Raro es el viajero que en sus andaduras por el centro de la península Ibérica no se detiene unos instantes a admirar una ciudad eterna: Toledo. Nos asomamos a esta majestuosa ciudad desde los aires, intentando recrear el sentimiento agridulce de los versos del inmortal Rafael Alberti: “Toledo desde el aire es de ceniza, polvo petrificado, barro frío candente.”
Rodeada por tres de sus lados por las frías aguas del río Tajo, este Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad de la Unesco es uno de los destinos turísticos imprescindibles para los viajeros amantes de la historia. Toledo tiene mucho, muchísimo que ofrecer al turista además de su maravillosa Catedral Primada, el Barrio Judío, la Casa de El Greco o el imprescindible Alcázar.
Algunos viajeros comentan que en Toledo se respira la historia. Nosotros añadimos algo más: Toledo destila arte, cultura, recuerdos? Unos sentimientos tan poderosos que ni la mejor fotografía es capaz de plasmar. ¿Qué hacer? Viajar y sentir en nuestra propia piel la magia de una de las ciudades eternas de la vieja España: Toledo.