Fuente: Vicente Bungalows
Desde hace rato que tengo ganas de volver a San Marcos Sierras. Llegué en abril de 2000, con mis padres, por el camino de tierra que viene desde Capilla del Monte, atravesando la sierra. De esta manera, entré "por arriba", dando vueltas, como bajando desde un plato volador. En ese momento, desconocía por completo el mito de comarca hippie/naturista que tiene (todavía). No volvería por esto, sino por el aroma a menta peperina que sobrevuela en todo el pueblo. Y a patchuli. Una mezcla de perfumes y sensaciones que no volví a sentir en casi ningún otro lado del planeta.
Recuerdo haber almorzado en un restaurant administrado por alemanes, frente a la plaza. Los 6 turistas estábamos muy ansiosos por comer y los platos tardaron 2 horas por reloj (¿qué es un reloj?) en servirse en las mesas. "Los elaboramos en el momento, por eso tardamos", se excusaba la teutona dueña de la taberna.
Mientras esta gente elaboraba amablemente los platos (que, debo reconocer, estaban muy bien), con mi papá salimos a recorrer la feria de la plaza. Recuerdo haber conversado con una vendedora sobre los libros de Castaneda, que ahí parece que tienen mucha demanda. Era una estudiante de 19 años que había venido especialmente desde Córdoba Capital para vender en la feria durante ese fin de semana largo.
Hace cuatro años, el periodista cordobés Dante Leguizamón publicaba esta crónica de su visita a San Marcos Sierras. Vale la pena leerla, para contrastar la experiencia concreta que cualquier turista/visitante puede tener, frente a la imagen que se promueve comercialmente como aldea new age. El texto es de lo más serio, completo e interesante que leí hasta el momento sobre este pueblo. Constituye una especie de etnografía resumida. Aquí les comparto algunos apuntes aislados que, creo, podrían servir como disparadores para una investigación más amplia sobre este lugar:
La mayoría de los (hoy) vecinos de esta localidad no son nativos ni cayeron de un plato volador: llegaron por primera vez no por intuición interestelar sino como turistas inmersos en la sociedad de consumo ("traemos al pueblo los mismos problemas de los que escapamos")
Mal que les pese, la principal actividad económica que sostiene al pueblo no es la apicultura ni la autosubsistencia, sino la industria turística (el proyecto de sostener/expandir islotes económicos autonomistas dentro del universo capitalista nunca prosperó, como bien demostró acá el investigador y economista de izquierda Claudio Katz)
El mito de la comarca hippie alimenta la misma afluencia turística de la que pretenden evadirse
Muchos de los productos que se ofrecen como hechos "en el lugar" de manera "artesanal" en verdad no fueron producidos localmente (ver caso de la miel)
Lejos de constituir una comarca armónica, parece haber fuertes disensos entre los vecinos del lugar, especialmente frente a las obras de infraestructura pendientes (cloacas, gas, etc.) o lo que se considera "progreso" (cajeros, estaciones de servicio, etc.)
El pueblo reproduce las mismas desigualdades sociales que la provincia, la nación y el mundo que los cobija, no sólo en el régimen de propiedad de la tierra, sino también en el de los medios de producción (¿cita requerida?)
Los sanmarcossierrenses suelen desconfiar de los "recién llegados" a quienes ven como "más contaminados por el sistema" (¿conservadurismo progresista o progresismo conservadurista?)
El problema de San Marcos Sierras como mito y fetiche hippie lo tiene absolutamente todo lo que en este mundo se pretende vanguardista o "distinto" o "contracultural" o "alternativo": más temprano que tarde, el sistema siempre se adapta para incluirlo como opción... ha pasado con Palermo Viejo, en la ciudad de Buenos Aires, que durante los años "90 desarrolló un circuito auténticamente alternativo pero, luego, lo degradaron a "Palermo Soho", un paseo masivo más, ya casi sin identidad propia.
Siempre me quedaron ganas de volver (a San Marcos Sierras). Por lo que pude averiguar en Internet, ya hay una nutrida oferta hotelera e inmobiliaria (principalmente cabañas, "bungalows" y casas para alquilar). ¿Alguno viajó recientemente? ¿Qué experiencia tuvo? ¿Alguna recomendación?