Madrid, Octubre 2008
_Alejandro, ¿ya no vas a volver a irte?
_No, mamá, ya me quedo aquí. Ya Andrés ha regresado tras la baja así que aquí me tendrás hasta que me mude.
_Pero,¿estás seguro en eso de irte de alquiler?
_Mamá, ¿no crees que ya es hora que me marche de casa?
_No digo que no pero ¿por qué no esperas a encontrar una oportunidad de compra?
_Mamá, ya lo tengo decidido, me voy de alquiler.
_Vale, vale. Me parece muy bien_contestó tras darle un sorbo a su café._Alejandro.
_Dime, mamá.
_¿Y Amanda, no sabes nada de ella? No entiendo que volviera a Valencia y no se despidiera de nosotros.
_No, no sé nada de ella_contestó. Sabía que sus padres no entendían la marcha de Amanda. Ellos no conocían lo que había pasado entre ellos.
Almudena observó detenidamente a su hijo. Tenía claro que le ocultaba algo. Amanda nunca se hubiese ido de esa manera. No sabía qué había sucedido entre ellos pero nada bueno. Una amistad de once años no acaba así de la noche a la mañana.
_Alejandro, ¿ha pasado algo entre vosotros?
_Disparidad de opiniones_contestó Alejandro.
_¿Qué? ¿Disparidad de opiniones? Hijo mío, no te entiendo.
_Nada, mamá, no hay nada que entender. Mandy y yo, Mandy y yo...Mamá, lo he jodido todo.
_¿Qué ha pasado?_preguntó Almudena levantándose y sentándose junto a su hijo. Sí, algo le pasaba.Su hijo no era el mismo desde el fin de semana que había pasado con Amanda en Navacerrada. De hecho, lo encontraba demacrado, había bajado de peso, lo había achacado a la comida inglesa pero igual no era ese el motivo._¿Qué ha pasado entre Amanda y tú?
_No veíamos de la misma manera nuestra relación_dijo Alejandro.
_Ya_contestó tajante Almudena.
_¿Noto cierto sarcasmo en tu voz, mamá?
_No, hijo, no te confundas. No es sarcasmo es un "lo sabía".
_¿Qué sabías?
_Que vuestra relación, esa amistad con "derechos"no tenía ningún futuro. Además, ¿cuándo has visto tú a Amanda acostarse con un chico que no fuera su novio? Piénsalo, Alejandro, si no te habías dado cuenta que esa chica estaba enamorada de ti es porque estabas ciego.
_¿Qué? ¿Tú también mamá?
_Cielo, dudo que alguien no se diera cuenta de ello. Sus ojos la delataban y me atrevería a decir que tú estás enamorado de ella.
_No, mamá, te equivocas.
_Alejandro, ¿me puedes explicar por qué tienes tanto miedo a enamorarte? No, a enamorarte no, a aceptar que lo estás. ¿Cuál es el problema?
Valencia, Octubre 2008
_Cariño, sabes que puedes contar con nosotros. Te lo dije la semana pasada y te lo vuelvo a decir ahora pero ¿estás segura de lo que vas a hacer? ¿Estás segura de no decirle nada?
_Mamá, no puedo llamarlo. No puedo llamarlo y decirle "Ale, vas a ser padre". No, no puedo hacerlo. No quiero que de pronto decida estar conmigo porque estoy embarazada.
_Amanda, ¿estás segura? ¿Le vas a negar la paternidad?
_Jo, mamá.No me digas eso_contestó con lágrimas en los ojos._.No puedo, por el momento no puedo. No podría hablar con él sin echarme a llorar. No, no lo voy a llamar. Quiero...necesito que sea él quien me llame.
_Muy bien, es tu decisión y nosotros te apoyaremos decidas lo que decidas. Eso sí, ya es hora que dejes de estar llorando a toda hora o mi nieto va a pensar que su madre es una llorona_Bromeó Luz abrazando a su hija._.Anda, sécate las lágrimas que tienes unos ojos preciosos para tenerlos rojos de tanto llorar. Ya verás que todo se arreglará_dijo besando a su hija en la cabeza bajo la mirada de su marido._Bueno, ¿y qué vas a hacer hoy?
