Skyline de la catedral de Santiago
Y sin embargo esa imagen barroca de la fachada catedralicia no ha sido ni mucho menos la misma desde el hallazgo de los restos del “hijo del trueno”, apodo que según el Evangelio de San Marcos otorgó Jesús de Nazaret a Santiago, mote que por cierto también recayó sobre su hermano Juan, ya se sabe que “de casta le viene al galgo”.
Tanto Santiago como su hermano Juan ya apuntaban maneras muy viajeras, detalle que no pasó inadvertido para Jesús de Nazaret, muy dado por otro lado a poner motes a sus principales compañeros de aventuras; a Simón, por ejemplo, le adjudicó el sobrenombre de Pedro, el mismo que descansa bajo la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano en Roma.
Mañana de la llegada a la plaza de San Pedro del Vaticano por la Vía Francígena
Tanto la catedral de Santiago, como San Pedro del Vaticano son destinos principales de peregrinación in eternum, ambas también como ya he adelantado, vivieron su propia peregrinación arquitectónica entendida como una evolución al paso de la vicisitudes del tiempo.
A vueltas con la Vía Francígena
Antes de proseguir con la catedral que custodia la tumba de Santiago, haremos un breve periplo por la basílica que conserva los restos de San Pedro, aprovechando que el río Tíber pasa por Roma, pero sobre todo sacando partido a nuestro reciente viaje de peregrinación por el Lazio italiano hasta la ciudad eterna.Vistas del Vaticano desde el puente de San Angello sobre el río Tíber
Y es que ambos templos están conectados, no por el célebre dicho: Todos los caminos conducen a Roma sino porque, bajo nuestra personal perspectiva aunque motivada, hacia donde realmente conducen todos los caminos es a la plaza del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela.
El Foro: el lugar de Roma donde todos sus caminos se unen
Peregrinos en Italia
La pasada Semana Santa partimos desde la población de Acquapendente en la Toscana hacia Roma, siguiendo una de las vías romeas de peregrinación conocida como la Vía Francígena.Senda de la Vía Francígena muy cerca de Roma
Casi 165 kilómetros por delante de pura delicia natural, histórica, legendaria y arquitectónica por la región del Lazio, permeable a cualquier intelecto con un mínimo de hambre por aprender viajando.
Una senda fundamental para entender el pasado y futuro de nuestro viejo continente, tan densa en acontecimientos que el hecho singular de las peregrinaciones muchas veces se diluye, apenas es perceptible, o aflora como en nuestro conocido Camino Francés donde brilla con luz propia.
Mojón de la Vía Francígena en sentido romano
No cabe duda que la huella física peregrina está ahí, sobre las piedras intactas de la legendaria Vía Cassia, los vicolos de Bolsena, la Torre del Pellegrino de Montefiascone o el quartiere San Pellegrino de la ciudad papal de Viterbo.
Torre del Pellegrino en la cima de la ciudad de Montefiascone
Pero aún queda por atrapar el sutil espíritu del peregrino que vaga por las sendas italianas sin que nadie lo respire, tal y como penetra en los pulmones del peregrino que camina por la Tierra de Campos palentina en el corazón del Camino Francés.
Peregrinos en Roma
El último escollo a superar antes de llegar a la plaza de San Pedro es el monte Mario, desde cuya cima tienes una visión insuperable de Roma.Vistas desde el monte del Gozo romano, una colina llamada el monte Mario
Desde dicha atalaya la cúpula renacentista de Miguel Ángel resalta como faro del peregrino al igual que la Berenguela compostelana, lo que podríamos rebautizar como “el Monte del Gozo” de la Vía Francígena, es decir por definición tendríamos:
Nombre del lugar referido a la alegría que sentían los peregrinos al ver por primera vez el templo con las reliquias del Apóstol a venerar, ya sean las de Pedro o las del “hijo del trueno”.
Desde allí ya sólo te queda una bajada moderada por una senda con peor firme que las antiguas calzadas romanas, hasta toparte prácticamente con el viale Angelico, una amplia avenida que te conduce directamente hasta el obelisco egipcio de Calígula sobre la mismísima plaza de San Pedro.
Obelisco egipcio sobre la plaza de San Pedro del Vaticano
En busca del Testimonium perdido
El Testimonium de Roma y la Compostela de Santiago vienen a certificar lo mismo: la realización de los últimos 140 kilómetros –ó 100 más fácil aún en Galicia– de la ruta de peregrinación andando. Hasta aquí todo tiene su paralelismo: historia, leyenda, ruta, último tramo, destino y templo sobre una tumba apostólica.Al igual que en la catedral de Santiago también hay una oficina del peregrino conocida como la Ópera Romana Peregrinaggi ubicada en un lateral de la propia plaza de San Pedro, si bien la certificación aquí expedida por lo visto no tiene carácter religioso.
Al menos ésta es la información oficial con la que contábamos vía portales oficiales.
Porque nosotros al visitar la oficina de la Ópera Romana, con esa amplia sonrisa que caracteriza al peregrino tras la culminación de su viaje, no sin esfuerzo y presentar la credencial, nos pusieron un sello con un gesto automatizado, para después señalarnos una cola kilométrica de turistas que intuíamos terminaba en una de las dos puertas de la basílica.
Fachada de la basílica de San Pedro
–Oiga, para 4 peregrinos al día que hacemos la Francígena ¿No cree usted interesante habilitar alguna bula que nos permita pasar a visitar la tumba al menos?
Ese dedo de la oficinista orientado a la basílica simplemente quería ofrecernos 4 claros mensajes:
Ponte a la cola si quieres entrar en la basílica.
Tu mochila es un estorbo para entrar, deshazte de ella lo primero.
