Hoy te vamos a contar cómo hacer el Camino de Santiago a Finisterre andando.
Kilómetro 0 en Finisterre
Toda buena novela de aventuras tiene un epílogo, como tu camino tiene el suyo, y habla acerca de un viaje extraordinario en pos del Cabo de Finisterre.
Se trata de la ruta hacia el fin de las tierras conocidas que un día guió a nuestros antepasados más peregrinos hacia un lugar mágico, donde noche tras día, se ponía el último rayo de sol sobre el mundo civilizado.
En aquellos remotos años, todo conocimiento del mundo moría justo sobre el mismo horizonte del Océano Atlántico, entre las costas de Muxía y Finisterre.
¿Por qué voy a Finisterre cuando la tumba del apóstol está en Compostela?
Como en todo lo relacionado con el Camino de Santiago, existe la magia, pero también mucha pasión en los motivos que dan sentido a tu viaje.
¿Por qué voy a Finisterre?
Para entender mis razones tienes que ponerte de nuevo en una situación y en un lugar muy especial para todo peregrino.
El Lugar: la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Sobre la piedra que esculpe el kilómetro cero de todas las rutas jacobeas y frente a la fachada principal de la catedral.
¿Lo visualizas verdad? Seguimos entonces…
Fachada de la Catedral de Santiago de Compostela
La situación: la satisfacción de culminar un largo camino donde el protagonista he sido yo. ¿No tienes la sensación de estar ya en perpetuo movimiento?
Apartas la vista durante apenas unos segundos del recién restaurado Pórtico de la Gloria.
Te lo ponemos fácil
Y descubres justo detrás de ti, una estrecha calle empedrada que baja siguiendo la dirección de unas flechas amarillas que engañosamente huyen de la catedral.
Salida de Santiago por el Camino a Finisterre
¿Cómo es posible que las flechas amarillas señalen una antigua salida de la ciudad de Santiago?
Entonces ocurre lo inevitable…
Al día siguiente los pies te piden Camino y tu ánimo se obstina en buscar esa nueva salida de la ciudad descubierta el día anterior, en busca de un nueva senda del Camino.
Estamos de nuevo en ruta sobre una de las sendas más antiguas de la humanidad, incluso mucho muchísimo antes del nacimiento del venerado Apóstol Santiago.
Etapas del Camino de Santiago a Finisterre
Se trata de un recorrido circular que comienza y acaba en Santiago de Compostela.
Su duración es de ocho días si realizas el bucle completo y sigues más o menos sus etapas oficiales.
El Camino nunca es una ciencia exacta.
Primera etapa: de la Plaza del Obradoiro hasta el pueblo de Negreira en 21 kilómetros.
Para aquellos peregrinos que venimos ya disfrutando del Camino desde hace algunos días atrás, se trata de una etapa para disfrutar del recorrido sin importar su relativa dureza.
Bosques, repechos y algún que otro alto que tense de nuevo los músculos de las piernas.
Descubre nuestros programas Como lugar mágico de esta etapa tienes A Ponte Maceira y su puente medieval sobre el río Tambre.
Lo dicho, una senda para seguir disfrutando.
Negreira
Segunda etapa: De Negreira a la aldea de Olveiroa en 32 kilómetros
Cuidadito con este tramo, pleno de naturaleza y estampas rurales gallegas, pero también repleto de kilómetros realizados sobre numerosos pero suaves toboganes que cambian tu ritmo constantemente sin apenas avisarte.
Como gran aperitivo previo a la visión del mar, gran protagonista de esta ruta, tendrás unas estupendas vistas al pantano de Fervenza.
Mención personal requiere el albergue de peregrinos de Olveiroa, por su enclave, arquitectura y encanto.
Si quieres conocer dónde alojarte en el Camino, aquí tienes una selección de albergues en el Camino.
Aunque el mayor se sus encantos reside en mi memoria, cuando hace muchos años, dormí en unas antiguas caballerizas restauradas como alojamiento para peregrinos.
Supongo que allí seguirá junto al albergue de la Xunta de Galicia.
Aunque creo, según me cuentan, que la tradición de la sopa de su hospitaleira, que reunía a los peregrinos en una estupenda velada, se terminó hace ya algunos años.
Una pena, no tengas la menor duda, una verdadera pena. Desconozco el motivo.
Aunque no duermas en él, podrás disfrutar de la entrañable aldea toda de piedra con casas tradicionales gallegas.
Mención especial tienen también los hórreos que encontrarás allí, alguno de los más grandes de Galicia.
Tercera etapa: de Olveiroa al pueblo costero de Cee en 20 kilómetros.
Algunos peregrinos funden esta etapa con la siguiente, con el objetivo de llegar al pueblo marinero de Finisterre, y desde allí alcanzar su cabo.
Yo prefiero disfrutar de un recorrido fantástico desde el mismo comienzo.
Hacer una etapa siguiente comodísima y culminar con el ritual de la puesta de sol con todo el tiempo del mundo.
Elijo saborear cada segundo, cada paso, cada momento.
Ya se acerca el final y es natural ir ralentizando la marcha. Cuanto más lejos quede, mejor que mejor.
