Playa de San Lorenzo
El reencuentro con peregrinos en el Camino de Santiago siempre tiene un valor añadido. No sólo compartes conversación –si es que viajas solo–, también es un momento de emociones donde te das cuenta de que lo que te hace sentir el Camino es universal, y como la felicidad, aumenta cuando se comparte. Si a esto le sumas que es una ciudad la que te acoge, mima y cuida, imaginad la intensidad con la que puedes llegar a vivirlo. Nosotros hemos tenido la suerte de experimentarlo con #ElCaminoGijón.
A la llegar a la ciudad, tras dejar atrás Villaviciosa y junto a algunas de nuestras compañeras de viaje, Noemí de Turismo Gijón, Marta de Mésame Mucho y Carla de La Tortuguita Blanca, hicimos nuestra primera parada en uno de los albergues más chulos que hemos visitado. El Albergue de Deva, con sus peculiares cabañas de madera esperando acoger a los peregrinos que eligen esta variante del Camino de la Costa. En esta ocasión no dormimos allí, nos esperaban en el Hotel San Miguel, uno de los alojamientos adheridos a «Peregrinos por Asturias de Hotel en Hotel» con precios y servicios específicos para los peregrinos.
Camping / Albergue de peregrinos de Deva
Desde el albergue, la entrada a la ciudad puedes hacerla siguiendo el recorrido oficial, o tomar la alternativa de la senda del Peñafrancia, mucho más amena, agradecida, sin dejar la naturaleza y que fue al final la elegida por nosotros. Un bello recorrido que en buena compañía se agradece mucho más. Para entonces Chejo de La Bici Azul, María de Escarabajos, Bichos y Mariposas y Teresa del Teatro Jovellanos eran ya parte del grupo.
Fin de la Senda del Peñafrancia
Una vez dentro del casco urbano, es momento para pensar en disfrutar de todos los encantos que Gijón te ofrece y que nosotros descubrimos. Desde el paseo por la playa de San Lorenzo, al Talasoponiente a relajar el cuerpo y mente; de callejear entre tiendas bonitas, a entrar en su propio Edén: el Jardín Botánico Atlántico, por cierto, tiene unas vistas espectaculares a La Laboral de Gijón; de retroceder en el tiempo visitando las Termas Romanas de Campo Valdés, el poblado de La Campa Torres y el Museo del Ferrocarril, a degustar su gastronomía de hoy y de siempre, como uno de los pilares culturales de Gijón.
En el Museo del Ferrocarril
Sobre este último punto y haciendo honor a la verdad, tengo que confesaros que mi estómago tiene un eterno agradecimiento con muchos locales de esta ciudad. No puedo olvidarme del pulpo braseado de la sidrería La Galana, tampoco puedo dejar de pensar en la refinada selección de platillos del restaurante Auga, quedan en mi memoria también los deliciosos bocartes de la cena en El Candil, y como no, la siempre fiel fabada asturiana degustada desde un mirador privilegiado en el restaurante A Caldeira. No me quiero dejar en el tintero una clase magistral de quesos de la tierra, escogidos con muy buen gusto y mejor acompañados con magníficos «caldos» en la preciosa tienda La Gijonesa. Y como postre, el delicioso mantecado de manzana en Pomme Cuite.
Local adherido a Gijón Goloso
Todo mi anterior relato es un absoluto pecado para el austero peregrino que camina con lo indispensable en su mochila. Si bien, nunca se debe renunciar a aquello que se te ofrece tan generosamente, y puestos a aceptar lo que el Camino depara, pocos lugares en el Camino del Norte son tan atractivos para pecar con gusto como la acogedora ciudad de Gijón.
De nuevo nuestro agradecimiento a Turismo de Gijón por habernos mimado. Sin duda habéis despertado nuestro sexto sentido gracias a Gijón Gourmet y Gijón Goloso.
Y vosotros, ¿queréis vivir una experiencia igual? Pues no dudéis en hacer una escapada a esta encantadora ciudad.
Gijón. (Camino de Santiago del Norte)
Photography by Woman To Santiago
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