Un Chico Afortunado: Capítulo 19.



           

                      Alicia no dejaba de sacar fotos aquí y allá. Se enamoró de la plaza de Santa Ana flanqueada por los cuatro costados por impresionantes edificios, las Casas Consistoriales, el Palacio del Obispo y la Catedral de Santa Ana, mandada a construir tras la conquista de Canarias por los Reyes Católicos. La catedral, fiel reflejo de los distintos estilos arquitectónicos presentes en los casi cuatro siglos que se tardó en construir. Una vez dentro de la catedral entraron el Patio de los Naranjos y de allí al museo sacro para disfrutar de la obra de los maestros flamencos. Nada más descubrir el ascensor instalado en el ala sur de la catedral compraron la entrada para subir a ver las impresionantes vistas de la bahía de la ciudad. El disparador de la cámara de Alicia no dejaba ni un solo click al azar, Alicia no podía parar de fotografiar a un lado y al otro, eso era la bueno de las cámaras digitales, poder tomar fotos y más fotos, luego ya tocaría pararse a seleccionar las que verdaderamente valían la pena. Entre disparo y disparo de su cámara Alicia notaba los propios de Antonio, el cual cargado con su móvil de última generación tampoco dejaba de sacar fotos, en casi todas salía ella cámara en mano.



               Nada más abandonar la catedral callejearon por las calles del barrio de Vegueta, ambos se enamoraron de sus calles empedradas, de sus casas coloniales, sus patios y sus fuentes. Caminaron hasta llegar a la Casa Museo de Colón, gratamente sorprendidos por ser de entrada gratuita recorrieron sus salas, sus patios. No quedando ni un único rincón por fotografiar. Alicia miró la hora, su reloj marcaba las tres y media, debía restar una hora, pero pensó que era normal el rugido  de sus tripas. Salieron de la Casa Museo de Colón directos a algún lugar donde comer y descansar un rato del largo paseo. Alicia notó los dedos de Antonio buscando los suyos. La mano de Alicia le salió al encuentro mientras sus labios esbozaban una complaciente sonrisa de bienvenida.

_¿Cuántas fotos has sacado?

_Uff, no lo sé. Ya me tocará hacer una criba de las mejores para el reportaje pero sé de alguien que no se ha quedado atrás_dijo sonriente._.Dame un minuto_dijo sacando el mapa de la ciudad que llevaba en el bolso. Quería comprobar si iba bien encaminada hacia el restaurante que le habían recomendado en el hotel.

          Una vez en el restaurante se dejaron aconsejar por el camarero, papas arrugadas con mojo picón, ¡cómo no, estando allí!,ropa vieja, cochinillo y diferentes platos para conocer los sabores de  aquella tierra que tanto les estaba gustando. Alicia tomó nota de los diferentes platos y, por supuesto, su cámara los inmortalizó. Alicia guardó la cámara era el turno de disfrutar de la comida y del vino, que el camarero les había recomendado. 

_Esto está muy bueno_dijo Antonio al probar las papas arrugadas.

_Sí, sí que está bueno, a eso se le une el hambre que tenía ya _bromeó Alicia mientras disfrutaba de un sorbo de vino_. Yo con una copa voy de sobra que esta tarde nos toca más paseito fotográfico.

_¿Vamos a seguir por aquí?

_Sí, al menos un par de horas más, tengo en mi planning la calle mayor de Triana, que debe estar muy cerca de aquí y varios sitios de los alrededores. Luego ya podemos irnos al hotel quiero ir a la playa esta noche. Podríamos llegarnos hasta el auditorio.

_Creo que tras estas vacaciones voy a necesitar otras_bromeó Antonio acariciándole la mano a Alicia.

_Es que a pesar de que no lo parezca yo estoy trabajando_comentó Alicia mientras jugaba con los dedos de él y lo veía acercarse para besarla.

          Tras disfrutar de un delicioso mousse de gofio y rematar la comida con el café se despidieron de los camareros. Alicia pidió una tarjeta del restaurante y, entonces sí,dijo que estaba haciendo un reportaje y pidió permiso para fotografiar el interior del restaurante. Se despidieron del personal del restaurante y cogidos de la mano siguieron rumbo a Triana, disfrutando de la Plaza Cairasco, el Gabinete Literario, la Iglesia de San Francisco  de Asís. Callejearon por la zona como cualquier pareja, sus manos entrelazadas sólo se soltaban para Alicia poder sacar fotos aquí y allá. Sus risas cómplices se mezclaban con la alegre algarabía de la gente que paseaba por la calle comercial.

_Bueno, creo que tengo fotos más que de sobra de la zona, ¿te apetece tomar algo?_preguntó Alicia mientras notaba los brazos de Antonio acercarla hacia él. _Acabo de darme cuenta de una cosa.

_¿De qué? ¿De que has olvidado fotografiar una hormiga que subía por la pared del Museo Canario?_bromeó Antonio antes de besarla.

