Una joven escritora que se quedó sorda en su adolescencia y vive aislada en una casa en medio de la nada. Una noche comienza a ser acosada por un misterioso hombre enmascarado, sin la posibilidad de pedir ayuda, por lo que tendrá que ingeniárselas para salir airosa de su acosador.
Hush es una película modesta y de muy pocos personajes, pero a veces, menos es más. Y ésta es una de esa veces. En un soberbio collage de referencias al género Flanagan no reinventa, pero ejercita un ejercicio visual ingenioso y con una puesta en escena sencilla pero de gran excelencia y con secuencias muy intensas que, a primera vista, provienen de películas tan reconocidas por el fan del terror; como Scream, Funny Games, Los extraños o The Purge,
Está claro, que no es una de esas películas en las que puedes depositar grandes expectativas, pero que si la ves sin esperar nada especial -como he hecho yo- te vas a llevar una gran sorpresa.
El argumento no es el punto fuerte del film, lo único que nos ofrece es una ‘caza de brujas’, en la que importa, poco o nada, el motivo del asalto. Que además, se esclarece en mitad de la película con un solo plano detalle.
Más que nada para que no se nos quede esa pequeña espina clavada al llegar al desenlace. Lo sorprendente y plausible reside en su desarrollo e intensidad de algunas de sus secuencias próximas al desenlace.
Maddie, la protagonista casi absoluta, interpretada por Kate Siegel, está muy bien presentada al inicio del film para que todo el juego que nos propone el guión escrito por Flanagan junto a Siegel, que ya trabajó con éste en Oculus.
Dicha presentación consigue que las situaciones propuestas se lleven a cabo con solvencia y credibilidad en cualquiera de las secuencias que propone el tándem en el guión.
Siegel realiza una notable interpretación de su personaje, estereotipado, pero que gana fuerza y carácter a medida que avanza la sencilla trama. Un personaje que acaba dejando al espectador con la boca entreabierta en unas potentes secuencias finales y el tratamiento general del film.
Jhon Gallagher Jr. al que hemos visto en la reciente e interesante Calle Cloverfield 10, se pone en la piel del asaltante, aunque su presencia no sea del impacto que puedas esperar, el punto tan realista que intenta transmitir la película en todo momento, encaja perfectamente con su presencia.
El resto de personajes son pequeños destellos en la historia y de poca relevancia. Participan en secuencias interesantes a nivel visual, pero que no trascienden más allá. De manera. que tampoco me parece necesario evaluar su interpretación ni la importancia de ésta.
Flanagan sabe aprovechar todo el potencial que nos ofrece la simplista historia hasta el mínimo espacio de genialidad en el desarrollo, donde la deficiencia auditiva de su protagonista nos brinda escenas muy logradas e ingeniosas una vez adentrados en el juego del asalto a la casa.
Hush es como deberíamos entender el terror en situaciones reales, no como nos hemos acostumbrado a ver en la gran mayor parte de películas de terror, donde las espectaculares e impactantes secuencias priman por encima de lo creíble. Cosa que si piensas detenidamente, es mucho más aterrador.
En ese aspecto Hush se marca un tanto importante, al menos para mí, ya que juega con la inquietud y el estremecimiento del espectador en situaciones mucho más cercanas a la realidad que no a la exageración visual.
Y para terminar, destacar la banda sonora de Newton Brothers que saben hacer estallar la tensión con notas chirriantes en las secuencias más inquietantes. El único punto negativo que le encuentro a la propuesta de Flanagan es la fotografía, resentida por una iluminación escasa. No quiero elevar tus expectativas, pero debieras vaciar tu mente antes de ver Hush y disfrutarla tanto o más como lo he hecho yo.