Es un vino de un color intenso, goloso pero yo no lo consideraría fuerte. Sí un poco cálido...ya sabéis mi debilidad por las garnachas de Aragón, aunque siempre las había probado más del norte. Nosotros lo tomamos en el restaurante Calauela, de Vilafamés (Castellón), recomendados por su dueño, Víctor, que además es amigo. ¡Os animo a que lo probéis y que veáis las cosas tan interesantes que se están haciendo en diferentes puntos de España en materia de vinos! Así salís de lo "tradicional" o más conocido. :)
Y para toda la gente de Castellón y provincia os deseo buenas fiestas de la Magdalena...me podréis encontrar allá donde vendan vino. ¡Buen finde!