Valencia, Marzo de 2013
_Mamá, el abuelo nos va a llevar a Diego y a mí a tirar petardos. ¿Me dejas, verdad?
_Vale, pero sabes que sólo las bombetas y sólo con el abuelo.
_Sí, mamá. Sabes, nos va a llevar a ver la mascletà.
_Os lo vais a pasar muy bien.
_Sí.
Amanda dejó a Diego en casa de sus padres y salió disparada para el trabajo. Nada más salir de la calle de sus padres se topó de lleno con unos falleros en plena despertà. Giró por la siguiente calle para evitarlos y poder anticiparse a ellos y sus petardos. Era desesperante, cada vez que desembocaba en una nueva calle se encontraba un disco de prohibido, Fallas. Vivir en Valencia en plenas Fallas era desesperante. Las Fallas son para disfrutarlas bien como falleros o como turistas pero no para estar trabajando. Conducir por la ciudad y, más aún por el centro era de locos. _¡Esto es misión imposible!_dijo al volver a tropezarse con una nueva carpa fallera.
Mala había sido su elección. En aquella calle estaban últimando un monumento. Era cuestión de llenarse de paciencia. Sabía perfectamente con lo que se toparía aquella mañana antes de salir de casa. Amanda respiró profundamente el olor a pólvora y a buñuelos de calabaza se mezclaban en el aire. Era el inconfundible olor de Valencia en Fallas.Subió el volumen de la música mientras esperaba en el semáforo. No sirvió para nada. Imposible competir con el insistente tronar de los petardos. La ciudad parecía estar en plena batalla campal.
_El próximo año me cojo vacaciones en Fallas, esto es inviable_se dijo así misma mientras aparcaba.
A pesar de la cercanía de la fusión con la revista madrileña el ritmo de trabajo seguía siendo el mismo. Por el momento, ella casi no había tenido reuniones extras con su jefe. Afortunadamente, no le había tocado ir a las reuniones a Madrid, eso lo llevaban los peces gordos de ambas revistas. A ella le tocaría meterse de lleno en Mayo, mes en el que se realizaría oficialmente la fusión de ambas revistas. Aún no estaba claro cuál sería el nombre con el que saldrían al mercado.
_¡Qué ilusión me hace pensar en este largo fin de semana que tenemos por delante!_le dijo Esther nada más entrar en su despacho para la reunión de equipo de los viernes.
_Sí, la verdad es que estos días me vienen como agua de mayo aunque Diego querrá salir a ver fallas y a tirar bombetas, ¿de verdad no sé a quién saldrá este niño? Esta vez no puedo decir que al padre.
_Va a ser que no y, la verdad, es que tú muy fallera no eres.
_No, nada de nada. Esto es cosa de mi padre, que se lleva a los nietos a toda fiesta y evento. La verdad es que he tenido mucha suerte. Sabes, creo que mi padre se quedó con ganas de niño y está aprovechando con mi sobrino y con Diego.
_Normal, tenía dos nenas en casa._Bromeó Esther._.Lacitos y muñequitas, ja ja ja, ahora está en su salsa con estos dos, por cierto, son unos cracks.
_¡Y tú que lo digas!_Exclamó Amanda._Bueno, vamos a centrarnos en el trabajo.
Madrid, Marzo 2013.
Alejandro se dejó caer en el sofá. Cogió el mando a distancia y comenzó a hacer zapping por los diferentes canales de televisión. Nada. No encontraba qué ver. Nada le gustaba. Apagó la tele y tras levantarse a buscar el libro, que estaba leyendo, encendió la radio. Un poco de jazz de fondo y una buena lectura ese era su plan para la noche del viernes._¡Quién te ha visto y quién te ve!_ dijo en alto no pudiendo evitar una sonrisa al verse así mismo tumbado en el sofá un viernes noche.
Sí, en los últimos años sus costumbres habían cambiado. Normal, sus amigos no sólo tenían relaciones formales sino que Gustavo tenía ya dos hijos, apenas hacía un mes que había nacido la pequeña Lena, y en breve llegarían dos bebés nuevos al grupo. _Nada, con estos España no se quedará sin niños_dijo abriendo el libro. Nada más comenzar a leer sonó su móvil.
_¿Qué pasó Gustavo? No, estoy en casa. No, nada de salidas. No, sabes que hace meses que no tengo líos de faldas. Total, todas me salen ranas.
_No, guapo, lo que pasa es que les pones una meta muy alta. Estás todo el tiempo comparando y así no vas a llegar a ninguna parte. Bueno, ¿tienes planes para mañana? No, no hagas. Helena y yo necesitamos hablar de algo más que cacas, pañales, chupetes y hemos pensado en salir a cenar. Sí, con la peque y René, no queda otra. Ya es lo bueno de no poder fumar ya en los sitios, puedes llevarte a los críos sin miedo a terminar ahumados. Entonces, ¿nos vemos mañana? Vale, hasta mañana entonces. Macho, ahora que no me oye Helena, no sabes lo que te envidio. Joder, llevo un par de meses sin dormir una noche entera. Yo no sé cómo puede aguantar Helena, de verdad, te lo digo.