_Nada. Ahora me iré a casita.
_Cielo, deberías salir. No quiero que te quedes en casa encerrada. Aprovecha ahora que cuando nazca el pequeñín todo cambiará.
_Lo sé, mami, pero no me apetece. Además, últimamente tengo mucho sueño.
_Eso es normal, Amanda, es uno de los claros síntomas de embarazo.
***
Nada más llegar a casa se cambió de ropa y se tumbó en el sofá. Sí, no era el mejor plan para una noche de sábado pero no le apetecía salir. Esther la había llamado e insistido para que saliera con ella, Juan y un par de amigos pero no tenía ganas. Además, estaba cansada. Le apetecía acurrucarse en el sofá y ver una película. Nada más acomodarse en el sofá sonó su móvil. Estiró el brazo hasta alcanzar el móvil. Miró la pantalla. Era Sergio.
_Hola, preciosa, ¿cómo estás? Imagino que ya instalada del todo en tu nueva casa. ¿Qué tal va todo por ahí?
_Hola, Sergio. Sí, ya instalada del todo. Por fin ya no hay ni una sola caja en medio del salón. Bien, la verdad es que no me puedo quejar. Me ha tocado un equipo muy bueno con el que trabajar y mi jefe es encantador. Sí, claro que puedes venir a visitarme cuando quieras. No, no estoy con Alejandro. No, tampoco. Libre como el viento, como mejor se está.
_¿Aceparías mi visita la próxima semana? No, no te preocupes. No voy a intentar nada, ja ja ja, al menos en un principio. Genial, entonces el viernes nos vemos. ¿En tu casa? ¿De verdad?
_Sí, no hay problema tengo una habitación de sobra, al menos por el momento_comentó Amanda acariciándose la barriga. Aquella era la primera vez que lo hacía y de pronto una sonrisa iluminó su rostro._.Hasta el viernes.
Amanda se quedó contemplando el móvil. Estaba tentada a llamarlo. Buscó el número de Alejandro y durante unos minutos se quedó mirándolo fijamente.
_No, Ale. No te voy a llamar.
Madrid, Noviembre 2008.
Sí, aquella era su casa. Su primera casa. Por fin había salido de casa de sus padres. Aquella era su primera noche tras su vuelo del nido paterno. Cogió el móvil. Quería llamarla. Necesitaba contarle que ya por fin vivía solo. No, no podía hacerlo. No debía hacerlo. Amanda necesitaba recuperar su vida. Amanda necesitaba estar lejos de él. Amanda necesitaba olvidarse de él. ¿Olvidarse de mí? ¡No quiero que se olvide de mí! pensó mientras encendía el equipo de música. No, Alejandro, no puedes llamarla sin tener claros tus propios sentimientos. No seas egoísta se decía mentalmente mientras elegía qué poner. Vio los cds comprados en Londres, Bublé. Se decidió por It"s Time. Nada más comenzar a sonar los primeros acordes de Feeling Good la imagen de Amanda se hizo más real. Pensó en cambiar de disco pero no podía. Estaba paralizado. No entendía nada. No se entendía así mismo. ¿Por qué se sentía así? ¿Acaso era verdad que estaba enamorado de ella? ¿ De qué tenía miedo entonces? Las canciones pasaban y él seguía allí sentado casi parecía estar petrificado. Y de pronto sonó el I"ve got you under my skin viniéndole a la mente cientos de imágenes. Amanda bailando el día de su cumpleaños, a él bailando con ella, las risas de ella tras su acuerdo de tener un hijo dentro de diez años. Sus besos de fresa.
Debía llamarla. Necesitaba llamarla.Cogió el móvil. Iba a pulsar su número. Echaba de menos a su amiga. Nunca había estado tanto tiempo lejos de ella. Nunca se había sentido tan lejos de ella. Necesitaba a su amiga...
