Hoy no sabía muy bien de qué escribir. Mantener un blog diario exige mucha más capacidad de concentración de la que yo imaginaba y también una buena organización del tiempo para poder hacer, en el día, todas las tareas que nos proponemos. No sé si a vosotros os pasa, pero últimamente la frase que más oigo de boca de mis amigos o conocidos es "no tengo tiempo" o su variante "no me llega el tiempo para hacerlo todo"... A mi me ha dado por pensar que quizás el problema no es el tiempo, ni que el día tenga "sólo" veinticuatro horas; tal vez somos nosotros los que nos sobrecargamos de deberes sin meditar primero si todo lo que queremos hacer, es de verdad necesario. O urgente, o importante...
Si la OMS analizase el origen del stress y la ansiedad que sufre el 90% de la sociedad actual occidental, descubriría que sufrimos una alarmante pandemia de "activitis". Comenzando porque los horarios de trabajos son esclavizantes y dejan poco lugar al esparcimiento, las pocas horas que nos quedan libres las llenamos con multitud de actividades variopintas que, lejos de relajarnos o ayudarnos a mantener el equilibrio entre el saludable movimiento y el necesario descanso, nos estresan más todavía. Hoy en día, quedar con alguien para tomar un café o para dar un paseo es casi una hazaña porque nada más proponerlo, sacan sus agendas para buscar un hueco en sus multiocupados días. Ojiplática me quedo. La gente tiene unas agendas ¡que ni los ministros! Yo la mía ni la muestro, total para las cuatro anotaciones y media que tengo por semana... Que estoy de acuerdo y reconozco que la organización es muy importante y que si en un armario ordenadito entran más cosas, en un día organizadito... idem. Pero es que yo creo que hay gente que apunta hasta el cumpleaños del perro, ¿cómo se puede tener una vida social tan, tan intensa?
"Y de aquellos polvos, vienen estos lodos". Todo el mundo quejándose de la falta de tiempo... y digo yo. ¿No sería una buena inversión en salud, tranquilidad y calidad de vida si dedicásemos algunos minutos al día a pensar? ¿A leer, a meditar? ¿A conversar amigablemente mientras saboreamos un buen café? Habrá quien piense que esto es perder el tiempo, pero yo creo que la percepción que cada uno tiene del tiempo varía en función del uso que hace de él. Cuanto más te empeñes en apresarlo, más huirá de ti y más rápido te parecerá que pasa. Si te alías con él, como decía Séneca, si encuentras su/tu ritmo, el tiempo fluirá contigo.
En el arte de trabajar con el tiempo, todos somos aprendices; pero mientras aprendemos a desvelar sus misterios, reflexionemos: "El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento" Platón