No sabemos si seríamos capaces de imaginarnos un mundo turismo, sin los viajes low cost que tanto nos ayudan a poder llegar a los destinos más apetecibles sin hipotecarnos por ello, o pensar en playas de turistas sin que nos venga a la cabeza una playa sembrada de sombrillas, pero la verdadera edad de oro de los viajes fue la que comprendió los cien años existentes entre 1830 y 1930.
Podemos comenzar diciendo que la palabra turismo procede de la palabra francesa tour que hace referencia a un viaje circular y comenzó a usarse en 1838 con la publicación de la novela Mémoires d´un touriste, de Stendhal.
Y es que fue en la literatura cuando el mundo se abrió ante los ojos de los lectores. Las guías de viaje no son un invento moderno. Fueron los escritores que viajaban en la época los que con sus libros y dibujos conformaron las primeras guías de viaje, a través de las cuales, los lectores podían dejar volar su imaginación y llegar a lugares a los que nunca habían pensado llegar más allá de los sueños. Dickens, Alejandro Dumas o Julio Verne fueron los guías turísticos de la clase media y burguesa de la época.
Para comenzar el viaje, tenemos que remontarnos a años anteriores a la década de 1930. Fue entonces cuando el mundo empezó a parecer un lugar abarcable, un lugar que podía llegar a conocerse. Hasta ese momento el hecho de viajar con el objeto de conocer mundo solo había sido cosa de jóvenes aristócratas que realizaban el Grand Tour. Sobre todo, lo realizaban jóvenes adinerados de la aristocracia británica y alemana en busca de los inicios de la cultura clásica y que los llevaban hasta destinos como Italia o Grecia. Tras lo cual llegó el vapor y cambió por completo el concepto del turismo.
Fue entonces cuando surgieron los trenes, los cruceros e incluso las guías de viaje. Y es que fue entonces cuando el vapor permitió a los barcos de pasajeros acortar el tiempo de sus viajes. Este fué otro gran hito de la historia del turismo. Si al comienzo de los años 30 del siglo XIX, el viaje que recorría en barco la ruta entre Estados Unidos e Inglaterra suponía un total de casi 16 días, en 1930 ya suponía menos de 5 días. A principios de esta centuria señalada también vio cómo el ferrocarril cubría por primera vez la distancia entre Liverpool y Manchester. Sin olvidarnos, para acabar con estos cien años de avances rapidísimos del piloto Charles Lindbergh, que llevó a cabo el primer vuelo trasatlántico sin escalas. En medio de estos grandes hitos, en 1900, llegó el zepelín y el cielo también se rindió al turismo.
Así comenzó todo, ahora es cuestión de seguir viajando y escribiendo un poco más de nuestras historia del turismo, da igual el medio y el transporte, para conocer el mundo y acercarnos a diferentes culturas y hábitos, enriquecernos y dejarnos invadir por la diversidad. Y eso es lo que vamos a intentar fomentar a través de Cómo viajamos, es un camino largo y eso es lo que más nos gusta, ¡a hacer las maletas!
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