La India es uno de esos países tan lejanos y, a la vez, tan cercanos gracias a imágenes como la que hoy protagoniza la sección de la foto de la semana del blog de Gretur Viajes. En este vasto país, el segundo más poblado del mundo, se esconde tras la multitud una infinidad de paisajes, fotografías, gentes, culturas, oportunidades y desigualdades. Pero hoy nos hemos decantado por retratar una de las caras más amables de este gran país asiático: el aroma de sus maravillosas especias. Y es que estos humildes regalos de la naturaleza son el ingrediente estrella de la fragante cocina hindú y, también, las “culpables” de que este remoto país se convirtiera durante muchos siglos en la tierra prometida de los comerciantes y navegantes internacionales. En la imagen de hoy vemos cómo una mujer espera sentada pacientemente rodeada de mil aromas y colores que, seguramente, le recuerden esos platos ancestrales que han pasado de generación en generación. Nos acercamos y vamos tomando pellizquitos de las joyas naturales que la buena mujer nos muestra desde el suelo. Aquí está la pimienta larga, esa preciada especia que iba buscando Cristóbal Colón en su aventura americana. Cuenta la leyenda que como el gran descubridor no encontró la preciada especia (lógico porque en América no crecía) bautizó una roja hortaliza con su mismo nombre, pero cambiando la última letra. Así nació el pimiento, así Colón dio contento a la poderosa Reina Católica y, al mismo tiempo, regaló a Europa un ingrediente que hoy no falta en la despensa de los mejores restaurantes internacionales.
Justo al lado de la pimienta se eleva una montaña en miniatura de otra de las especias aromáticas más utilizadas en la gastronomía de la India, el pequeño comino, una semilla que lleva siglos aromatizando las maravillas culinarias de la cocina asiática y, también, mediterránea. A su lado espera tan pacientemente como la vendedora una especia menos conocida, pero tan deliciosa como su propio nombre: cúrcuma, una leal competidora de nuestro azafrán español y que convierte al plato más humilde en el más rico de los manjares.
Continuamos nuestro paseo sensorial por el escaparate multicolor de nuestra vendedora y nos asomamos a un polvo fino del mismo color naranja que el sari de la comerciante. Se trata de la especia estrella de la cocina hindú, el curri. En un torpe, pero encantador inglés, nuestra interlocutora nos explica que la receta de esta personal mezcla de especias la inventó su tata- tata- tatarabuela, es un secreto longevo y, tal y como nos dice, una de las claves de que ella pueda estar aquí y ahora, con su manto de especias desplegado en uno de los puntos clave del mercado de la ciudad.
Un paseo por las especias, una imagen de color, aroma y sabor que nos deja una de las fotografías más sensoriales de nuestro paseo virtual por la India.