Hacía casi un año que no volvíamos al Monasterio de Samos. La última vez también brillaba el sol de invierno pero la nieve no cubría sus tejados, sus jardines y sus muros de piedra.
One year ago since we came back to the Monastery of Samos. The last time the winter sun shone as well but the snow did not cover its roofs, gardens and walls.
Samos siempre tiene duende aunque esta vez su magia hizo un poquito más de mella de lo que nos tenía ya acostumbrados. Cada estación del año cambia el Camino de Santiago, y casi todo es diferente. Un aliciente más para caminar por sus sendas en invierno.
Cruzas el puente sobre el río Sarria escoltada por grandes vieiras forjadas en hierro, y antes de abordar la otra orilla, no puedes reprimirte y echas una mirada hacia donde sus aguas bajan. Apoyas los codos sobre la barandilla y rompiendo tu silencio murmuras: «Sólo por estas vistas, realmente mereció la pena el día de hoy».
Monasterio de Samos. (Camino de Santiago Francés)
Samos has always charm although this time its magic left a better mark than usual. Each season changes The Camino de Santiago, and almost everything is different. An extra attractive to walk along its paths in Winter.
You cross the bridge over the Sarria river surrounded by big «vieiras» made from iron, and before reaching to the other bank, you can not suppress and look at where its waters go down. I put my elbows on the railing and breaking the silence I whisper: «Due to this view, this day is worthy».
Monasterio de Samos. (Camino de Santiago Francés)
Photography by WomanToSantiago
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