Tenías que ser tú. Capítulo 6.

 

Debo estar de suerte, pensó Raquel al ver su maleta salir de las primeras. Cogió la maleta y se encaminó a la salida. Nada más salir lo vio entre la gente que esperaba a amigos y familiares. En ese momento se dio cuenta cuánto lo había echado de menos. ¿Por qué vivían tan lejos el uno del otro? ¿A qué puerto llegaría aquella extraña relación que mantenían desde hacía menos de seis meses? Mira que el destino era caprichoso al haber cruzado sus caminos de la forma más tonta. ¿Cómo imaginar que terminaría manteniendo una relación tan estrecha con el chico con quien se había quedado encerrada en un ascensor? 


Dos horas, nada más y nada menos, tardaron en sacarlos del ascensor. Ellos se lo tomaron con calma. Sentados en el suelo, iluminándose con la luz del móvil. Tras los primeros quince minutos ya hablaban como si conocieran de toda la vida y aquella era la primera vez que se veían. Dos horas más tarde estaban al corriente de sus vidas. Una vez fuera, ya a plena luz del día sus miradas se cruzaron y algo les dijo que no se separan en ese momento. Fueron a comer, luego vino un café, luego otro, la cena, una copa?hasta que llegó el momento de despedirse. Raquel volvía a Londres y no podía perder su avión, al día siguiente tenía clase. No les apetecía separarse. Roberto la llevó al aeropuerto. Intercambio de direcciones de correo y números de teléfono.

El sabor del beso de despedida permaneció en sus labios hasta que Raquel regresó a Madrid. Tres días tenía. Setenta y dos horas disfrutadas con él en vez de pasarlos con su familia. Tres días era el tiempo máximo que habían pasado juntos. Setenta y dos horas a las que apenas había que sumarle unas doce horas de su primer encuentro. Ochenta y cuatro horas hacía el total de sus horas en común y, así y todo, tenían la impresión de conocerse de toda la vida.

?Hola, preciosa.?Mientras se fundían en un fuerte abrazo y sus labios se buscaban. ?Uhm, ¿con quién has estado practicando?

?¿Qué? ¡Mira que eres tonto!

?No, es que aún besas mejor que la última vez. ?dijo antes de volver a besarla.

?Nada, yo que me dedico a ir besando a todo bicho viviente. En Londres me conocen como la loca que va besando a desconocidos.

?A desconocidos no sé pero con los que te quedas encerrada en los ascensores.

?Sí, cierto, porque de normal me quedo encerrada día sí y día también pero para que los bomberos vayan a rescatarme. ?comentó riendo.

?¿Cuánto tiempo tenemos hasta la salida del tren?

?Cinco horas.

?Uhm, cinco horas. ?Repitió tomándola de la mano y guiándola hasta el parking.

?No, escúchame. No imagines nada.

?¿Nada de qué? ?La interrumpió con una pícara sonrisa.

?Nada que no sea comer conmigo, mira que eres tonto.

?¿Sólo comer?

?Sí, sólo comer.

?¿No tengo derecho a postre?

?No, si no terminaré por quedarme y no es cuestión. Sé lo que pasaría si me quedo y esta vez he de pasar por casa.

?Muy bien, ¿qué le vamos a hacer? ?dijo con voz de pena.

?No cuela, Roberto. ?dijo mientras lo paraba. ?.A mí también me apetece estar contigo pero entiéndeme.

?Te entiendo, preciosa, no pasa nada. El viernes está ahí mismo.

?Sí, son sólo cuatro días. Estaré aquí bien temprano. No te dará tiempo de desayunar sin mí.

****

?Pero, ¿de verdad que te vas mañana? Pero, si has sido vista y no vista.

?Mamá, ya lo sé. Volveré más días en verano.

?Pero, ¿quién es ese chico? ¿Qué hay entre vosotros?

?¿Qué hay entre nosotros? La verdad, mamá, no sabría cómo definirlo.