Aún recuerdo aquella pareja de alemán conoce a chica australiana durante el Camino.
En su viaje hacia el Atlántico, su andar era cada vez más y más lento.
Sencillamente creo que no querían llegar, porque de alguna forma ellos tenían la creencia de que algo muy bueno se apagaría.
Mucho cuidado con el tramo final de esta etapa.
Nos espera una vertiginosa bajada hacia la costa, no sin dejarnos previamente las primeras increíbles vistas del cabo de Finisterre y la ría de Corcubión.
Relájate por el casco histórico de Corcubión y visita su iglesia de San Marcos, declarada Bien de Interés Cultural.
En esta etapa tienes algún monumento curioso que te servirán para hacer un pequeño descanso: la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, el cruceiro Marco do Couto, y el cruceiro da Armada, antes de la bajada a Cee.
Una nota importante, pasada la aldea de Hospital, encontramos una rotonda donde se encuentra la bifurcación donde elegirás ir primero a Finisterre o Muxía.
Cuarta etapa: de Cee hasta el Cabo de Finisterre en 15 kilómetros
Vas a comenzar este día mágico con un suave y agradable paseo por la costa atlántica.
Punto obligado de parada es la inmensa Playa de la Langosteira, la puerta de entrada al pueblo de Finisterre.
Si el tiempo acompaña, y si no te diría que también, toca dejar las mochilas sobre la arena y darte un baño de agua y sal en el Atlántico como justo premio al esfuerzo entregado.
Es un buen lugar para el baño, no lo hagas en cambio cerca del Cabo de Finisterre, donde las mareas te pueden jugar una fatal mala pasada.
Una vez en el pueblo de Finisterre no te olvides visitar su joya, la Iglesia de Santa María das Areas.
Luego arribarás a tu alojamiento, dejarás tu mochila, descansarás y te dispondrás a acometer los últimos 3 kilómetros hasta el mismo cabo del fin de las tierras conocidas.
Recomendable hacerlo siempre al atardecer.
Te espera un ritual entre peregrinos del que hablaremos más adelante…
Quinta etapa: del pueblo de Finisterre a Muxía en 30 kilómetros
También es un largo tramo que hay que tomárselo con cierta calma para llegar enteritos a la bella villa marinera de Muxía.
Existen verdaderas joyas naturales para disfrutar durante el recorrido, si bien no todas están precisamente a pie de camino.
El Camino slow Lo que yo hice es pernoctar cerca del pueblo de Lires, más o menos en el punto medio de la etapa.
¿Y esto para qué? Pues muy sencillo.
Playa de Nemiña
Quería disfrutar del bello entorno de la inmensa playa de Nemiña, visitar viejos amigos y redescubrir el faro del Cabo de Touriñán a la caída el sol.
Al día siguiente seguir a Muxía y llegar justo después de un refrescante baño en la playa de Lourido.
Dejar la mochila y tomar el paseo que conduce a otro de los hitos de los Caminos de Santiago: el Santuario de la Virgen de A Barca.
Lugar por otro lado y según cuentan las leyendas, donde arribó navegando la virgen María, con el fin de animar a nuestro querido apóstol Santiago en su trabajo de llevar la palabra de Jesús a estas tierras de España.
Y si quieres tener unas vistas privilegiadas no dejes de subir al mirador de O Corpiño.
Sexta etapa: de Muxía a Olveiroa en 33 kilómetros
Con el ánimo tocado por el regreso, retomamos de nuevo la dirección hacia Santiago de Compostela.
Esta vez viajas hacia el este, justo en el sentido contrario al que estás acostumbrado cuando haces el Camino.
Hasta Olveiroa aún el recorrido es suave y sigue siendo inédito para ti.
Después no te queda otra que volver sobre tus pasos en las dos últimas etapas que ya conoces, hasta completar los ocho días de un Camino hacia Finisterre.
Y no, ¡no me he olvidado!
Me queda para cerrar este post hablarte del ritual sobre el Cabo de Finisterre.
El ritual del peregrino en el Cabo de Finisterre
Tienes que situarte sentada sobre una roca a gran altura en el cabo, con la inmensidad del Océano Atlántico ante tus ojos.
Miras hacia el oeste.
La última hora de la tarde descubre un atardecer espléndido sobre unas aguas hoy tranquilas.
La belleza extrema del último rayo sobre un horizonte de mar en calma, es el mejor de los rituales para el peregrino que viene desde muy lejos.
Otros rituales, como la quema de ropas o botas, son antiguos legados de purificación que en nada contribuyen a la esencia de un peregrino respetuoso con un privilegiado entorno. ¡No por favor!
A tu aire En cambio, brinda con una copa de tu mencía favorito, que traerás de vuelta al pueblo.
Es el mejor regalo para ti por un viaje esta vez sin final.
Porque Finisterre no es el final, es sólo una sentida puesta de sol como colofón a un viaje extraordinario.
¡Hasta muy pronto peregrinos!
Fuente: este post proviene de WomanToSantiago, donde puedes consultar el contenido original.
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