_¿Sigue en pie lo de hoy?_ le preguntó Sergio entrando detrás de ella en el ascensor.
_Ah, hola, buenos días, Sergio. Sí, sí, claro, a no ser que tú tengas algo y no puedas.
_No, algo muy importante debería ser para que yo anulara esa copa_contestó Sergio bajo la atenta mirada de Analia.
_Bueno, nos vemos luego, entonces_dijo Amanda con una sincera sonrisa saliendo del ascensor porque ya había llegado a su piso.
_Espera_dijo Sergio saliendo del ascensor mientras se cerraban las puertas.
_¿Sueles salir de esa manera de los ascensores?_preguntó divertida Amanda.
_No, sólo cuando quedo con una chica y no fijamos ni sitio ni hora.
_Ja ja ja, bueno, pues, por haber arriesgado tu integridad física pon tú la hora y el sitio.
_¿Trabajas esta tarde?
_No. Hoy no.
_Bueno, ¿quedamos a las nueve?
_Vale. ¿Dónde?
_¿Quieres que te pase a recoger por tu casa?
_¿Por casa? Vale, bueno,no. No voy a estar en casa. Dime mejor sitio. Espera mejor anota mi móvil y ya hablamos luego, igual llego a tiempo a casa. ¿Te parece?
_Como quieras. Dime el número.
Analia parecía estar en un partido de tenis. Asistía silenciosa a la conversación. Hacía tiempo que le había comentado a Amanda sus sospechas sobre Sergio y ahora ya lo tenía claro del todo. Se despidieron y entraron en la redacción mientras Sergio subía corriendo los dos pisos.
_¿Tenía yo razón o no?_ le preguntó mientras se quitaban las chaquetas nada más llegar a sus respectivas mesas.
_¿De qué?_ preguntó Amanda._.Ah, hablas de Sergio. Sólo es una copa.
_Para ti. Para él no. El chico no está mal, podrías hacerle algo de caso, ja ja ja.
_Analia, no me líes. No tengo ganas de rollos sentimentales y menos con un compañero.
_Bueno,no somos exactamente compañeros.
_Ya, ya lo sé.
_¿Vendrá mañana a la cena?
_No, venga,en principio no.
_Igual deberías invitarlo y darle celos a ya sabes quién.
_Nooooo, me parecería muy feo hacer eso. Además, tampoco creo que funcionase, ya sabes quién, como dices tú, ha conocido a todos los chicos con los que he salido y nunca se ha sentido celoso.
_Pues, dale dos patadas y una oportunidad a otro.
_Déjalo ya, centrémonos en el trabajo. No tengo ganas de líos y quiero acabar pronto.
* * *
Amanda se vistió y desvistió varias veces. No terminaba de convencerla ninguno de los modelitos elegidos. No quería ir demasiado arreglada pero tampoco quería ir con los vaqueros de cada día. No estaba dentro de sus intenciones intentar impresionar a Sergio y darle falsas esperanzas. Nada. No era su día. Nada la convencía. Todo le parecía demasiado. Optó por lo rápido y fácil, unos levis, un top negro de tirantes y la cazadora negra. Miró el reloj, era hora de salir corriendo de casa si no quería llegar tarde. Al final habían quedado en la puerta de unos de los bares de moda. Se perfumó y miró al espejo. Estaba bien, le gustaba el resultado. Metió las llaves de casa en el bolso y salió corriendo de casa. El bar no quedaba lejos y quería ir caminando. No le apetecía mover el coche para un paseo de veinte minutos andando. Nada más salir del portal comenzó a escuchar el móvil en su bolso. Sabía quién era. Aquel tono lo delataba. Era la canción de Alejandro, I"ve got you under my skin.
_Hola, Mandy, ¿qué tal? Te llamaba a ver si te animabas a venirte a la presentación del libro y luego te invito a cenar. Sí, cierto, tenías una cita con el señor misterioso_bromeó.