_No_rió Alicia _, no has fumado en todo el día. No te he visto encender ni un solo cigarrillo.

_No, porque estoy con mi otra droga_comentó volviéndola a besar.

_Mira que eres tonto_dijo Alicia acariciándole la cara _.Ahora me alegro si soy el motivo para que dejes de fumar.

_También fuiste para que volviera a hacerlo_dijo riendo Antonio._Anda vamos a sentarnos allí antes de que vuelvas a sacar la cámara.

              Se sentaron en una terraza y pidieron un par de cafés. Siendo conscientes al sentarse de lo cansados que estaban. Las pocas horas de sueño, el viaje en avión, los paseos a un lado y a otro comenzaban a notarse pero ninguno de los dos estaba dispuesto a parar. Ya llegaría la hora de descansar por la noche. Ambos querían disfrutar de cada minuto, de cada rincón y de ellos mismos.

_Entonces esta noche nos quedamos por la playa_dijo Antonio.

_Sí, quiero verla de noche y fotografiarla. Podemos cenar por allí. Estoy pensando que ahora podemos parar un momento por el auditorio y así lo fotografío por no caminar tanto esta noche, que mañana nos espera un día completito.

_¿A dónde vamos? ¿Playa?

_No, mañana nos toca zona centro. No nos hemos de olvidar de las chaquetas porque puede haber cambio de temperatura con respecto aquí por lo que he leído. La costa nos toca el sábado.

_¿Baño incluido?

_Tú estás empeñado en bañarte, estoy segura que el agua debe estar fría y yo no he traído bikini.

_¿Has venido a Canarias sin ropa de baño? ¡Tienes delito! Pues, yo no me quedo con las ganas así que una de dos o te compramos uno o buscamos una playa nudista_dijo riendo.

_Hay una tercera.

_¿Cuál?

_¡Qué te bañes solo!

_¿No serás capaz de no bañarte?

_Bueno, ya veremos. 

             El ascensor los llevó hasta la cuarta planta, donde se encontraban las habitaciones de ambos. Se despidieron en el pasillo con un largo y apasionado beso, quedando allí mismo en una hora para ir a cenar. Alicia sacó su ropa de la maleta y la colocó en el ropero. Contempló su vestuario y se alegró de haber metido más ropa de la que en principio usaría. La presencia de Antonio había sido toda una sorpresa y ella quería arreglarse para él. No quería salir con unos sencillos vaqueros. Dejó fuera uno de los dos vestidos, que había llevado.Un sencillo e informal vestido negro con escote de ojo cerradura, que apenas le llegaba a las rodillas, fue el elegido junto a unas cómodas bailarinas negras. Dejando los tacones para otra ocasión. Tras elegir la ropa y antes de meterse en la ducha Alicia llamó a sus padres,  aún no los había llamado, sólo les había enviado mensaje para decir que el viaje había ido bien, así que ya era hora de dar señales de vida.

            Se miró detenidamente en el espejo. Sí, el vestido era una buena elección, era la primera vez que se lo ponía, de hecho, había sido una de sus últimas compras antes de venirse de Nueva York y no se acordó de él hasta seleccionar la ropa para este viaje. Se colocó bien las medias y calzó. Sólo le faltaba unos toques de perfume. Entraba en el baño para ponerse la colonia cuando escuchó que llamaban a la puerta.

_Llegas pronto_dijo al ver a un sonriente Antonio al otro lado.

_Empezaba a echarte de menos_dijo antes de besarla_.Veo que la espera ha valido la pena.

_Gracias, dame un minuto y ya estoy.

          Alicia entró en el baño para perfumarse mientras su móvil sonaba dentro de su bolso. Cogió el bolso de encima de la cama para coger el móvil, era Gonzalo. No se había acordado de él en todo el día. Miró a Antonio y él enseguida entendió su mirada.

_Te espero en la puerta de la calle_dijo saliendo de la habitación.

_Gracias_dijo Alicia mientras lo veía salir._Hola, Gonzalo_contestó_,llevo todo el día de un lado a otro. Sí, esto es muy bonito, al menos lo que he visto. Sí, acabo de subir al hotel que vamos a ir a cenar.

_¿Vais? Pensaba que ibas sola.Entiendo_contestó Gonzalo notando que el alma se le venía a los pies._No, no, disfruta del viaje. Hablamos a tu regreso y ya me enseñas las fotos.

    
                Guardó el teléfono en el bolso. Se sintió mal por Gonzalo pero esto era algo  inevitable. Ella no podía controlar sus sentimientos y le dolía hacerle daño. Estaba claro que Gonzalo y ella no estaban destinados a estar juntos. En el pasado ninguno lo había intentado y ahora tenía claro que estaba enamorada de Antonio. En realidad, lo sabía desde hacía días pero ahora ya lo tenía claro. La jugada de Antonio había sido maestra. Había sabido jugar sus cartas, haciendo que deseara estar con él, acercándose a ella y al mismo tiempo manteniéndose distante y culminando con aquella sorpresa. Sí, estaba enamorada de Antonio y quería estar con él. Alicia cogió sus cosas  y se dirigió corriendo al ascensor.

