Pocos lugares mejores me vienen a la mente para comenzar el viaje al Camino, y honestamente, no me faltan buenas razones para ello.
Vistas de la ciudad de Lugo desde la muralla romana
Una ciudad circundada por un anillo de poder
Lugo siempre ha sido una ciudad romana mires por donde mires, los sillares romanos aparecen cuando no maravillosos mosaicos, termas o catacumbas, desde sus cimientos que empujan obstinadamente por salir, hasta el punto más alto de la muralla mejor conservada del antiguo imperio.Establecimientos cuyos suelos acristalados desvelan asombrosos mosaicos romanos restaurados con sumo mimo, hacen de algunos de sus rincones ventanas abiertas a un lejano pasado donde resuenan aún sus ecos de esplendor.
Unos metros por encima del enlosado, ajena a su pasado y comprometida con su futuro, la muralla romana recibe a los peregrinos que entran en Lugo por su Puerta de San Pedro, donde un mojón del Camino informa que los últimos cien kilómetros hasta Santiago comienzan a descontarse.
San Pedro, al contrario que en el paraíso bíblico, no está en su puerta filtrando qué peregrinos buenos entrarán en el edén de disfrutar el Camino Primitivo, o cuál peregrino díscolo debería visitar las catacumbas romanas como previo paso al infierno. Todo peregrino pasa bajo su arco con el beneplácito de la antigua Lucus Augusta, que traducida al castellano actual significa el bosque sagrado de Augusto.
La puerta está permanentemente abierta al peregrino, todos son bienvenidos y tienen el paso expedito hasta Santiago de Compostela.
Conoce todos nuestros Caminos
Mucha de la magia de Lugo reside en su imponente muralla romana, que rodea completamente el casco antiguo como un anillo de poder, el de la habilidad de congregar a peregrinos venidos de todos los rincones de las tierras conocidas de oriente.
El peregrino que llega desde O Cádavo, y mucho más allá desde el mismo corazón de las Sierras de Tineo y Rañadoiro en la montaña asturiana, contempla con sorpresa esta curiosa anomalía en la línea del tiempo.
No estás en Matrix, ni siquiera el Camino es una máquina del tiempo, aunque parezca a veces que nos traslada a épocas remotas sólo accesibles para aquellos peregrinos que saben entrar en él. En realidad te encuentras ante uno de los excesos de la ingeniería militar romana intacto en el tiempo.
¿Cómo llegar a Lugo sin dar muchas vueltas?
Si vienes caminando sobre el Camino Primitivo no tienes pérdida, la ruta se encuentra perfectamente señalizada con los mojones y las conocidas flechas amarillas. Lugo se encuentra en un alto, pues sus fundadores romanos sabían muy bien cómo defenderse de los pueblos autóctonos.Por el contrario, si comienzas tu Camino en la ciudad de Lugo, tienes las siguientes alternativas para llegar:
Avión más autobús
El aeropuerto más cercano es el de La Coruña a 100 kilómetros de la muralla de Lugo.Otra opción que tienes es aterrizar en el aeropuerto de Lavacolla perteneciente al concello de Santiago de Compostela, también a un centenar de kilómetros.
Existen vuelos a Galicia desde los principales aeropuertos españoles como Valencia, Alicante, Málaga, Barcelona o Madrid.
Una vez en Galicia, tienes que tomar un autobús hasta el punto de partida de tu aventura por el Camino de Santiago: Lugo.
Autobuses de la empresa Arriva te dejan en Lugo en una hora y cuarto desde Coruña. Tienes múltiples horarios que sin duda se podrán ajustar a tu agenda.
Desde Santiago a Lugo puedes utilizar la empresa Freire. Al menos te llevará dos horas en función del amplio horario sobre el que puedes elegir. Podrás observar sobre esta ruta a los peregrinos del Camino Francés que caminan en sentido contrario al tuyo.
Son muchísimos, pero no te preocupes, el Camino Primitivo sigue siendo uno de las rutas más espectaculares, aunque también una de las más duras y exigentes desde un punto de vista físico. El filtro natural que esto supone para los “turiperegrinos”, hace del Camino Primitivo una alternativa mucho más tranquila y auténtica.
¡Peregrinos al tren!
¿Conoces el antiguo tren del Camino?Se trataba de un tren-hotel que partía desde la estación de Chamartín en Madrid a las 22:14 horas, circulaba durante toda la noche para terminar en Galicia. No pocos marineros del Ferrol lo cogían junto con algún que otro peregrino perdido en invierno.