_No es ningún señor misterioso. Lo siento, Ale, hoy no puedo. Nos vemos mañana.¿Qué si va a ir mañana? Pues, mira, igual sí que lo invito. Ya te aviso. Sí, que sí. No seas pesado. ¿Me vas a venir a recoger? Ale, eres un pesado. Hala, te dejo que llevo tacones y voy caminando rumbo a mi "no cita". Venga, hablamos mañana. Otro para ti.
Amanda guardó el móvil. Sí, decidido invitaría a Sergio. Igual ya tenía planes, por invitarlo con tan poco tiempo, a ver si servía para que Alejandro la dejara tranquila por un tiempo o terminaría diciéndole la verdad. Un par de minutos pasaban de las nueve cuando Amanda entró en el bar, comenzaba a estar bastante lleno. Enseguida vio a Sergio que le hacía señas desde una mesa al fondo del local. Amanda dibujó la mejor de sus sonrisas en su rostro y pasó haciéndose hueco por medio de las mesas.
_Perdona por el retraso_dijo acercándose y dándole un par de besos.
_Perdonada. Ha valido la pena_dijo mientras aspiraba el aroma de su perfume._¿Has venido en coche?
_No, al final, he venido paseando. Desde casa tengo un paseito de veinte minutos y no me apetecía mover el coche para terminar dejándolo más lejos. He salido con tiempo pero me ha llamado un amigo y ya me he entretenido.
_El "no novio exactamente"_bromeó Sergio mientras le hacia señas al camarero.
_¿Qué?_preguntó Amanda._. Ah, sí, sí, ese mismo, es el que ha organizado la cena de mañana y estábamos quedando. Bueno, en realidad quería_ que lo acompañara a la presentación de un libro pero le dije que había quedado contigo.
_Vaya te he arruinado la cita.
_¿Qué? Noooooooooo, para nada. A ver si hubiese querido salir con Alejandro te hubiera llamado y dicho, Sergio me he roto una uña no puedo salir_dijo entre risas.
_Joder, podrías buscar una excusa mejor,por ejemplo, yendo para casa me ha picado una víbora.
_¿Una víbora en medio de Madrid?_rió.
_A alguna conozco_dijo contemplándola quitarse la chaqueta y dejándola sobre el bolso.
_¿No lo dirás por mí?
_No, no me gustan las víboras. ¿Qué quieres beber?_preguntó al llegar el camarero.
_Pues, no lo sé. Un mojito.
_¿Has cenado?
_No exactamente.
_¿Todo en tu vida es un "no exactamente"?_bromeó Sergio.
_No, ja ja ja. Salí a comer con unas amigas por lo de mi cumple y terminamos tarde, de ahí que no haya cenado pero casi porque no me cabe nada. ¿Y tú?
_No, pero ahora mismo no tengo hambre.
_Bueno, ¿te apetece venir mañana a mi cena de cumpleaños?
_¿Hablas en serio? ¿Y tu "no exactamente novio" no se pondrá celoso?_preguntó Sergio con un brillo especial en los ojos.
_¿Celoso? No, y si se pone es su problema. No, de verdad, Alejandro no es mi novio. Somos amigos, buenos amigos, sólo eso_comentó notando que se le borraba la sonrisa y enseguida volviéndosela a dibujar. Tenía que olvidarse de Alejandro y Sergio podría ser su medicina._.Bueno, entonces, ¿te apetece? Sé que es avisar con poco tiempo, igual ya tienes planes.
_Sí, sí me apetece. Había quedado con unos amigos pero nada que no se pueda anular.
_No, por mí no cambies tu planes.
_No se me ocurre nadie mejor por los que cambiarlos.
Mierda, Analía estaba en lo cierto pensó Amanda mientras escuchaba a Sergio. Ella no quería hacerle perder el tiempo a Sergio. No quería darle falsas esperanzas pero ahora no podía dar marcha atrás y decirle que no estaba invitado. Sergio le caía bien, lo poco que conocía de él le gustaba. Igual era el momento de aprovechar y conocerlo e intentar olvidar esos sentimientos no compartidos, que la invadían desde hacía meses. Se centró en la conversación de Sergio. Era verdadermente encantador. Las horas se le pasaron rápidas en su compañía. No, no era Alejandro. Nadie era Alejandro. Alejandro era irreemplazable pero igual podrían convivir de alguna manera, haciendo que Alejandro ocupara su verdadera plaza, la de amigo.