?Pues, hija, eres profe. Deberías saberlo. ?dijo con sorna su madre.

?¡Qué graciosa! Pues, se escapa de mi conocimiento.

?¿Y por qué no viene él?

?¡Mamá!

?Vale, vale. No digo nada. Pero, entiéndeme has llegado el lunes por la tarde y ya te vas mañana. No te veíamos desde Navidades.

?Ya lo sé, mami.

?Vale, supongo que debe ser muy importante para ti. ¿Cuándo lo conoceremos?

?¿Conocerlo? Pues, no lo sé. Mamá, si ni siquiera sé a dónde nos lleva todo esto. A mí me va muy bien en Londres y, ahora mismo, no está la cosa como para atarse la manta a la cabeza y dejar un trabajo a lo loco. Y a él también le va muy bien en su trabajo. No sé, la verdad, mamá, ni idea.

?Bueno, tiempo al tiempo. ¿Tu novela?

?A buen ritmo.

?¿Me dejarás leerla?

?Cuando la termine, antes de enviarla a la editorial, te paso una copia.

?Estoy segura que llegarás lejos. ?comentó su madre dándole un beso en la cabeza.

?Gracias, mami.

****

El tren llegaba puntual. Roberto notaba su corazón acelerado. ¿Cómo era posible sentirse así con alguien con quien apenas había compartido cuatro días? Nunca había sentido nada similar por ninguna chica. ¿Qué tenía Raquel de especial? No sabría qué decir porque no sabía que descartar de ella. Le gustaba todo de ella. Sí, era atractiva pero, eso era la de menos. Algo le decía que era ella la chica que siempre había buscado sin realmente haberla buscado. Sí, tenía que ser ella, al fin y al cabo, su manera de conocerse era digna de una buena historia.

Sonrió al verla acercarse a paso rápido, adelantando a los pasajeros que arrastraban sus maletas como si cargaran en ella toda su vida. Raquel, nada más verlo, aceleró aún más su ritmo. Sentía unas irrefrenables ganas de abrazarlo, besarlo?

?Uhm, me encantan las bienvenidas. ?Bromeó Roberto una vez que sus labios se separaron. ?.Dame, seré caballeroso y llevaré la maleta.

?Si insistes.

?Por cierto, señorita, me ha mentido usted.

?¿Yo? ¿Cuándo?

?Ya he desayunado.

?Ja ja ja, mea culpa.

?Ya sabes que me debes una.

?¿Un qué?

?Un desayuno en la cama.

?¿Un desayuno en la cama? ¿Y qué quieres que te prepare?

?Uhm, nada?le susurró en el oído. ?, te desayunaré a ti. ?comentó antes de besarla en el cuello. ?.Éste es por cuenta de los del correo del pasado fin de semana.

Sus miradas no dejaban de buscarse y encontrarse a lo largo del camino a casa de Roberto. Ambos estaban nerviosos. Volvían a tener tres días para ellos. ¿Y luego qué? ¿Cuándo volverían a verse? ¿Iría Roberto a Londres? ¿Volvería ella a Madrid? En aquel momento todo les daba igual. Sólo querían disfrutar de aquellos tres días de vacaciones. Tres intensos días que les permitiría conocerse un poco más. ¿Qué les faltaba por conocer el uno del otro? En realidad, poco. Cada día se cruzaban sus correos, un mínimo de uno. Probablemente, hablaban más en la lejanía que más de una pareja, que compartieran las veinticuatro horas del día juntos.

Correos de? buenos días? para comenzar la mañana. Correos de ?buenas noches? contándose lo que habían hecho a lo largo del día y lo que harían al día siguiente. Casi podían tropezarse con los amigos del otro y conocerlos sin haberse visto nunca. Sí, si aquello no era una relación, por lo menos, no una relación normal, no sabían qué era.

?Ya estamos en casa. ?dijo nada más aparcar.

?Imagino que ya la tendrás pintada y terminada de amueblar o esta vez también me toca montar muebles.

