Tramo del Camino de los Faros desde Nemiña a Touriñán
Un camino plagado de leyendas marineras que muchos peregrinos han recorrido con escaso respeto a tempestades, o incluso a pestes mucho más mortíferas que nuestra siniestra Covid-19.
Por otro lado, esta parte del Camino coincide en algunos tramos con el sendero conocido en gallego como O Camiño Dos Faros, que describe una senda costera de aproximadamente 200 kilómetros que parte de Malpica y finaliza, al igual que el propio Camino de Santiago, en Finisterre.
El epílogo del Camino de Santiago muere en unos acantilados bajo el faro del Fin de las Tierras Conocidas, compartiendo mar, arena y roca con el último tramo del Camino de los Faros.
Mar, arena y roca sobre una playa cerca de Muxía
No encontré mejor lugar en aquel extraño verano de 2020 para buscar un soplo de aire fresco, naturaleza y mar. Lo necesitaba, lo necesitábamos todo aquel reducido grupo al que seduje para acompañarme durante esta breve aventura.
Geografía de una costa en común con la Ruta de los Faros
El Camino de Santiago y la Ruta de los Faros comparten tramos de una senda que comienza en Muxía y termina bajo el faro de Finisterre, sobre el kilómetro cero de todas las Rutas Jacobeas.Mojón con el kilómetro cero junto al Faro de Finisterre
En realidad ambas rutas corren paralelas a la costa atlántica, siendo la variante de los faros mucho más fiel a la línea costera que separa tierra y mar, a la postre mucho más larga, exigente y tortuosa, de tal manera que se parte en dos etapas para completar la totalidad de su trazado.
La ruta jacobea, por ejemplo, no pisa el faro de Touriñán, mientras que la alternativa farera rodea toda la península que define la punta del cabo más occidental de España.
Mapa de la Ruta de los Faros desde Muxía a Lires pasando por Touriñán
Muchos peregrinos recordamos al cabo Finisterre como dueño histórico de la frase: “el fin de las tierras conocidas”, sin embargo es Touriñán quien geográficamente merece este reconocimiento.
Faro Touriñán
Sea cuales fueren los méritos de cada uno de estos dos imponentes accidentes geográficos, mi consejo es que visitéis uno y otro peregrinando entre “rutas salvajes”.
Mapa del Camino de los Faros desde Lires hasta el Cabo Finisterre
También la Ruta de los Faros pasa sobre playas inexploradas por los peregrinos que transitan por el Camino de Santiago; arenales como los de Moreira, Rostro, Arnela o Mar de Fóra quedan apartados de la Ruta Jacobea, todos ellos muy recomendables por su belleza paisajística.
Estas visitas recomendadas a la costa bien merecen partir la etapa final del Camino de Santiago en dos, con lugar de pernocta en las aldeas de Lires o de Nemiña.
Vista de la playa de Nemiña desde la ría de Lires
Desde la marinera Muxía hasta el Cabo Finisterre
La etapa que parte de Muxía es el último tramo de un largo viaje que para muchos peregrinos comenzó incluso más allá de los Pirineos en territorio francés.Muchos peregrinos saben que existe un último esfuerzo tras la llegada a la tumba del Apóstol Santiago. Se trata de vislumbrar el último rayo de sol en Finisterre, pero también de completar el efecto purificador del Camino de Santiago.
Puesta de sol en Fisterra
Ese esfuerzo dura al menos 4 días más desde la misma Plaza del Obradoiro. Personalmente me gusta visitar antes Muxía que Finisterre, de manera que el último tramo del Camino lo realizo en este sentido.
Aunque todas y cada una de estas 4 jornadas tienen su propio encanto, voy a centrarme en la última etapa que traza paralela a la costa.
Mapa de la última etapa del Camino de Santiago a Finisterre – ©forwalk.org
Como no podía ser de otra manera, mis compañeros y yo en este viaje decidimos partir la etapa en dos, con la única finalidad de conocer más detalles sobre este tramo de la Ruta de los Faros.
El primer contacto con el Atlántico
Nos encontrábamos a mediados de julio, tras unos meses sin apenas salir de casa, el hambre por viajar de nuevo había alcanzado de lleno nuestro ánimo.La primera vez que tocamos el mar tras nuestra partida desde la Plaza del Obradorio dos días atrás, fue en el arenal de las Raias, apenas un centenar de metros apartado de la senda del Camino justo antes de arribar a Muxía.
Playa de Area das Raias
Fue un golpe de suerte, equivocamos el desvío hacia la playa de los Molinos, pero acabamos en una pequeña, solitaria y paradisíaca playa donde nos dimos el primer remojón salado del año.