_Sergio, estoy muy bien contigo pero estoy rota.
_Te acompaño a casa.
_No, no hace falta. No te preocupes.
_No, así me da el aire y me despejo. Demasiadas copas como para coger el coche y creo que mi coche está a mitad de camino entre el bar y tu casa.
_Pero ¿sabes dónde está tu coche?_bromeó Amanda._.Si no conozco a un chico que te resuelve esa papeleta.
_Lo sé , lo sé. Quiero decir que sé dónde lo dejé. Vamos.
_Espera que voy a pagar.
_De eso nada. Estás invitada.
_¿Y eso por qué?
_Una porque me apetece, dos porque ya estamos en el día de tu cumpleaños y tres porque si intento conquistarte no voy a dejar que pagues.
Amanda sonrió. No contestó. No sabía qué decir. Ya estaba claro, Sergio quería algo con ella, en su cabeza resonaba el te lo dije de Analia. cogió la chaqueta y el bolso mientras Sergio pagaba en la barra. No le hacía falta ponerse la chaqueta tanto mojito la había hecho entrar en calor. Nada más salir del bar Amanda escuchó el I"ve got you under my skin. ¿Para qué la llamaba Alejandro ahora? Nada más sacar el móvil vio que tenía un par de llamadas perdidas de él.
_Buenas, últimamente me cuesta contactar contigo. No, no pasa nada. Sólo quería ser el primero en cantarte el cumpleaños feliz como cada año. Ya sé que naciste a las cinco de la mañana pero como esta noche no estamos juntos quería adelantarme. ¿Qué tal con el señor misterioso? Ah, entonces viene mañana. Vaya, pues, para no haber nada. ¿Ya vas para casa? Vale, venga te dejo. Besitos.
Amanda guardó el móvil bajo la atenta mirada de Sergio, que caminaba en silencio a su lado. No eran novios pero tenía claro que había algo especial entre ellos. Los ojos de Amanda brillaban de manera especial y el tono de llamada era bastante curioso y decía mucho. Más que mucho, lo decía todo. Amanda le dio las indicaciones a Sergio de donde sería la cena de camino a casa.
_Cuento contigo, estará Analia, que la conoces y bueno yo.
_Sí, claro, faltaría más que no estuviera la cumpleañera. Por cierto, felicidades, que ya es treinta y uno de mayo. ¿Cuántos cumples si se puede saber?
_Gracias. Veintinueve. El año que viene doy el gran salto de década.
_Yo ya lo di hace un par de años así que te daremos la bienvenida encantados.
_Por aquí_indicó Amanda girando a la izquierda.
_Mira allí está mi coche.
_Ja ja ja, pues, casi casi en la puerta de mi casa. Yo vivo allí_dijo señalando con la mano el portal de su casa.
_Joder, si lo sé te hubiese recogido en la puerta nada más bajarme del coche.
_Bueno, ya hemos llegado. Gracias por la salida y por acompañarme a casa.
_El placer ha sido mío.
_Nos vemos mañana.
_¿Quieres que te recoja?
_Pues, no sé que decirte. Hablamos mañana, ¿vale?
_De acuerdo. Bueno, que tengas dulces sueños_dijo mirándola fijamente a los ojos.
_Lo mismo te digo.
La situación era incómoda. Una despedida en la que no sabes muy bien qué hacer. Amanda se acercó y le dio un par de besos en las mejillas. Abrió la puerta del portal y le dijo adiós desde allí mientras lo veía caminar hacia su coche.Nada más entrar en casa se quitó los tacones.Eran cómodos pero tenía los pies destrozados, sobre todo de la carrera de la ida. Dejó el bolso y la chaqueta en el perchero de la entrada. Se dejaba caer en el sofá cuando escuchó el telefonillo.
