Y qué alegría que esa varita haya decidido apuntarme a mi, haciéndome tan feliz.
Y más estando al lado de dos de las personas que más quiero, mi hermana y Tejetintas, que como ya sabéis también fue finalista de categoría. Desde aquí te digo: aunque subiera yo a recoger ese premio, esto es de las dos. Porque sí, tal y como dijo Frank Blanco, eres mi mejor amiga y no sólo eso: eres la mejor escritora que conozco.
Y sí, la última vez que estuvimos juntas en Madrid vimos a los Backstreet Boys. Y si llego a saber que lo iba a decir Frank delante de todos, igual no lo habría escrito… pero qué leches, ya sabéis que nunca me ha importado decir por aquí cosas como esas, y esto va en honor a ello.
A tope con los 90′.
(Un beso enorme también desde aquí a Elvira de Compartiendo macarrones a la que me encantó conocer y que, por supuesto, también merecía ese premio y un abrazo enorme a Bárbara de Trends&Fit: qué alegría verte de nuevo).
Así que gracias a 20 minutos por este regalo, por hacerme sentir tan feliz, por dejarme esta sonrisa de niña abriendo los regalos el día de Reyes. Por darme más empuje todavía. Por hacerme sentir en una nube.
Gracias a todos los miembros del jurado: José Corbacho, Roberto Leal, Marta Nebot, Mar Amate, Juan Luis Cano, América Valenzuela, Marta Benedicto, Natalia González-Valdés, Jesús Nemesio Arroyo y Arsenio Escolar. Y a Frank Blanco, por ser tan majo.
Mil gracias a todos, de verdad.
Si queréis ver el vídeo de la gala, en el que salgo con el pelo en la cara (tras echarme una risotada) dejando bien claro para toda España que no tengo vida, podéis verlo pinchando aquí.
Y gracias desde aquí a mi hermana por volver conmigo a Madrid y ser talismán, amiga, maquilladora, compañera de viaje y de vida. Vosotros no lo sabéis, pero ella siempre ha sido mi ejemplo a seguir, mi segunda madre, mi consejera sentimental y de todo en general. Y aunque dice que nunca le he dedicado un post, ella sabe que el libro también tiene su corazón, sus consejos, sus sonrisas.
Porque siempre hizo lisos cada uno de los enredos de mi pelo.
Porque siempre iluminó cada uno de mis laberintos.
(No me quieras matar por sacarte en el blog)
Y poco más que añadir a este post lleno de agradecimientos. Poco más que decir cuando te faltan las palabras para expresar lo que sientes. Pero sí diré algo.
Esto va para mi madre, que lo vivió en la distancia y a la que eché mucho de menos. Para Cris y Sonia, mis Pats y mis Valentinas. Va para Nuria, Marina, Elvira y Bárbara, y para todos (más todas que todos) los que me seguís desde julio de 2013, desde que publiqué ‘Aquel vestido gris’, sin saber muy bien dónde me estaba metiendo. Esto va por todos los mails, privados, comentarios, Directs y mensajes directos que he recibido. Por tanto sentimiento compartido, por abrirme vuestro corazón tantas y tantas veces, por pedirme consejos que no sabía ni cómo dar, por darme las gracias por escribir, y por leer, ser y estar.
Esto va para todo aquel que haya encontrado su pasión y haya luchado por ella. Para todo aquel que tenga sueños y que no los sienta inalcanzables. Para quien haya sentido magia al leer un libro o al escribirlo. Para quien haya sentido un amor infinito por algo o alguien. En definitiva, para todo aquel que sonría a sus manías y defectos cada día, que despeje sus problemas imaginando otra realidad, que espere, que desee, que crea que las ilusiones son la bombilla que ilumina el mundo.
GRACIAS por hacerme tan feliz.
Espero seguir viajando con todos vosotros, por muchos años, como diría mi abuela, que no sabe bien qué he ganado, pero que sabe que he ganado algo, y está muy contenta.
Un millón de besos a todos.
M.
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