Los productos que vamos a utilizar son más propios de otoño, pero los podemos conseguir en cualquier estación del año.
Los ingredientes que vamos a necesitar para dos personas son:
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra1/2 cebolla marrón grande
1 solomillo
1/2 paquete de membrillo
1/2 taza de coñac
1/2 taza de caldo
sal
pimienta
El solomillo lo podemos comprar ya cortado y nos ahorrará tiempo. Yo suelo comprar la pieza, limpiarla y cortarla, de manera que controlo el grosor de los cortes.
Si utilizamos caldo casero mucho mejor, si no es así, podemos darle carácter o personalidad con un toque de especias, como orégano, tomillo y cardamomo ahumado de repostería y por supuesto, salpimentando al gusto.
Preparación:
Como siempre, lo primero es preparar los ingredientes y utensilios antes de ponernos a cocinar.
Partimos en dos la cebolla y pelamos la mitad que vamos a utilizar, la picamos finamente y reservamos. A continuación cortamos en dados la carne de membrillo.
Ponemos el caldo en un cazo a fuego muy bajo, de manera que tenga una buena temperatura y no nos corte la cocción de la receta. Y si queremos personalizarlo, ahora es el momento de añadir al caldo el orégano, el tomillo y el cardamomo.
A continuación vamos a preparar la carne. Lo primero es limpiarla bien, seguidamente cortamos los solomillos en piezas de un centímetro de grosor y salpimentamos.
Echamos el aceite en una sartén que ponemos a fuego alto. Cuando el aceite esté muy caliente sellamos los solomillos, un minuto por cada lado, de manera que queden crudos por dentro y no pierdan los jugos cuando los cocinemos. Una vez la carne esté sellada, bajamos el fuego, sacamos los solomillos y reservamos en una bandeja o plato que taparemos con papel de platino, con la cara brillante hacia arriba y la cara opaca tapando la carne para que guarde la temperatura y no se siga haciendo.
En esa misma sartén, echamos la cebolla y sofreímos. Cuando la cebolla tome color es el momento de agregar el coñac y la carne de membrillo. Removemos hasta que se integre bien.
Dejamos reducir un poco la salsa e incorporamos los solomillos, su jugo y el caldo. Dejamos a fuego bajo, para que la carne absorba el sabor de la salsa hasta que los solomillos estén al punto y la salsa se reduzca un poco más.
Presentación:
Os propongo tres formas de presentarlos. La primera propuesta es la forma en la que los presenté para la reunión familiar de Año Nuevo, los solomillos en un plato llano con un poco de sal y acompañados de su salsa.
Otra manera de presentarlos es en un plato llano, colocamos un timbal de puré de patatas que culminaremos con la salsa y rodearemos con las piezas de solomillo. Espolvoreamos un poco de tomillo.
O sobre una base de puré de patatas colocaremos las piezas de solomillo y rociaremos con su salsa. En este caso también terminamos la presentación espolvoreando un poco de tomillo.
El vino que hemos elegido en esta ocasión para el maridaje ha sido Caperucita tinta.
Lo primero que llama la atención es su misterioso y enigmático etiquetado, en el que podemos ver a caperucita roja de espalda pero al girar la botella nos llevamos una sorpresa.
Se trata de un vino tinto joven producido por las Bodegas Torre Oria y que se elabora con uvas Tempranillo y Syrah, una combinación que aporta suavidad y dulzura en boca y un toque de especias en nariz. Acentuará el sabor dulce del la salsa de membrillo y el aroma de las especias que hemos utilizado en la elaboración de esta receta.
Para la celebración de Año Nuevo sin embargo elegimos un tinto de Somontano del 2009 de las bodegas Enate, que se elabora con uvas Shiraz y Syrah, del que ya os hablé en este post.
Bon appétit!!!
Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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