A la estación de tren de Lugo llegaba sobre las 7 de la mañana, pero también si pretendías hacer los últimos 100 kilómetros del Camino Francés, este mismo tren te dejaba en Sarria sólo 25 minutos antes.
Ni que decir tiene —sobre todo en épocas estivales— que este tren estaba repleto de peregrinos e ilusiones. Todo un ambientazo donde se comenzaba a disfrutar del Camino mucho antes de haberlo pisado. Una especie de albergue itinerante que recogía peregrinos que ya forma parte de la historia de las peregrinaciones, y una parte de mi memoria personal del Camino al que rindo hoy homenaje.
Autobús directo a Lugo
Creo que la única empresa que realiza el trayecto hasta Lugo desde Madrid o Barcelona es Alsa. Al menos es donde yo acababa cuando el tren ponía el cartel de completo. Eso sí, te espera un largo periplo de más de 6 horas.¿Pero qué es el tiempo para la ilusión que pone un peregrino en su Camino? ¡Nada!
El Camino Primitivo desde Lugo a Santiago
Estimado romero, no me voy a poner a escribir una guía detallada del Camino Primitivo, porque hay expertos que emplearon su experiencia, ciencia y tiempo a tan ardua tarea.Me refiero a peregrinos ilustres como Antón Pombo o Carlos Mencos que editan unas magníficas guías sobre los principales Caminos de Santiago.
Sí, en cambio, te comentaré mi breve experiencia personal a modo de guía ligera para disfrutar de esta magnífica alternativa, aunque como siempre te pidiré que tires lo más atrás posible antes de alcanzar Lugo, y puestos a pedir, comienza en Oviedo respetando el famoso dicho jacobeo:
“Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo y deja al señor”
Te recuerdo que el Camino de Santiago Primitivo fue el camino original que un rey astur, Alfonso II el Casto, inauguró como primera senda jacobea reconocida de peregrinación hasta la recién descubierta tumba del apóstol Santiago.
Si pueden ser 300 kilómetros desde la catedral de San Salvador en Oviedo mejor que los últimos 100, todo es cuestión de tiempo, y dentro del Camino las horas se cuentan de una manera muy distinta a la de tu rutina diaria.
Etapas del Camino Primitivo desde Lugo
Etapa cero, un prólogo urbano
Un consejo de peregrino a peregrino. No dejes de visitar a conciencia la ciudad de Lugo. Sobre todo dentro de sus murallas se esconce un lugar acogedor y monumental.Catedral de Lugo
Monumentos gastronómicos como su churrasco de cerdo o ternera —mejor no elegir e ir a por los dos, aunque dicho sea de paso el porco a la brasa es algo fuera de serie por esos lares—, pulpo o sencillamente ir de tapas alrededor de la Plaza del Campo.
Plaza del Carmen Lugo
Tampoco me quiero olvidar de su catedral, el casco antiguo que la cobija y el paseo de 360 grados sobre la mismísima muralla romana totalmente accesible para todos sus visitantes.
El albergue de peregrinos de la Xunta es amplio, moderno y acertadamente localizado al inicio de la Rúa San Pedro, la vía por la que cruza el Camino Primitivo la muralla lucense.
¿Te animas?
La localización del albergue es todo un aliciente. Se encuentra en el mismo interior de la zona amurallada, muy lejos de aquellos albergues públicos que te sacan de los centros históricos, te obligan a caminar de nuevo ida y vuelta para poder visitar la población o abastecerte de víveres para el día siguiente.
Primera etapa, desde Lugo hasta la aldea de Ferreira
Nos quedan por delante casi 27 kilómetros. Para desayunar un buen chocolate con churros en la propia Rúa de San Pedro que te va a llevar en volandas hasta la otra joya lucense: el puente romano de Lugo sobre el río Miño.Puente romano de Lugo
Me encantan los puentes, caminas exactamente sobre los mismos sillares de piedra que los esforzados peregrinos de antaño. Ahí se hace presente de nuevo esa comunión tan íntima con la esencia viva del Camino de Santiago.
Aldeas, parroquias y carreteras locales se alternan con escasos tramos de corredoiras y bosques de carballos. Eso sí, absolutamente deliciosos, sobre todo en época primaveral.
Poseo dos inconfesables secretos sobre este camino, que hoy voy a tener a bien en declarar:
Hace mucho, mucho tiempo, en una de mis salidas a este camino, llovía y hacía frío cuando me tocó caminar por este tramo. La cosa se puso gris cuando dos lugares me salvaron, no sólo mi alma peregrina, sino también de paso mi estómago con telarañas.
