Cabo Finisterre, fin de la Tierra
Hacer el Camino del Norte o de la Costa es sin duda hacer uno de los Caminos de Santiago más bonitos, emocionantes y duros que se pueden hacer. La mayor parte de su recorrido discurre entre montañas, prados, pequeñas aldeas, pueblos marineros y el mar Cantábrico. En esta ocasión, hice el Camino en MTB.
Aunque el Camino del Norte no es tan transitado como el Camino Francés, hay suficientes peregrinos como para compartir tus experiencias con alguno de ellos al finalizar cada etapa, y las famosas flechas amarillas son tan numerosas que es muy difícil perderlas de vista. Lo que no hay que olvidar es que este camino es más duro que el resto de los Caminos de Santiago. Los caminos del norte tienen más desnivel y hay que estar un poco más entrenados.
Hace ya unos años que hice mi primer Camino de Santiago. Fue mi primer viaje de ciclo-turista y me emocionó, y gustó tanto, que ahora en cuanto puedo me escapo unos días con mi bici y las alforjas a recorrer cualquier ruta que me llame la atención, para mi es la mejor forma de viajar.
San Vicente de la Barquera
Esta vez comencé el Camino desde la puerta de mi casa en Barros, Cantabria, y para enlazar con el Camino seguí una ruta paralela al mismo hasta llegar a Comillas. Allí me uní al Camino que lleva hasta Arzúa, en Galicia. Este es el punto donde se unen los Caminos del Norte y el Camino Francés. Sin embargo, mi intención no era sólo llegar a Santiago, sino que también quería ver el Atlántico; llegar al final de la Tierra (Finis Terrae), que era lo que se pensaba hasta que se descubrió América.
Un total de 630 km hasta Finisterre y casi 11.000 metros de desnivel positivo. ¡Seis días de disfrute total!
Lago Sobrado
El Camino del Norte se diferencia del resto, como ya he dicho, en su dureza que, aunque alterna muchos tramos de carretera, discurre por la costa del Cantábrico que es brava y salvaje. Al final de cada etapa se llega cansado a los albergues. También la adversidad meteorológica puede jugarnos una mala pasada. Tener tan cerca el Cantábrico hace que la probabilidad de lluvia sea mayor que en otros caminos, y la humedad del calor en verano o los vientos fríos del norte el resto del año pueden hacer que tengas alguna que otra mala jornada. Pero claro, este clima es también el responsable de que podamos disfrutar de un paisaje verde de bosques, pastos, brañas y vegas. Un mundo tranquilo acompañado de una mezcla de olores a eucalipto y salitre, así como de un espectáculo de pueblos y aldeas detenidos en el tiempo.
Camino al fin de la Tierra. Cabo Finisterre de ENLACIMA en Vimeo.¡Animaos si os gusta la MTB!
Es una ruta muy bonita y el Camino siempre será el Camino.