_Amiga_dijo dejando el teléfono sobre el brazo del sillón._.No puedes llamarla. No sabes qué demonios sientes por ella.
Valencia, Noviembre 2008
_Hola, preciosa_dijo Sergio nada más abrir la puerta Amanda.
_Hola, pasa_contestó Amanda tras darle un par de besos.
_Estás aún más guapa, ¿cómo es posible?
_Tú que me ves con buenos ojos_contestó cerrando la puerta mientras le venía a la mente los comentarios de todo el mundo, todos sus conocidos le decían lo mismo a raíz de su embarazo. Igual sus locas hormonas producían ese efecto en ella._¿Qué tal el viaje?
_Bien, se me ha hecho corto y es raro teniendo en cuenta las ganas que tenía de verte.
_Ven, te enseñaré tu habitación para que dejes tus cosas.
***
Hacía días, semanas, que no se lo pasaba tan bien. Sergio estaba logrando que se olvidara de todo. Aquellas últimas horas se había olvidado de Alejandro, ni una sola imagen suya le había venido a la mente mientras disfrutaban de la cena.
_¿De verdad no quieres beber nada? Nada de vino en la cena y tampoco quieres una copa ahora. No voy a intentar emborracharte para que me hagas caso_bromeó Sergio.
_No, gracias._contestó._.No puedo.
_¿Y eso?_preguntó Sergio.
_Uff... Sergio, estoy embarazada. Hala, ya lo he dicho.
_¿Embarazada?_preguntó un sorprendido Sergio mientras la miraba detenidamente. Nada le indicaba que lo estuviera_.No se nota.
_Sólo estoy de doce semanas.
_¿Alejandro?_preguntó mientras ella asentía con la cabeza._.Pero, ¿me dijiste que no estabas con él?
_Y no lo estoy. No lo sabe.
_¿Por qué?
_Porque lo he decidido así. No acabamos muy bien y no quiero que esté conmigo por estar embarazada.
_Me has dejado de piedra.
_Debí decírtelo para que no hicieras el viaje.
_¿Y por qué no iba a hacerlo?
_Ya sabes por qué.
_¿Porque estás embarazada? Tenía ganas de verte, me da igual que estés embarazada o no, yo quería verte.
_¿No vas a salir corriendo?
_No, ¿por qué?
_No sé, igual te habías hecho alguna idea y ahora yo te digo que estoy embarazada y no de ti.
_No, eso lo tengo claro_dijo con una sonrisa._. Mío es imposible.A no ser que me haya dado un golpe en la cabeza y no recuerde justo el haber estado contigo, que tendría narices que justo eso fuera mi laguna.
_Ya.
_¿Puedo hacerte una pregunta?
_Sí, claro.
_¿No se lo vas a decir?
_No y te pido que si te lo encuentras no se lo digas, por favor.
_No, claro.Pero, perdona que me meta donde nadie me llama ¿por qué no se lo dices?
_No quiero que esté conmigo porque estoy embarazada.
_Ya.
_No lo entiendes, lo sé.
_A mí me gustaría saberlo en caso de ser yo el padre.
_Sergio, lo sé pero no voy a decírselo. No puedo. Las cosas entre nosotros no están bien y no quiero obligarlo a una relación. Lo conozco y sé que se sentiría obligado y no quiero eso.
_Tú decides_respondió mirándola a los ojos y notando que se le llenaban de lágrimas._.¿Sabes que puedes contar conmigo, verdad?_dijo acariciándole la mano que tenía sobre la mesa._¿Tengo alguna posibilidad de que te enamores de mí ahora que entre tú y Alejandro no hay nada?
_¿De verdad tienes ganas de liarte conmigo sabiendo que estoy embarazada?
_¿Por qué no? Sigues siendo la misma Amanda.
_No dejas de sorprenderme, Sergio. Ahora mismo no tengo ganas de líos amorosos_contestó antes de que Sergio la besara.
Elva Marmed