La Semana Santa es uno de los poco momentos a lo largo del año que tenemos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, el dinero destinado a esta festividad es escaso, reservando una mayor cantidad para verano y Navidad. Por ello, existen numerosos planes y actividades de bajo coste con las que deleitarse.
En estas fechas, un gran porcentaje de los viajes realizados se llevan a cabo dentro del mismo continente. De hecho, casi todos ellos son dentro del mismo país. Gracias a ello, ahorremos en largos desplazamientos y la amplia oferta nacional nos permitirá descansar en algunos de los destinos locales, haciendo un plan a medida para cada tipo de persona.
Playa
Ya sea para ir en familia o con amigos, alquilar un apartamento en la playa siempre es una agradable opción. En el caso de que viajes con niños, en la Costa Blanca es posible reservar este tipo de alojamiento por un módico precio en diversas urbanizaciones que cuentan con todo lujo de comodidades, como piscinas climatizadas y de olas, espacio de diversión infantil y monitores, así como clubs nocturnos y restaurantes.
Además, cerca de las playas siempre es aconsejable visitar la zona del puerto, comer en los chiringuitos e incluso, disfrutar de algún que otro museo, como sucede con el impresionante Oceanogràfic de Valencia, con miles de especies procedentes de todos los rincones del mundo, en un entorno acuático inigualable.
Cicloturismo
Hacer senderismo o esquí es también una divertida posibilidad en estas fiestas pero actualmente, existen nuevas propuestas que permiten pasar un rato agradable haciendo deporte. Este es el caso del cicloturismo, el cual consiste en recorrer reservas naturales y zonas rurales en bicicleta. De hecho, es una estupenda modalidad para recorrer el Camino de Santiago o contemplar el precioso paisaje del delta del Ebro.
Estos lugares igualmente cuentan con encantadores hoteles que albergan aguas termales o balnearios, donde poder relajarse tras un duro trayecto de ruta ciclista. Es interesante, hacerse con un mapa donde se indiquen los diversos parques nacionales de nuestro país, donde poder observar especies endémicas rodeadas por una hermosa naturaleza.
Ciudad
Si por el contrario prefieres aprovechar tu tiempo libre para conocer una ciudad, son varias las aerolíneas y compañías ferroviarias de bajo coste que ofertan billetes a destinos nacionales. Ciudades como Ávila, con su hermosa muralla; Segovia, con su acueducto romano o Burgos, con su impresionante catedral de estilo gótico.
Igualmente, recorrer el país en coche o en motocicleta puede ser una inolvidable experiencia junto a tu pareja. En función del número de días que tengamos disponibles, podemos planificarnos una ruta turística por diversas urbes, acampando un par de noches en cada destino, bien en hoteles o bien en camping.
Turismo extremo
Para los más atrevidos también existen una enorme diversidad de planes. Por menos de veinte euros, cualquiera puede iniciarse en actividades extremas como el puenting, el rafting o el rappel. Elevando ligeramente nuestro presupuesto podremos disfrutar de unas lecciones de vuelo sin motor o travesías en globo.
Si tu valentía no te lleva tan lejos, los parques de atracciones de todo el país ya han abierto sus puertas. Con el inicio de temporada, también se ofertan los bonos para todo el año, siendo una inversión a largo plazo que disfrutaremos durante meses. Así, ahorremos un valioso dinero, especialmente cuando llegue la temporada alta.
Turismo gastronómico
El turismo gastronómico proporciona la posibilidad de conocer los mejores rincones y anécdotas de una zona a través de su gastronomía. La experimentación de nuevos sabores y texturas desconocidas no es algo dedicado únicamente al paladar de chefs y gourmets. Además, en numerosas ciudades, se celebran diversos eventos y ferias para promocionar la zona a través de sus platos.
Cada región posee una gran variedad de platos que merecen la pena saborear. Desde la típica fabada asturiana hasta el cocido madrileño, pasando por la paella valenciana o las lenjetas riojanas. En cuanto a los postres, en España existen una gran variedad de manjares como las cremas catalanas, las yemas de Santa Teresa de Ávila o la ensaimada de Mallorca.