Tanto Estrasburgo, capital de la zona, como todos sus pueblecitos parecen de cuento. Sus estrechas calles empedradas y sus casitas de colores y arquitectura entramada son una maravilla, pero es que en Navidad se emplean a lo grande.
Hay luces por todas partes, numerosos mercadillos navideños y la decoración más impresionante que he visto nunca. No son sólo árboles de Navidad o Papás Noeles colgando de las ventanas, no, son montones de adornos colocados con un gusto exquisito. Mirad un par de ejemplos para haceros a la idea.
¿Os habéis enamorado ya? Pues aquí os dejo unos consejos para preparar vuestro viaje a Alsacia en Navidad.
TRANSPORTE
Alsacia está en la zona noreste de Francia, justo haciendo frontera con Alemania y Suiza. La capital y ciudad más importante es Estrasburgo así que os recomiendo que voléis directamente a allí. Desde Madrid hay vuelos directos con Iberia (se tarda dos horas y cuarto) y otras combinaciones con las demás compañías.
Si vuestra ciudad de origen es otra, o los vuelos a Estrasburgo están muy caros, podéis optar por Basilea, en Suiza pero pegada a la frontera francesa, o Baden-Baden, en Alemania pero a 40kms de Estrasburgo.
Como lo bonito del viaje es poder ver los diferentes pueblecitos, la mejor opción es coger un coche de alquiler. Si por cualquier circunstancia no podéis hacerlo, no os preocupéis, el transporte público funciona super bien. Yo he estado cinco días sin coche y he podido recorrer bastante.
Si optáis por el transporte público os recomiendo que fichéis la web https://www.vialsace.eu/. Es la página oficial de transporte de la región y es muy cómoda para planificar rutas y horarios. Pones origen, destino y te da las mejores opciones (tren, bus e incluso bici) en función de los horarios. Y descargaos la app para el móvil, es una de las aplicaciones para viajar más útiles que he usado.
Como la época navideña es su mejor momento a nivel turístico, han preparado también una opción de transporte muy buena. Desde Colmar salen unos autobuses que te llevan a los pueblos de alrededor para poder visitar los mercadillos navideños. Hay bastantes rutas y horarios, podéis verlas en la web de la oficina de turismo.
ALOJAMIENTO
Tenéis dos opciones. Si queréis estar todo el tiempo en la misma ciudad y hacer excursiones, buscad hotel en Estrasburgo o Colmar. Son las ciudades más grandes y las mejor comunicadas.
Si no os importa ir cambiando, podéis alternar noches en ambas ciudades y también en Mulhouse. Por una parte es un poco rollo lo de dormir cada día en un sitio, pero también os da más libertad.
Eso sí, elijáis lo que elijáis, reservad con bastante antelación, al menos un par de meses. Como os digo, esta es su época alta y los hoteles suelen llenarse con facilidad además de poner los precios por las nubes.
VISITAS
Dependerá un poco del tiempo que vayáis a estar, pero las imprescindibles son:
ESTRASBURGO. Esta ciudad, sede del Parlamento Europeo, tiene muchas cosas que ver aparte de los mercadillos navideños por lo que yo le dedicaría un día y medio o dos. No os podéis perder la catedral y su reloj astronómico, el barrio al que llaman “Pequeña Francia” o un paseo en barco por el río Rin.
COLMAR. Tiene un centro histórico muy bonito y la zona de la “Pequeña Venecia” es totalmente de cuento. Además son expertos en la Navidad porque ponen cinco mercadillos navideños diferentes, una pista de hielo, hacen conciertos y actividades infantiles, y la decoración es alucinante.
MULHOUSE. En la Place de la Réunion ponen uno de los mercadillos navideños más originales que he visto. ¡Si hasta meten una noria delante de la iglesia! Una ciudad pequeñita pero con mucho encanto.
De los pueblecitos de la zona, la verdad es que hay muchos recomendables. Riquewihr, Ribeauvillé, Turckheim o Kayserberg, merecen una visita. Pero si tenéis que optar sólo por uno, mi favorito es Eguisheim.
Lo eligieron en 2013 como el pueblo más bonito de Francia y sinceramente no me extraña. Es chiquitito pero super mono, con calles de piedra y todas sus casitas de colores. Además, su particularidad es que todas las calles que rodean el castillo están dispuestas en círculos concéntricos, por lo que puedes recorrer el centro sin perderte ni un solo rincón.
Realmente fue la sorpresa del viaje y me enamoró por completo.
CONSEJOS VARIOS
– Aparte de lo de reservar con antelación, os recomiendo también que madruguéis para hacer las excursiones. Si bien es cierto que los mercadillos no abren hasta las 10h (y muchos hasta las 11h), por lo menos podréis pasear por los pueblos tranquilamente. En estas fechas se pone todo hasta arriba.
– En relación a esto… Si podéis elegir, id la última semana de noviembre en vez de en diciembre. Ya están puestas la mayoría de decoraciones y abiertos los mercadillos, y hay menos gente, además de ser más barato.
– Como cada año cambian las fechas de apertura de los mercadillos navideños, echad un vistazo antes a la página de la oficina de turismo.
– El clima es un poco más frío que en España así que id bien abrigados. Además de las camisetas térmicas, que siempre se agradecen, no os olvidéis gorro, bufanda y guantes. Ah, y un paraguas, que en esta época suele llover o incluso nevar.
– Aprovechad para probar la gastronomía local. Tiene muchas influencias alemanas por lo que podréis encontrar chucrut, una especie de ensalada de col que acompañan de salchichas. Está super buena la tarté flambée, que tiene cierto parecido con la pizza, aunque con nata en vez de queso. Le ponen por encima bacon, cebolla, champiñones…, y es una comida muy completa. También está muy rico el rosti, una cazuela de patatas hervidas con tiras de bacon y queso fundido.
¡Y por supuesto está el típico vino caliente! Es un vino al que añaden especias para que esté dulce y que al estar calentito es perfecto para estas fechas. Lo venden en muchos puestos de los mercadillos y además te lo dan con tazas o vasos de plástico duro con motivos navideños. Si los devuelves al terminar el vino te rembolsan un euro, pero también te los puedes quedar como recuerdo.
Alsacia en Navidad es un lugar mágico, porque la belleza de sus pueblos se multiplica con las decoraciones navideñas. Peluches enormes en las ventanas, luces de colores, árboles de Navidad por todas partes, un montón de mercadillos navideños, adornos en la fachada de cada casa… Un viaje de cuento que os hará disfrutar de la Navidad como cuando eráis niños.