_¿No querías ser padre? Pues, apechuga con las consecuencias. Ya, sus cosas buenas. Calla, calla, yo ahora mismo estoy aquí tranquilito con mi musiquita y mi libro. Esto con un niño sería imposible. No, por el momento,no tengo ninguna intención. ¿Qué? ¿Mi plan? ¿Qué plan? A ese...Je je je...Sí, sí me encuentro con Amanda y no está casada ni liada con alguien le diré que si seguimos adelante con nuestro plan, ja ja ja. Sí, dentro de cinco años. De todos modos, dudo mucho que Amanda quiera algo conmigo a estas alturas. Te recuerdo que borró todo su rastro. Cambio de móvil, dirección de correo electrónico y ya vale de hablar de Amanda, joder, ¡ya es hora cambiar el rollo!
Valencia, Marzo 2013
Amanda se levantó sobresaltada. Su casa parecía estar en medio de un campo de batalla. El sonido atronador de los petardos era acompañado de las bandas de música que recorrían las calles. Era lo que tenía vivir en pleno barrio de Russafa, puro epicentro. La calle tenía carpas en cada esquina así que ahora mismo un nutrido grupo de madrugadores falleros se habían adueñado de ella. Estaba tentada, muy tentada, a hacer caso a sus padres e irse el fin de semana a su casa. En su urbanización no se escuchaban tanto los petardos y por la noche no llegaba la música de las verbenas.
_Mamá, ¿estás despierta?_Preguntó Diego desde la puerta. Él también se había despertado.
_Sí, cariño, vente a mi cama.
Diego no se lo pensó dos veces. Corrió como loco a la cama de su madre y saltó dentro del nórdico acurrucándose a su lado.
_Mami, tu cama es muy pero, muy mucho, cómoda.
_Sí, pero la tuya también.
_Sí, mami, pero ésta huele a ti.
_Diego, tú vas a ser un peligro como..._Amanda se calló. Iba a decir como "tu padre" pero prefirió cambiar sus palabras._...sigas así.
_¡Es que soy un pirata!_contestó Diego abrazando a su madre._Mami, ¡te quiero muy mucho!
_¡Y yo a ti, cariño!
_¿A dónde vamos hoy?
_¿A dónde quieres ir?
_A ver fallas y a la feria. Ah, la abuela dijo que iba a hacer buñuelos para merendar.
_Uhm, pues, iremos a merendar entonces. ¿Te apetece que nos quedemos este fin de semana en casa de los abuelos?
_¡Sííííííí, guay!¡Eso es muy guay, mamá!
_Y ahora pensemos en tu cumple. Ya falta poquito para él. ¿Qué quieres este año?
_¡Una fiesta pirata!
_Una fiesta pirata. No sé por qué no me sorprende._dijo Amanda riendo._.¿Y en qué consiste una fiesta pirata?
_Pues, mami, es bien fácil. Tenemos que vestirnos de piratas, tú te puedes poner un pañuelo en la cabeza, ¡yo tengo mi ropa y el primo también! El abuelo y el tío también tienen sombreros piratas y ¡parches para el ojo! Y...y tienes que poner la bandera pirata y la tarta de chocolate con un barco pirata. Sí ¡y podemos jugar a los tesoros piratas!
Amanda no podía evitar una enorme sonrisa escuchando a su hijo. Diego estaba verdaderamente emocionado contándole los planes para su cumpleaños. Se había sentado de golpe en la cama y gestículaba exageradamente acompañando su incansable e interminable verborrea. No paraba de hablar y hablar. Amanda no podía quejarse. Obviamente, tenía genes doblemente parlanchines, Diego salía a ambos progenitores en eso. En eso, y en el orden, era sumamente ordenado para su edad. Cosa que Amanda agradecía. Poco tiempo libre tenía, como para tenerlo que pasar ordenando juguetes.
_Sabes mamá, ¡y podré volver a pedir un deseo!
_Sí, cierto_contestó Amanda, recordando el último deseo de su hijo._¿Y qué vas a pedir?
_¡Mamá, los deseos no se pueden contar! ¿No te acuerdas?
_Perdona, cariño, tienes toda la razón. No sé en qué estaría pensando yo al preguntártelo.
_¿Un deseo se puede pedir dos veces?_preguntó Diego.
_Supongo, cariño, ¿por qué?_ Preguntó Amanda imaginando el motivo.
_Estoy pensando que, para facilitarle el trabajo a la estrella de los deseos, voy a pedir otra vez lo mismo.
_¿Aún no se te ha cumplido?_Preguntó, como quien no quiere la cosa, Amanda.
_No, pero yo creo que se va a cumplir, mami. Estoy seguro segurísimo.
_Me alegro, cariño. Seguro que algún día se te cumple.