Si tienes tiempo y suerte, una vez dentro busca la sacristía donde te dirán cómo obtener tu Testimonium.
La tumba de San Pedro tiene lista de espera para un par de mesecitos, así que coge tu diploma y únete a la corriente de turistas para salir de la basílica.
Fin de la historia
Cuando salimos de la Ópera y vimos el panorama, nos hicimos una pregunta: ¿visitamos la basílica como peregrinos o intentamos ver los Museos Vaticanos como turistas? La verdad, no podíamos dejar pasar la oportunidad de disfrutar de Rafael y de su fresco la Escuela de Atenas.El fresco de la Escuela de Atenas a vista de peregrino
Como diría Cervantes a través de su Quijote:
Con la iglesia hemos topado amigo Sancho.
De vuelta a la Catedral de Santiago
La Catedral de Santiago sigue siendo muy popular entre peregrinos y turistas, aún hay sitio para todos pese a las estrecheces de un templo mucho más reducido, si lo comparas con el coloso del Vaticano.Fachada de la catedral de Santiago de Compostela
Y sin embargo el templo compostelano ya se diseñó desde su origen, para que los peregrinos circularan por sus pasillos laterales y accedieran a la girola, en cuyo espacio central se sitúan los restos de Santiago.
Más pequeño, porque se respetó durante el paso de los siglos su estructura románica original, no se demolió como aconteció con el antiguo templo paleocristiano de San Pedro en Roma para acometer el soberbio edificio renacentista de Bramante, Rafael, Miguel Ángel y Bernini.
Recreación en 3D de la catedral románica de Santiago por Anxo Miján
Por tanto, los peregrinos de la concha tenemos un plus histórico nada despreciable, contamos con la catedral más monumental del románico.
Debería considerarse como la obra maestra de los templos románicos de peregrinación.
En la catedral de Santiago también se sufre una cola, casi siempre más corta eso sí, para abrazar al Apóstol e incluso bajar a la cripta donde están depositadas sus reliquias.
Todo un lujo del que el peregrino romeo, por ejemplo, no disfruta de forma natural; el lujo de poder visitar las reliquias del Apóstol tras una larga peregrinación sin trabas turísticas.
Fachada de la catedral de Santiago desde uno de los arcos del ayuntamiento
El origen de la catedral de Santiago
Uno podría pensar también que sobre un antiguo templo paleocristiano se erigió una monumental catedral románica, pero no, Compostela de nuevo fue diferente hasta en su nacimiento.Una vez que el obispo de Iria Flavia confirmara el hallazgo de los restos del Apóstol, Teodomiro –que así de llamaba el religioso– dio conocimiento de tal descubrimiento al rey astur Alfonso II el Casto.
Conocido el hecho extraordinario, peregrinó hasta la tumba en lo que hoy se conoce como Camino Primitivo con el fin de corroborar la invención.
El antiquísimo hospital de peregrinos de Montouto en el Camino Primitivo
Visto el panorama el rey decidió edificar tres templos, uno en honor a Santiago, otro a cargo de San Juan Bautista y el último fue un monasterio de Antealtares.
Este último edificio, se llamó así por la existencia de tres altares dedicados al Salvador, San Juan y San Pedro y fue habitado por una comunidad de los agustinos.
Realmente esta comunidad forjó el origen de la actual ubicación de la catedral de Santiago, ya que en 1077 con la nueva construcción de la catedral, el monasterio tuvo que desplazarse para dar cabida al nuevo coloso románico.
Peregrino en la catedral de Santiago
Llegamos al momento clave de una peregrinación, cuando el viajero cumple su promesa de visitar las reliquias del Apóstol y se introduce en la catedral para encontrarse con la cripta.En la ciudad de Santiago de Compostela es un paso natural en convivencia con el turista. En Roma es un pequeño purgatorio más del que Dante hubiera hecho alguna reseña extra en su Divina Comedia.
¿Por dónde entra un peregrino a la catedral de Santiago?
Primero, uno podría pensar que por la antigua fachada románica principal, subiendo las escaleras frente al Obradoiro, después atravesando la fina capa barroca para “darse de morros” con el Pórtico de la Gloria.
La Plaza del Obradoiro frente a la fachada barroca de la catedral
Lo malo de esta versión es que ya está sujeta a horarios, disponibilidad, grupos reducidos o entradas para asegurarte el momento. Desluce un poco la naturalidad del colofón a tu gesta, y además es algo que puede hacerse después junto a la visita del precioso casco antiguo de Compostela.
Nos quedan el acceso por la antigua plaza del gremio de los azabacheros, hoy en día también escondida tras el barniz barroco, o bien, la casi intacta entrada románica de la plaza del gremio de los artesanos de la plata.
Fachada de la catedral de Santiago a la plaza de las Platerías
Creo que esta última es la mejor opción que un peregrino tiene para entrar con todos los honores a la catedral de Santiago de Compostela, bajo la sombra picuda del antifaro de la Berenguela, pues servía para señalar el lugar de la tumba, y no para ahuyentar a los peregrinos de los arrecifes compostelanos.
Por último, siendo Año Santo Compostelano tienes otra entrada extraordinaria:
La Puerta Santa frente al histórico monasterio de Antealtares, recordad aquél que dejó espacio para la construcción del gran templo románico a principios del siglo XI.
Puerta del Perdón abierta para los peregrinos en Año Santo
Epílogo
Dentro de la catedral de Santiago, todos los pasillos y girola conducen al sepulcro del Apóstol, no hay pérdida ni visita previa a sacristía que temer, tal y como se ha venido haciendo desde principios del siglo IX hasta nuestros días, donde el peregrino es conocido y reconocido por todos.¡Buen Camino peregrino!