San Vicente do Burgo, donde el buen caldo gallego caliente de una parroquiana, revivió mi cuerpo y alma al unísono.
¿Has oído hablar del cocido gallego? Escuchar su fama, mucho por esas comarcas; probarlo en no pocas ocasiones, pero disfrutarlo de tan alto grado de satisfacción, sin duda en Crecente, unos cientos de metros antes de llegar a San Román de la Retorta. No olvides que haciendo el Camino de Santiago es mandatorio saborear su deliciosa gastronomía. Forma parte de la esencia jacobea, del argumento de todo peregrino para viajar salvo pero sobre todo sano.
Plato de cocido gallego
Allí puedes elegir entre cerrar la digestión del copioso cocido en un coqueto pero diminuto albergue público, o seguir hasta los albergues privados de Ferreira que harán más corta la etapa siguiente. Allá tú con tu digestión.
¡Ánimo! Que nos vamos a Ferreira
De nuevo en Ferreira nos topamos con las huellas de nuestros antepasados lucenses. Un diminuto puente romano a escala diminuta respecto al anterior sobre el río Miño.
Un pequeño arco de piedra cruza una corriente de agua. Es milagroso que se mantenga en pie y aguante el peso de los años y de nuestras mochilas como si tal cosa. Estos romanos sabían hacen las cosas para que duraran en el tiempo; la obsolescencia tecnológica es un mal exclusivo de nuestra época. Lo llaman progreso, como tantas otras cosas que hoy degradan el concepto de avance.
Puente romano de Ferreira
A partir de aquí, si así lo deseas, tienes una calzada romana para comenzar con muy buen pie la jornada de mañana.
Etapa segunda: desde el pequeño puente de Ferreira hasta la ciudad de Melide
La climatología me otorga una exigua tregua, y me tomo mi tiempo para desayunar a conciencia, pues la etapa exige un poquito más de esfuerzo sobre el papel.Eso a pesar de que es considerablemente más corta, apenas 20 kilómetros, pero bien trabajados con subidas y bajadas moderadas.
Metidos en camino, a unos 6 kilómetros llegas a uno de mis albergues favoritos, que esta vez no lo disfruté por no alargar en demasía la primera etapa.
Estoy hablando del albergue de la Xunta de As Seixas. Si alguna vez me hubiera metido a arquitecto de albergues, como Santo Domingo de la Calzada en el Francés, sin duda alguna, éste estaría entre mis proyectos favoritos.
Posee un detalle que enamora al peregrino más escéptico. Un pequeño estanque circular donde sentarte, conversar y sobre todo refrescar tus pies en sus aguas.
Para mí es uno de los lugares donde se dan las condiciones óptimas para las conversaciones más “peregrinas”. Al fin y al cabo, estos instantes son la sal y la pimienta del Camino, si me permitís el símil gastronómico.
Tenemos otros albergues favoritos, y te los detallamos contamos en este link!
A partir de aquí, un buen tramo con el mejor ejemplo de las praderías gallegas nos espera, no sin antes una buena subidita para probar nuestra voluntad peregrina.
Desde hace ya un buen rato, se puede divisar el “skyline” de Melide sobre el horizonte boscoso. Parece que está más cerca de lo que crees, pero es un espejismo. Paciencia peregrino, que en este preciso momento es tu mejor aliada.
Y mientras tanto, como siempre peregrino, disfruta del recorrido que para el destino siempre habrá más tiempo a la caída del sol.
Bienvenidos al Camino Francés
Melide forma parte de la vía francesa a la que nos unimos ineludiblemente desde que entramos por las calles de la ciudad de las pulperías más afamadas.Descubrirás que tu soledad en el Camino es ahora un hermoso recuerdo. Esta vez varios cientos de peregrinos comparten las sendas del Camino de Santiago contigo.
Otro camino, otra experiencia diferente más multitudinaria, otros viajeros que diluirán a los pocos que conociste en la pasadas jornadas del Camino Primitivo.
Eres nómada, tu filosofía es proseguir tu viaje sin importar demasiado el destino. Aún te faltan 54 kilómetros para la Plaza del Obradoiro de Santiago. El apóstol siempre espera, lo ha hecho durante los últimos mil años.
Pero esta parte que viene forma parte de otra bonita historia. Un camino que te detallé en otro momento, en otro post de este mismo blog.
¡Buen Camino Peregrinos!