Algunas de las palabras que más resuenan en el pensamiento de los amantes de los viajes, sobre el futuro de su actividad, son: austeridad, sustentabilidad y tecnología. Además, se piensa en grupos de viaje más pequeños, ya que las aglomeraciones son lo que más se busca evitar con el confinamiento, y seguramente se extienda a los viajes una vez superada la crisis sanitaria.
Cuando el riesgo de infección sea menor y la gente pueda volver a salir a las calles con cierta tranquilidad, aunque siempre tomando las precauciones suficientes para reducir los riesgos de contagio, el deseo de viajar y conocer nuevos lugares volverá. Y entonces el sector turístico deberá estar preparado para cuidar de los viajeros y los residentes. ¿Cómo lo hará?
En un principio, pocas opciones
La primera previsión de los expertos es que en el corto plazo no habrá una amplia variedad de destinos disponibles, y tampoco de los recursos financieros para planear viajes de larga duración o a destinos muy alejados. Habrá una fuerte disminución de los viajes internacionales y un repunte en los viajes hacia el interior de cada país.El turismo rural será uno de los puntos a trabajar, generando así circulación dentro de los propios países que cuentan con localidades pequeñas y alejadas de las grandes ciudades. El objetivo principal de alejarse del ruido y las rutinas de trabajo en las grandes urbes seguirá siendo la base para cualquier planificación de un viaje de descanso.