?No, nada de montar muebles. ?Rio haciéndola ruborizarse.

?¡Mira que eres tonto! ¿Qué demonios hago contigo?

?¿Qué soy irresistible?

?Y poco modesto, por no decir nada.

?Es que no tengo abuela.

?Sí, sí,  que te iban a hacer falta a ti los piropos de tus abuelas. ?comentó viéndolo sacar la maleta.

?Señorita?dijo cediéndole el paso.

?Pues, sí. He de reconocer que te ha quedado muy bien la casa y, bueno, tú sigues siendo del mismo color, al menos la parte visible.

?Te voy a dar yo a ti parte visible. ?dijo besándola mientras le quitaba la chaqueta y el bolso dejándolos sobre la maleta. ?.Te echaba de menos.

?Lógico, todo el que me conoce me echa de menos.

?Y luego soy yo el que no tiene abuela.

?Será eso lo que nos atrae. ?Rio Raquel notando los labios de Roberto bajando por su cuello mientras sus dedos se colaban por dentro de su camisa.

?Puedo jurarte que no es eso lo que me atrae de ti.

?¿A no? ?Preguntó entre beso y beso. ?¿Y puedo saber qué es??dijo mientras notaba como iba cayendo sobre la cama.

?Uhm? veamos, tus ojos?dijo al tiempo que los besaba. ?, nariz, la perfección de tus labios?siguió besándola a continuación. ?, tu cuello, uhm?tu perfume, que vuelve loco a cualquiera, sobre todo estando encerrado dos horas contigo en un ascensor.

?¿Qué más??Interrumpió Raquel, notando que se iba derritiendo con cada palabra, con cada caricia, con cada beso, al tiempo que su cuerpo dejaba de pertenecerle.

?Tu manera de reír, de caminar, hasta tu lengua viperina. ¿Más??Preguntó mirándola a los ojos terminándole de quitar la camisa.

?No, cállate ya. ?dijo besándolo.

?Tus besos.

?No hables más.

?Eres una mandona.

?Y tú en desobediente.

?¿Me vas a castigar?

?No, te pondría un esparadrapo en la boca si no fuera porque me quedaría sin besos. ?dijo sin poder ocultar una sonrisa.

Poco a poco las palabras fueron quedando apelotonadas junto al montón de ropa a los pies de la cama. Ya no había tiempo para charlas. No necesitan hablar para comunicarse, sus ojos, sus manos, sus labios transmitían todo y  más. En aquella habitación, en aquella cama, sobraba todo menos el deseo.

Elva Marmed

Fuente: este post proviene de El Blog de Elva Marmed, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Como comentaba ayer, ¿No me crees? saldrá publicada en breve en todas las plataformas de Amazon, tanto en versión digital como en papel. Hoy te traigo un pequeño adelanto, el primer capítulo; ya en él ...

Sí, lo sé, llevo meses desaparecida de la blogosfera, de wattpad y, de casi todas las RRSS, pero eso no quiere decir que no estuviera con los dedos en las teclas. Sí, con menos asiduidad de lo habitua ...

Menta y Chocolate Hace unos meses me metí de lleno en un nuevo proyecto, en una nueva historia. En una historia, que capítulo a capítulo, o casi mejor decir, cucharada a cucharada, fue publicándose s ...

Recomendamos

Relacionado

general amor blognovela ...

El tiempo invitaba a callejear. El osado sol, desafiaba a las nubes, asomando sus cálidos rayos de sol entre ellas. Probablemente, en unas horas la lluvia haría acto de presencia y el arcoíris les regalaría sus colores pero, ahora estaban encaminando sus pasos rumbo a Hyde Park. Aprovecharían aquellos primaverales rayos de sol para hacer un picnic en el parque, ya luego correrían huyendo de la llu ...

general amor blog novela ...