_Vaya, Sergio, sí que eres valiente_dijo riendo mientras iba a contestar._ ¿Sí?
_Hola, cumpleañera, ¿me abres la puerta?
No era Sergio. Era Alejandro. ¿Qué hacía allí? Amanda se miró en el espejo que tenía junto al perchero de la entrada. Se arregló los pelos mientras se recriminaba por hacerlo y se pasó un poco de gloss labial en un abrir y cerrar de ojos. Abrió la puerta al escuchar el sonido de la puerta del ascensor. Allí estaba Alejandro con un enorme ramo de rosas azules.
_¡Feliz cumpleaños! ¿De verdad creías que no vendría a darte tus veintinueve besos?
_Gracias.¡Estás loco! Acabo de llegar.
_Te he visto llegar con el misterioso, con ese que no has tenido una cita. ¿Cómo es posible que no te diera un besazo de despedida?
_Tal vez porque no era una cita_dijo cogiendo el ramo y dándole un par de besos a Alejandro._.Anda pasa y cierra antes que doña Pura salga a la puerta_comentó sonriendo.
_Ja ja ja, y diga, pues para no ser tu novio pasa mucho tiempo en tu casa, Amanda_bromeó Alejandro cerrando la puerta.
_¿Qué tal la presentación?
_Bien.
_¿Y la cena?
_Aburrida y claro como no llevé acompañante porque tenía una cita.
_Otra vez con esas.
_¿Qué tal tu cita?_preguntó mientras Amanda cogía un jarrón de cristal y lo llevaba a la cocina para ponerle agua antes de colocar las rosas.
_Repito, no era una cita pero muy bien. Sergio es muy agradable. ¿Será verdad lo de la aspirina?_preguntó colocando las rosas y dándose cuenta que había un sobre entre las flores que no había visto._¿Y esto?
_El resto del regalo.
_¿Qué es?
_Ábrelo y verás. Es un regalo compartido.
_¿Compartido? ¿Con quién?
_En principio conmigo pero si el misterioso deja de serlo y pasa de dar dos besos en las mejillas, mejor dicho recibirlos, a dar un beso como dios manda, pues me sacrificaré.
_No entiendo.
_Pues menos hablar y ábrelo ya.
-
_¡Te has vuelto loco!_exclamó Amanda al abrir el sobre y ver una reserva para dos en el hotel hacienda Los Robles.
_Tienes el circuito de spa pago,como comentabas el otro día con Helena que te apetecía ir de spa, eso sí, la reserva es para principios de agosto. No conseguí antes en los días que en principio podíamos los dos.
_Uauh, gracias, Ale_dijo Amanda dándole un fuerte abrazo a su amigo._.No tenías por qué hacerlo.
_Sí, te mereces eso y más, ¿quién es la que aguanta todas mis pena de amor? En realidad, quería regalarte otra cosa pero se complicó.
_¿El qué?
_Quería regalarte entradas para ver a Bublé, claro que como no había concierto en España, estaba mirando fuera pero se iba un poco de presupuesto. Para otra ocasión, para cuando nazca Diego.
_¿Diego? ¿Qué Diego?
_El hijo que tendremos dentro de diez años_comentó sin parar de reírse Alejandro._porque no sé yo si éste, ¿Sergio?, se pondrá las pilas rápido.
_¿Y tú crees que yo te voy a esperar diez años? Mucho esperas tú_dijo colocando el jarrón con las veintinueve rosas azules en el salón._.Son realmente bonitas, gracias_comentó besando a su amigo._.¿Te vas a ir?
_Pensaba quedarme_comentó abrazándola._ pero la cumpleañera manda.
_Quédate. Así que dentro de diez años me invitarás a ver a Bublé, ¿en Canadá?
_¿Cánada?
_Hombre es lo mínimo si te voy a hacer padre.
_Joder, sí que me va a salir caro el hijo, después dicen que vienen con un pan bajo el brazo_bromeó mientras la seguía hasta la habitación.
Elva Marmed