Los científicos calculan que en nuestro planeta viven entre dos y diez millones de especies, pero sólo conocemos con certeza a alrededor de 1,9 millones.
Desaparición natural
Por cada millón de especies en la Tierra se estima que hay una que desaparece cada año debido a lo que se conoce como extinción de fondo, que ocurre cuando las especies no se logran adaptar a los cambios que se dan en su hábitat.
Por ello, se cree que más del 90% de las especies extintas en la Tierra desaparecieron por estas causas. El resto murió en los períodos de extinción masiva.
Mucho antes de los dinosaurios, la Tierra era un entorno desolado con incendios generalizados y agua de mar pobre en oxígeno. Este entorno hostil acabó con el 90% de la vida que en ese momento habitaba la Tierra. El proceso más catastrófico de extinción masiva duró menos de 200.000 años, según indica un nuevo estudio, y afectó simultáneamente al medio marino y terrestre.
Sobre el detonante de la extinción masiva los científicos no se ponen de acuerdo. Unos se inclinan por las liberaciones masivas de dióxido de carbono y metano de actividades volcánicas a fínales del Pérmico, aunque no es del todo cierto que las erupciones volcánicas coincidan exactamente con el momento de la extinción. Otros apuestan, por ejemplo, por el impacto de un cometa o asteroide. Un impacto rápido y simultáneo afectaría a ambos ecosistemas, marino y terrestre.
Sin embargo, por encima de todos estos cambios, existen especies que han logrado sobrevivir a la extinción, muchas de ellas sin presentar grandes cambios evolutivos.
Impacto humano
Es el caso también de algunas especies que el Hombre dio por muertas durante largos períodos de tiempo, para después descubrir que aún seguían en la Tierra, como por ejemplo el pez de aletas lobuladas y gran tamaño que se creía había desaparecido hace 65 millones de años y que fue redescubierto en 1938 en Sudáfrica. Otro ejemplo es el búho Athene blewitti, que había sido visto por última vez en 1884, para después hallarlo nuevamente 113 años después.
Este tipo de ejemplos, sugieren los expertos, sumados a las limitaciones humanas para rastrear e identificar a todas las especies del planeta, da idea de que pueden haber otras especies que creemos que están extintas y no lo están, así como una gran cantidad de especies por descubrir.
En tiempos recientes han desaparecido un gran número de especies. Desde 1500, los registros indican que han desaparecido 801, pero debido a que es posible que desconozcamos la existencia de muchas, podrían ser muchas más.
Aunque los números no corresponden a una extinción masiva, algunos científicos creen que si continúa el ritmo y las condiciones actuales, es posible que lleguemos a ese punto, incluso en algunos cientos de años.
¿Puede ser que el hombre sea el responsable de la próxima extinción masiva?. Los investigadores dicen que es difícil determinar la causa de la extinción masiva de especies, comparando las tasas actuales con las del Pérmico. Pero afirman que, aunque el deterioro del medio ambiente es un proceso largo, una vez se cruza el umbral de la tolerancia, el ecosistema se desplomará rápidamente.
Es evidente que el comportamiento del hombre ha tenido una gran influencia en la extinción de especies. Casos como el de la desaparición de la paloma migratoria, que desapareció en 1914 debido a la caza masiva: en 1978, el hombre mataba a alrededor de 50.000 palomas de esta especie al día y su carne se vendía a un precio muy económico.
Otro ejemplo de efecto perjudicial es cuando el hombre se lleva consigo especies invasivas (como perros, ardillas y gatos) a islas o zonas en donde existen animales que nunca han convivido con los nuevos inquilinos, resultando en su desaparición.
Lo cierto, subrayan los expertos, es que la oleada de extinción debido a la pérdida de los hábitats por la mano del hombre (caza y comercio ilegal, tala de árboles, etc) sigue siendo el problema crítico para la conservación del medio ambiente en el siglo XXI.
Salvar a las especies
El mensaje abrumador es que la pérdida y fragmentación del hábitat sigue siendo la mayor amenaza para el futuro de las especies y que se trata de algo que va en aumento, por lo que es posible que científicos y conservacionistas tengan razón al decir que estamos realmente en la cúspide de una sexta extinción en masa o que en su camino.
Hay, sin embargo, razones para la esperanza. En 1973 muchos países firmaron un acuerdo sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), en un intento de regular el floreciente comercio en flora y fauna silvestres. Actualmente están protegidos por el tratado unos 35.000 animales y plantas.
Esta Convención funciona dando licencias para comerciar especies. No obstante, hay quienes afirman que, sin embargo, dado que Cites consiste en delegaciones gubernamentales, su toma de decisiones está arraigada en los intereses políticos y económicos de los países miembros.
Igualmente, sin subestimar el impacto negativo, también hay ejemplos en que la intervención humana ha logrado salvar a especies, como en el caso del órice de Arabia, una especie de mamífero artiodáctilo típicamente desértico. En 1972 únicamente existía en los zoológicos, pero gracias a diversos programas de reproducción en cautiverio, en 1982 fueron reinsertados a su hábitat natural. Hoy en día existen alrededor de 1.000 en libertad, y 6.000 en zoológicos.
Otro caso interesante es el del pez Cyprinodon alvarezi, de la familia de los ciprinodóntidos. De tamaño diminuto, se creía que ya no estaba presente en hábitats naturales, hasta que hace unos años, lograron identificar y salvar a una población en México.
No tan negativo
La extinción de especies suele verse como algo negativo que va en detrimento de la riqueza y biodiversidad de nuestro planeta.
No obstante, algunos científicos consideran que la ?extinción? no es el fin del mundo ya que muchas veces, cuando un ser muere, puede generar vida.
El ejemplo más claro, sugieren, es la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Si no hubiese ocurrido, probablemente no contaríamos con la biodiversidad que existe en la actualidad.