_¡Ojalá, mami! ¡Mi deseo es súper guay!_dijo Diego saltando sobre su madre y abrazándola fuertemente.
_Seguro, cielo._dijo Amanda dándole un beso a su hijo mientras ella pensaba si en el fondo ella misma no deseaba lo mismo que su hijo._.Hala, vamos a levantarnos y en un ratito llamamos a la tía para decirle que se prepare el primo y nos vamos de fallas. ¿Quieres?
_¡Sí!_ Gritó Diego abrazando a la madre._¡Eres la mejor mamá del mundo!
****
Diego era incansable. Javier igual. Está claro que los niños están hechos de otra pasta. Las pilas no se les agotan nunca. Nadie diría que ambos primos llevaban gran parte de la mañana y de la tarde recorriendo las calles disfrutando del ambiente festivo de Valencia. Amanda había recogido a su sobrino por la mañana, dándole día libre a su hermana y cuñado, era lo mínimo que podía hacer. Amanda les estaba eternamente agradecida por ocuparse de Diego cada mañana. Los dos primos habían disfrutado plenamente del día. Eran realmente inseparables. Sí, verdaderamente, era una suerte que apenas hubiese diferencia de edad entre ellos. De tamaño no la había. Bueno, no lo había por edad porque Diego,siendo el más pequeño, era el más alto y, no porque su primo fuera pequeño. Diego era alto para su edad.
Sí, su madre estaba haciendo buñuelos. El olor invadía toda la casa. El silencio reinante en casa desapareció con la entrada de los dos torbellinos, que entraron corriendo a voz en grito llamando a sus abuelos. Fernando y Luz salieron a su encuentro, aquellos dos pequeños les tenían robado el corazón.
_Uff, estoy rota._comentó Amanda dejándose caer en una silla de la cocina donde su madre terminaba de hacer un delicioso chocolate._.Estos dos no se cansan nunca. Hemos caminado lo que no está escrito y mira ahí están saltando.
_Sí, lo sé._contestó su madre apagando el chocolate.
_Uhm, mami, huele que alimenta._dijo Amanda sacando las tazas para el chocolate._Mamá, no te imaginas la última de tu nieto.
_¿Qué ha dicho esta vez? Cualquier cosa porque lo de este niño es increíble.
_Pues, además de detallarme concienzudamente cómo quiere su fiesta de cumpleaños.
_No me lo digas, ¿piratas?
_No,por dios, ¿cómo dices eso?_Bromeó Amanda._Sí, piratas, obviamente. Bien, pues, me detalló cómo quiere la tarta y entonces me pregunta "¿Mamá se puede pedir un deseo dos veces?"
_No me digas más, ya sé lo que me vas a decir._Interrumpió Luz._.El padre.
_Sí, no me lo ha dicho así porque claro, se supone que yo no sé el deseo ni lo puedo saber, pero me ha dicho que va a pedir lo mismo.
_Pues, ya sabes.
_Ya sé ¿qué?
_Creo que vas a tener que ponerte las pilas y empezar a pensar en buscar a Alejandro. No, no me mires así. Amanda_dijo su madre agarrándola de las manos._, cariño, sé que es difícil y sé que lo pasaste muy mal pero sabes, que tarde o temprano, tendrás que buscarlo y contarle la verdad.Ambos necesitan conocerse.
_Lo sé, mamá.
Madrid, Marzo 2013
La primavera había llegado. Pronto las tardes comenzarían a ser más largas. Era de agradecer salir de la oficina a plena luz del día. Todo parece diferente con la llegada de la primavera. Las largas horas de luz solar te dan ganas de salir tras la larga jornada laboral. Las bufandas y los abrigos ya no eran necesarios, aunque nunca te puedes fiar del todo del variable tiempo primaveral. Unos agradables rayos de sol entraban por la amplia cristalera de su despacho.
Alejandro dejó la chaqueta en el perchero y se sentó a la mesa. Encendió el ordenador mientras revisaba unas carpetas, que acababan de dejarle. Nada más encenderse revisó el correo. Había un comunicado especial del equipo de dirección. El tres de Mayo le tocaba viajar. Sí, el tres de mayo le tocaba irse a Valencia. Abrió el archivo que acompañaba el correo para ver el planning.
_¡Vaya, largo fin de semana me espera!_ Exclamó al leer que ese viernes tendrían fiesta de hermanamiento con Letras, ese día nacería la nueva revista, El Mundo de las Letras. Luego tenía el fin de semana libre para disfrutar de Valencia. ¿Disfrutar de Valencia? Joder, podría haber sido todo tan diferente de poder localizarla, pensó Alejandro mientras seguía leyendo. Reuniones lunes y martes.
_¿Quién me iba a decir a mí que terminaría trabajando a caballo entre Madrid y Valencia?_dijo en alto terminando de leer el correo y notando un ligero hormigueo recorriendo su cuerpo.
Elva Marmed