La mañana estaba siendo un tanto rara en la oficina. La redacción parecía desierta, más de la mitad de la plantilla había aprovechado para hacer puente. Amanda estaba al pie del cañón, una porque estaban a unos días a la fusión de las dos revistas y dos, Diego no tenía puente, así que prefirió guardar el día para otra ocasión mejor. Estaba tan concentrada en su trabajo que al sonar el teléfono en su despacho dio un brinco de la impresión.
_Amanda González, buenos días. Ah, hola, Ricardo. No, ni me había dado cuenta que era tu número de extensión. Sí, vale. Dame media hora que termino este artículo y me tienes en tu despacho. Ok. Sí. Hasta ahora.
Amanda colgó el teléfono. Era su jefe. Imaginaba que quería contarle algo sobre la fusión. Andaba entusiasmado con la idea y, según se iba acercando el día más exultante parecía. Amanda terminó de corregir el artículo y tras darle un nuevo vistazo a su correo fue al despacho de su jefe.
_Buenos días, Ricardo._dijo al entrar en el despacho.
_Pasa Amanda y siéntate. ¡Qué silencio hay hoy en la redacción!
_Sí, la verdad, es extraño tanto silencio.
_Te cuento. Acabo de hablar con los madrileños._dijo con un entusiasmo contagioso.
_¿Y qué tal?_ preguntó Amanda.
_Genial, la verdad es que hemos tenido suerte. Los de Mundo Literario parecen muy agradables. Carlos el director es muy majo y hoy he estado hablando con Alejandro, quien coordinará al equipo en Madrid, y es muy agradable.
_¿Alejandro?
_Sí, Alejandro Rodríguez.
_¿Alejandro Rodríguez?_preguntó incrédula de lo que acaba de oír.
_¿Lo conoces?
_No, supongo que no. Conozco a un Alejandro Rodríguez pero trabaja en un periódico, en internacional.
_Sí, la verdad es que un nombre y apellido muy común en España. Bueno, como te decía es muy agradable y parece ser que es muy bueno trabajando, así que será tu compañero perfecto.
_¿Mi compañero perfecto? ¿Por qué lo dices?
_Amanda, hoy estás espesa, ¿eh?_bromeó su jefe, el cual la tenía en muy alta estima._Está bien claro. Él será el responsable de Madrid y tú aquí. Y tú eres de lo mejorcito, por eso lo digo.
_Ah, gracias, Ricardo. No sé qué estaba pensando.
_¿Acaso pensabas que estaba tratando de liarte con él?_ preguntó Ricardo._Ja ja ja, no soy tan maruja, ja ja ja.
_No, no. Je je je, ¡ni se te ocurra entrar también tú en ese juego!_contestó Amanda con una amplia y sincera sonrisa.
_No, sabes que en tu vida privada no me meto. Bueno, volvamos al tema. Te cuento, el viernes llega él y un par de compañeros más, los que se van a quedar en Valencia por un tiempo.
_El viernes los conoceremos a todos. La verdad es que ya tengo ganas de estar fusionados. ¿Cuándo comenzaremos a ser la misma revista?
_Pues, en la reunión del lunes ultimaremos detalles y se supone que el próximo mes ya salimos a la calle con el nombre nuevo.
_Uff, nos va a tocar currar bastante.
_Sí, pero sabes que confío en ti y en tu equipo plenamente.
_Lo sé, Ricardo, y te estoy agradecida por ello.
Amanda y Ricardo estuvieron reunidos durante un largo rato. Últimando detalles para la fiesta del viernes y la reunión del lunes. Una hora larga después Amanda regresaba a su despacho dándole vueltas a la cabeza. No, no puede ser. Esto no es más que una mera coincidencia de nombre y apellidos. ¿Cuántos Alejandro Rodríguez hay en España? Amanda tecleó en la página del Instituto Nacional de Estadística "ALEJANDRO". Imposible, sería mucha casualidad, hay casi doscientos cuarenta y dos mil Alejandros en España, pensaba. Amanda, ¿te estás volviendo loca? Alejandro estaba contento en el periódico así que dudo mucho que haya cambiado de trabajo.No, olvídate, no es Alejandro. Sin embargo, en breve te tocará ponerte las pilas y armarte de valor porque Diego necesita conocer a su padre.Y Alejandro saber que es padre. Claro que igual ya es padre. En estos años le ha dado tiempo de tener un par de hijos y teniendo en cuenta su puntería.
Madrid, Abril de 2013
No, Gustavo no va a estar en lo cierto con sus rollos sobre el destino. La Amanda de la que me ha hablado Ricardo no puede ser Mandy. No, imposible. Amandas en Valencia debe haber hasta debajo de las piedras. ¿No era ese el nombre de la virgen de allí? Ah no, empieza por A pero no es Amanda. ¿Cuál era? Amparo, sí. Joder, no tiene nada que ver. Bueno, ambos comienzan por "A", continúan por "M" y tienen seis letras. Sí, normal mi confusión.
_ ¿Alejandro, qué coño estás pensando? Joder, creo que nunca he pensado tanta tontería junta. Mejor me pongo a trabajar._ dijo en voz alta.
_¿Hablas conmigo, Alejandro?_preguntó Jose desde la puerta del despacho.
_No, Jose, hablo conmigo mismo.
_Malo, malo, háztelo mirar_bromeó Jose._¿Comemos juntos?
_¿Ya es hora de comer?_ preguntó asombrado Alejandro comprobando la hora en la pantalla del ordenador. _Joder, ¡cómo pasan las horas! Sí, como contigo. Dame un par de minutos y bajamos a comer.