_Buenas noches_dijo a la recepcionista y salió a la calle donde vio a Antonio apoyado en una columna fumando un cigarrillo. _No me gusta besar a los ceniceros_dijo risueña quitándole el cigarro y apagándolo._.Creía que yo era tu nueva droga, ¿he de ponerme celosa?_preguntó haciendo un mohín con los labios.

_¿Celosa?

_Sí, si me vas a compartir con el tabaco. Antonio_dijo pasándole los brazos alrededor del cuello._,¿esto es por la llamada, verdad? Escúchame_dijo mirándole fijamente a los ojos._.Quiero estar contigo. Mis dudas ya no están, así que como vuelvas a sacar un cigarro te lo voy a hacer tragar o mejor me lo fumaré yo para que veas lo desagradable que es ir besándose con ceniceros con patas_concluyó antes de besarlo.

_Me entró pánico al pensar que iban a entrarte las dudas de nuevo.

_¿Tú crees que me voy besando con todo dios?

_Con todo dios no pero_dijo riéndose Antonio_con un par que yo conozco sí.

_¡Serás borde!

_Al borde del precipicio es donde me has tenido tú_comentó volviéndola a besar.

_¿Ya me has quitado todo el gloss?

_Juro no haberte quitado nada de eso, ¿qué demonios es el gloss?

_Anda vamos que a este paso nos quedamos en mitad de la calle como dos tontos.

              Cenaron en una de las múltiples terrazas que la avenida de la playa les brindaba. Estaban encantados con el ámbiente de Las Canteras. Las terrazas estaban llenas de turistas y no turistas, con aquella temperatura era imposible no disfrutar de ella. Antonio ya respiraba tranquilo. Ahora estaba verdaderamente relajado, por fin, Alicia había salido de su país de encantamiento decidiéndose y él había sido el afortunado. Sí, durante todo el día lo había tenido claro, los hechos se lo confirmaban pero siempre era mejor corroborar los sentimientos con las palabras. Tras la cena dieron un largo paseo por la avenida. Alicia estuvo un buen rato sacando fotos, estaba totalmente prendada de aquella playa. Podría pasarse la vida allí sin ningún problema.

_Quiero una foto contigo_dijo Antonio haciéndola parar un momento y acercándose a una pareja para que les sacara una foto. Antonio les dejó su  móvil, les explicó como iba y se acercó a Alicia pasándole el brazo por la cintura. Alicia hizo lo mismo al tiempo que le dedicaba una amplia y sincera sonrisa inmortalizada por su espontáneo fotógrafo._Gracias_dijo Antonio recogiendo el móvil y viendo la foto que acababan de sacarles. Era su primera foto juntos, juntos como pareja, porque las de los múltiples cumpleaños infantiles no podían contarse.

_Creo que es hora de retirarnos. Mañana hay que madrugar.

_¿A qué hora me vas a despertar?_preguntó Antonio.

_Siete, lo siento, pero quiero aprovechar el día.

_Uhmmm, ya me estoy arrepintiendo de estas vacaciones, madrugones y largas caminatas.

_¿A sí?_preguntó con un cierto tono irónico Alicia.

_¿Tú qué crees?_preguntó Antonio dejándola acorralada contra la barandilla de la avenida.

_Creo que eres un mentirosillo_dijo antes de sentir los brazos de Antonio a su alrededor._¿Entonces nos hemos olvidado del código ético para siempre?_bromeó mirándolo fijamente a los ojos.

_¿Por qué te contaría yo lo del dichoso código ético? ¿Vas a estar recordándomelo de por vida?

_Y a nuestros nietos_contestó sin pensar Alicia.

_Fíjate que esa idea me gusta_dijo antes de besarla nuevamente.

_Mejor nos vamos ya o se nos hará muy tarde y no sé tú pero yo estoy cansada_comentó agarrándolo de la mano para obligarlo a caminar a su lado.

_Entendido, entendido.

               Entraron en el ascensor en silencio. Sus miradas se cruzaron y se dedicaron una amplia sonrisa. Antonio le acarició la cara acercándose para besarla dulcemente cuando el sonido de la puerta les avisaba que ya habían llegado a su destino. Entraron en el pasillo agarrados de la mano. La habitación de Alicia era la primera de las dos. Alicia sacó la tarjeta y abrió la puerta.

_¿De verdad te vas a ir a tu habitación?_preguntó tras volverlo a besar._Quédate conmigo. Se duerme mejor a tu lado, al menos en el avión dormí a pierna suelta.

          Antonio le dedicó una amplia sonrisa. Sus ojos brillaban encantados con la invitación de Alicia. No quería irse a su habitación. No quería separarse de ella. La abrazó por la espalda entrando detrás de ella en la habitación y cerrando la puerta tras de sí.

Elva Marmed

           

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