terraza, el día estaba oscuro. Las nubes no tenían pinta de cesar sus lloros. Aquel sería un domingo lluvioso. Domingo en el que irían a comer a casa de sus padres, los de él. Tras casi dos semanas de ausencia reivindicaban su presencia y más al enterarse que Alicia era parte de su vida. Sus padres la conocían, no tenían la misma relación que él con los padres de Alicia pero más de una vez habían coincidido. Era normal, ellos a quién conocían bien era a Andrés. Andrés y Antonio pasaron muchas horas el uno en casa del otro.
Quitó la cafetera del fuego. Preparó la mesa para el desayuno y fue a despertar a Alicia. Ya eran las diez aunque el cielo estaba tan oscuro que parecía más temprano. La observó desde la puerta. Su felicidad era más que evidente. Tanto había soñado con aquel momento, con aquella relación, y tan pocas esperanzas había tenido en conseguirlo que seguía necesitando pellizcarse y así comprobar que no dormía. Se recostó a su lado y comenzó a besarla por la cara.
_Buenos días, bella durmiente.
_Bueno días_murmuró Alicia abriendo los ojos y dedicándole una sonrisa._,¿qué hora es?
_Las diez.
_¿Eso ha sido un trueno?_preguntó al sentir el cada vez más cercano trueno.
_Sí, ellos me despertaron.
_Uhm, huele a café recién hecho_dijo pasando sus brazos alrededor del cuello de Antonio._.Podría acostumbrarme a que me prepararas el desayuno cada mañana.
_Yo encantado de preparártelo_dijo volviéndola a besar mientras resonaba un nuevo trueno._.¿Te dan miedo los truenos?
_Miedo no pero no me gustan pero estando contigo es diferente_comentó volviéndolo a besar.
_Vas a conseguir que nos tomemos el café frío.
_¿Para qué está el microondas?_preguntó entre risas atrayéndolo hacia ella.
* * *
_Desde luego me levanto temprano para prepararte el desayuno y tú haces que el café se enfríe_comentó irónico Antonio mientras calentaba las tazas de café con leche en el microondas.
_No te vi poner mucha resistencia_contestó Alicia mientras se acercaba a la puerta de la terraza para contemplar la lluvia.
_¿Cómo hacerlo?_preguntó él abrazándola por la espalda.
_No tiene pinta de parar en ningún momento.
_No,ninguna_ dijo besándole el cuello._Hala, a desayunar_dijo al escuchar el pitido del microondas._No es el desayuno de estos días pero no está el tiempo para bajar a por croissants a la pastelería.
_Bueno, bueno_dijo entre risas._.Te lo perdonaré_dijo sentándose a la mesa.
_Preparada para comida familiar.
_¿Si no lo estoy me puedo quedar en casa?_preguntó risueña.
_¿Quieres quedarte?
_Es broma, tontito.Al fin y al cabo, no será la primera vez que vea a tus padres, no es la relación que tienes con los míos pero los conozco y sé que no son antipáticos como su hijo.
_¡Eh! ¿Antipático yo?
_Sí, me has dejado sin croissants_bromeó al tiempo que le enseñaba la lengua._Antonio_dijo dejando las risas a un lado.
_Uhm, no me gusta ese tono serio, ¿qué pasa?
_¿Te molesta que coma mañana con Gonzalo?_preguntó Alicia mirándolo a los ojos.
_No, ¿por qué debería molestarme? Hace un par de semanas me daba envidia y terror pero ahora ya no. Confío plenamente en mi chica.
_¿Y que vaya a ir a la boda?
_No, no te preocupes, Alicia, hablo en serio.
Nada la lluvia no les había dado ni un solo momento de tregua en todo el día. Los limpia parabrisas del coche no paraban de moverse de un lado al otro mientras en el interior del coche resonaba la música. Los primeros acordes de You don"t know me comenzaron a sonar en la radio, la voz de Michael Bublé se mezclaba con la de Alicia que en baja voz lo acompañaba mientras observaba la lluvia por la ventanilla. Antonio sonrió al escucharla mientras pensaba que de los dos chicos de los que hablaba la letra, él era el afortunado.