Es un vino muy diferente a cualquiera que estéis acostumbrados a probar, no tiene nada que ver con los españoles. Pero me gustó. Es fino, elegante, no tiene tanto cuerpo como los que estoy acostumbrada a beber pero esto ya me pasa con los vinos franceses. Y es ácido, porque como os podéis imaginar, mucho sol en Alemania no hace, aunque la región vinícola se encuentre en el sur...
Al principio te electriza un poco, da un escalofrío, para después quedarse dando unas cuantas vueltas, y es que realmente me pareció un vino bastante decente porque yo era una completa ignorante de los vinos alemanes. Y lo sigo siendo, pero ahora me estoy informando un poco para poder disfrutar del tiempo que me queda aquí.
La verdad que fue toda una sorpresa que me preparó mi chico, que vino a visitarme unos días, y se fue al centro de Rostock a la tienda de vinos Weine & Mehr y me lo compró para que lo probáramos, sabiendo lo que me gusta probar nuevos vinos.
El precio ronda los 14 euros.
¡Buen finde y que probéis muchos vinos!