¿Qué son tres días? Frente a nada mucho pero tres días no es nada. Se pasan sin darte cuenta. Más aun cuando estás disfrutando de cada hora, de cada minuto, de cada segundo. Tres días son como una minúscula isla en medio de la inmensidad del océano. Nada no es nada en un calendario. Ni siquiera es media semana. Tres días te dejan un buen sabor de boca pero también te dejan con ganas de más. Así, c ...

general amor blognovela ...

Raquel cerró la puerta. No podía disimular la sonrisa que asomaba en su cara. Ella podía venderle a Roberto la idea de estar enfadada y no poder permitirle entrar en su vida así sin más, pero ella sabía cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia él. Raquel miró la hora. Necesitaba hablar con alguien. Necesita desahogarse. Casi eran las doce, una hora menos en Londres. Cogió el móvil y envió un ...

general amor blog novela ...

Estaba nervioso. No, estaba más que nervioso. Saber que Raquel estaba en Madrid aunque solo fuera por unas horas lo tenía hecho un flan. Deseaba tanto volver a verla. No esperaba nada de ella. Incluso estaba preparado para ser rechazado por completo. Su última conversación no había sido de lo más acertada. No soñaba con besos y abrazos. Sólo quería volver a hablar con ella. Saber que no había sido ...

general amor blognovela ...

Fran y Marcos caminaban unos pasos por delante de Roberto y Raquel. El destino, la casualidad, el azar o lo que fuera había hecho que Marcos y Roberto tuviesen aparcados sus coches uno junto al otro. Joder, mira que es grande el parking de Barajas, y tenían que estar los coches uno al lado del otro, pensaba Fran mientras escuchaba las voces de Raquel y Roberto hablando de los planes del fin de sem ...

general amor blog novela ...

De: Raquel Suárez. A: Roberto López. Londres, 15 de abril 2011 Hola, hola, Roberto: ¿Cómo estás? Yo con ganas de ver el sol. Estoy aburrida de tanta lluvia, llevamos unas semanas que no para de llover. No me vale que me recuerdes donde estoy, ya con oírselo a mi madre tengo de sobra. Te cuento, esta semana tengo unos días de vacaciones. Voy a ir a casa pero había pensado, que si te apetece, pu ...

general amor blognovela ...

Diferentes. Así de fácil. Sin duda alguna. Sí, de tener que comparar los besos de Roberto con los de Fran los definiría así. Eran diferentes. Ambos sabían besar bien pero, como en todo, eran distintos. De no haberse cruzado Roberto en su vida Fran sería perfecto, inigualable pero esa no era la realidad. Roberto había entrado en su vida antes que Fran y algo innato en el ser humano es el comparar. ...

general amor blognovela ...

La cotidianidad había regresado a su casa. El huracán Jelly acaba de despedirse de ella. La despedida no era la esperada. No había ido al aeropuerto con ella. No, sólo la había acompañado a la puerta de casa donde un sonriente Gonzalo la esperaba en su coche aparcado en doble fila. En realidad, no era una despedida sino un hasta luego. ?No cometas el mismo error que yo. ?¿Enamorarme de alguien que ...

general amor blognovela ...

Roberto parecía haber congeniado bastante bien con los amigos de Raquel, incluido Fran. Sí, Fran era verdaderamente agradable y simpático. A pesar de beber claramente los vientos por Raquel y, obviamente preferir que Raquel y Roberto no estuviesen juntos, se mostraba abiertamente con Roberto. _¿Y tú, cómo acabaste en Londres?_ preguntó Roberto. _¿No me dirás que también viniste detrás de una chic ...

general amor blognovela ...

El sonido de la música se mezclaba con su rápido teclear. Pocas líneas le faltaban para concluir aquel capítulo. Estaba a nada de terminar aquella historia, la cual seguía sin nombre. ¿Cómo era posible que le estuviese costando darle nombre a su novela? ¿Cuántas páginas llevaba escritas? Casi trescientas páginas y nada el nombre seguía sin aparecer. Desde la editorial le habían hecho un par de sug ...