Valencia, Abril de 2013
Diego andaba jugando en su habitación mientras Amanda estaba enredada en la cocina. Cocinar la relajaba, especialmente, la repostería así que allí estaba preparando la tarta de cumpleaños para su hijo. Se lo había puesto difícil. Quería una tarta con forma de barco pirata y, tras hacer un largo estudio en Internet a lo largo de la semana pasada, había optado por una tarta de galletas. Era lo menos complicado para hacer la forma del barco. ¿De dónde si no iba a sacar el molde con forma de barco?
En la mesa de la cocina tenía un despliegue de hojas. En una tenía la foto con el resultado y luego tenía otro par de folios con el proceso paso a paso para la construcción del barco. Nunca se había metido en nada de aquella envergadura, pero no parecía tan difícil siguiendo el proceso paso a paso.
El dulce aroma del chocolate comenzó a adueñarse no sólo de la cocina sino de toda la casa. Diego entró corriendo en la cocina siguiendo su olor.
_Uhm, mamá, ¡huele delicioso!
_Gracias, cariño.
_Mami, ¿puedo ayudarte?
_Vale, pero si quieres ayudarme ve a lavarte las manos primero.
_Sí, mami._contestó saliendo corriendo al baño para lavarse las manos. _Ya estoy preparado._dijo un par de minutos después entrando en la cocina.
_Muy bien, cariño. A ver, ¿vas sacando con cuidado de no romperlas las galletas del paquete?
_Vale, mamá.
No era la primera vez que Diego la ayudaba en la cocina. Siempre le había gustado ayudar a su madre. En eso se parecía no sólo a ella sino a sus dos abuelas, ambas eran muy buenas cocineras.
_Los genes son los genes._dijo Amanda en alto sin darse cuenta.
_¿Qué son los genes mamá?_Preguntó Diego que todo lo preguntaba.
_Pues, a ver ¿cómo te explico? Sí, cariño, la genética, los genes es esa parte de nosotros que nos dan nuestros padres, nuestros abuelos. Los rasgos característicos, por ejemplo, a mí me gusta cocinar y a la abuela también.
_Ah, entonces, a mí me gusta cocinar porque a ti y a la abuela os gusta cocinar.
_Sí_ Rio Amanda._, más o menos, es eso.
_Y a papá, ¿le gusta cocinar a papá?
_No, tu padre es un desastre en la cocina._contestó Amanda sonriente. Sí, estaba claro. Tenía que empezar a hacerse a la idea de buscar a Alejandro.
_¡Menos mal que nosotros somos buenos cocineros, mami!_Exclamó Diego.
_Sí, menos mal.
Madrid, 1 de Mayo de 2013
_¿Y cuántos días vas a estar en Valencia?_Preguntó su madre mientras servía el café.
_Pues, me voy el viernes después de comer porque por la noche tenemos cena con la plantilla de allí y estaré hasta el martes por la mañana._contestó removiendo su café mientras observaba la cara de su madre.
_No, mamá, por el momento no voy a buscarla.
_¿Qué?
_Era eso lo que me ibas a preguntar, ¿no?_comentó risueño Alejandro._¿No ibas a preguntarme por Amanda? No disimules que tengo claro que es así.
_¿Y por qué no?_preguntó Joaquín.
_Papá, sencillamente, porque si ella quisiera que supiera de ella se hubiese puesto en contacto conmigo.
_¿Y no crees que Amanda debería conocer cuáles son tus verdaderos sentimientos?_preguntó Almudena.
_Cuáles eran._Corrigió Alejandro.
_¿A quién quieres engañar, cariño? ¿A ti mismo?
_Mamá, de todos modos da igual. Ha pasado mucho tiempo y Amanda tendrá pareja e igual hasta hijos.
_Eso seguro._contestó Joaquín sin darse cuenta bajo la mirada de reprobación de su mujer.
_¿Qué?_preguntó Alejandro.
_Nada, digo que, seguramente, a estas alturas está casada o, sin casar, pero viviendo en pareja, y con hijos.
_Pero, de todos modos, yo creo que deberíais retomar vuestra amistad. Es una pena que no tengáis contacto con la bonita amistad que teníais._Insistió Almudena.
_No sé, mamá, igual intento buscarla aunque sea para cerrar página y poder comenzar una nueva vida, una nueva historia.
_Me hubiese gustado tanto tenerla como nuera._comentó Joaquín.
_Eso ya lo sé. No hace falta que me lo jures. ¿Sabes cuántas relaciones has intentado boicotearme?_preguntó divertido Alejandro a su padre.
_¿Yoooo? ¡Líbreme dios de ello!
_Ríete, ríete, pero a más de una se las has hecho pasar canutas.
_Hijo, es que bajaste mucho el nivel._Bromeó Joaquín.
_No, si aún me habrás hecho un favor y todo.
_Eso, no lo dudes._contestó Joaquín medio en broma medio en serio.
_Bueno, me voy que he quedado en pasar por casa de Gustavo.
_¿ Cómo está la pequeñita?_Preguntó su madre.
_Muy bien, se parece a su madre. Venga nos vemos la semana que viene._contestó levantándose.
_Vale, cariño, ¿vas a ir en tren?
_No, en coche.
_Pues, conduce con mucho cuidado, cariño, y llámame desde que llegues.
_Sí, mamá, no te preocupes.
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_Has estado a esto de contarlo todo._Recriminó Almudena a su marido.
_A mí comienza a pesarme este secreto. Teníamos que habérselo contado una vez que reconoció estar enamorado de Amanda.
_Ahora ya es tarde. Sólo nos queda esperar y desear que es destino los vuelva a juntar.
Elva Marmed
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