El temperatura gélida del agua no rebajó un ápice nuestro interés por el baño, si bien la duración del mismo sí fue la mayor damnificada. Una cosa es refrescar los pies castigados por piso del camino y otra pasar a la hipotermia.
Llegada a Muxía
Tras este regalo inesperado del Camino como tanto otros, bajamos hacia Muxía. Tras escapar de un tupido bosque que no nos dejaba ver el mar, nunca este pueblo marinero se me había presentado tan lleno de luz y vida como aquel 14 de julio.La playa de Espiñeirido aparecía bajo nuestras botas, el mar en calma, apenas las olas acertaban a romper contra la arena, parecía invitarnos a proseguir la marcha sobre el entramado de pasarelas de madera que separaban bosque y playa.
Playa de Espiñeirido a la entrada de Muxía
Un par de kilómetros más allá se divisaba el revuelo de las gaviotas sobre un puerto pesquero que reflejaba los colores de sus numerosas embarcaciones.
Se aproximaban las tres de las tarde; nuestros estómagos nos recordaban con firmeza que era hora de reponer las fuerzas gastadas durante el Camino.
Qué queréis que os diga, no hay mejor lugar para un peregrino hambriento que un lugar como Muxía. ¿Pescado del día? Sí, por favor
El santuario de la Virgen de la Barca
Una vez saciados nuestros estómagos bajo ese sol tan suave que nos regala la Costa de la Muerte en verano, fuimos en busca del apartamento donde nos agolparíamos para descansar.En tiempos de pandemia y la Covid-19, pensamos que lo mejor era dormir juntos y a la vez aislados, quizá demasiado alejados de cualquier espíritu peregrino. Corren “malos tiempos para la lírica.”
Estábamos decididos a continuar con la tradición peregrina a pesar de todo; buscamos la rúa Virxe da Barca, el paseo costero sobre el que divisamos los faros de Lago y Viulleira al otro lado de la ría, hasta llegar al diminuto faro de Muxía frente al santuario de la Virgen de la Barca.
Sendero sobre el santuario de la Virgen de la Barca que lleva al mirador de Corpiño
Pocos finales de etapas son tan reconfortantes como la llegada al santuario. Un templo que ha sobrevivido a mil tempestades e incluso a un reciente incendio.
Un paraje escogido por viajeros mucho antes de la existencia de Santiago Apóstol, hoy transformado en uno de los hitos más importantes de todos los Caminos de Santiago.
Santuario de la Virgen de la Barca de Muxía
La leyenda jacobea de Muxía
Según cuenta la leyenda, la Virgen María arribó a estas costas en una barca de piedra con el objetivo de poner orden en el pueblo donde reinaba la indiferencia hacia las enseñanzas del apóstol Santiago, entregándose cada cual a su particular Becerro de Oro.Una maldición bíblica cayó sobre Muxía que quedó sumergida bajo las aguas como castigo por las prácticas impías de sus habitantes. Nos encontramos ante ¡la Sodoma y Gomorra de Galicia!
El misterio de las piedras
Frente al santuario se encuentra una costa rocosa sobre la que rompe una y otra vez el Atlántico. En épocas muy remotas algunas de estas rocas fueron lugares de peregrinación pagana antes que pasaran a ser cristianizadas.Paisaje rocoso frente el santuario
De esta manera si hablamos de la Pedra de Abalar, en la tradición pagana estaba relacionada con la capacidad de presagiar desgracias o mediar entre litigios conyugales, según si piedra se moviera o no, mientras que su versión cristiana apunta al casco de la barca donde navegó la Virgen.
Sobre la piedra sagrada de Abalar
Cuando nos referimos a la Pedra dos Cadrís –o piedra de los riñones– antaño se le atribuían cualidades curativas si pasabas por debajo de ella repetidas veces, mientras que su cristianización la convirtió en la vela de la famosa barca de piedra.
Existe otra piedra en este espectacular entorno que nos recuerda por su forma a la de un timón de una embarcación; nos referimos a la conocida Pedra do Timón que también hace referencia a otro de los elementos de la barca sagrada.
Piedra de los riñones que hizo de timón de la barca que trajo a la Virgen
Una a una todas estas piedras fueron visitadas por nosotros, cumpliendo con la tradición peregrina además de buscar su bendición pagana, ambas conectadas por la historia y por el Camino de Santiago.
Mojón indicando el Camino de Santiago en sentido Finisterre
Para finalizar esta jornada, tomamos la senda que nos condujo hasta el mirador del Monte Corpiño donde contemplamos la espléndida península de Muxía; desde allí dibujamos la senda del Camino de Santiago que nos llamaba a proseguir con los primeros rayos de sol del nuevo día.
Cruz del mirador del Monte Corpiño