Lo que en otro tiempo fue faro de occidente, guía de peregrinos, viajeros, guerreros, religiosos, artesanos, comerciantes y maestros constructores, hoy en día es una sombra alargada de su remoto pasado.
Monumento al peregrino medieval
Es probable que me equivoque; pero creo que el Camino está muriendo de éxito debido a una creciente ola de turismo de masas.
Me dirás que quizá esté exagerando, que mi visión es tan desnortada como las batallitas del “Abuelo Cebolleta”; demasiado Camino puede alterar la visión del mismo.
Podría ser, aunque si me permites te voy a proponer una sencilla reflexiónpara finalidad aclarar mi versión sobre las experiencias que sufro y disfruto en el Camino.
De esta manera podrás discernir nítidamente qué queda del Camino antiguo de Santiago, en contraposición con lo que proviene de su evolución hasta nuestro siglo XXI.
Senda del bosque sobre el Camino Francés
Turistas versus peregrinos
Nada, o casi nada, puede llegar a sobrevivir a una oleada de miles de turistas lanzados al unísono sobre una de las aldeas gallegas que pueblan el Camino Francés.Llega la temporada alta y el excursionista doblega al peregrino. Éste último huye hacia rutas más salvajes dejando para otra temporada su tradicional arribada a Compostela.
No me refiero sólo al ingente volumen de turistas que hace intransitable el Camino, compromete su aventura, pervierte y satura el ambiente.
Señales del Camino Francés cerca del Cebrero
Me estoy refiriendo también a cómo el Camino antiguo se va diluyendo como un azucarillo girando en un café muy caliente. Casi sin remedio, sin punto de retorno.
De cómo las aldeas, sus pobladores y modos de vida se van transformando, olvidando los rasgos que los hacían especiales, mimetizándose con la nueva hornada de mochileros.
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Un ejemplo ilustrativo
A modo de ejemplo, nada tan ilustrativo como la evolución de la tortilla de patata en el Camino de Santiago, siempre omnipresente a lo largo de todo su trazado, ya te encuentres en Roncesvalles, Burgos o Finisterre.Hace un par de años hacía Camino con mi hijo y decidí celebrar mi cumpleaños en una taberna justo antes de llegar Sarria, donde nos regalamos con una tierna, jugosa y enorme tortilla de patatas.
Este mismo año retorné con amigos al mismo punto y día para invitar a tan singular banquete, pero aquella gran tortilla generosa en huevo, se había tornado en un sendas tortitas donde el huevo apenas bañaba unas escasas patatas demasiado fritas.
Castaño centenario en el Camino Francés
El nuevo peregrino exige rapidez y el antiguo tabernero sabe que no le van a faltar clientes. El resultado es una especie de “fast food” de consumo rápido y deshumanizado a modo de franquicia.
¿Acaso el Camino antiguo de Santiago se ha convertido también en un objeto de consumo rápido?
¿Se ha transformado la Compostela en un trofeo de safari y los lugares de paso en una nube de fotografías digitales geolocalizadas?
Pero volvamos al inicio, al Camino antiguo de Santiago; busquemos esos rasgos singulares que forjaban peregrinos a base de sudor, sangre y polvo.
El peregrino antiguo
Es complicado llegar a entender las motivaciones que llevaban a una persona en la Edad Media a acometer semejante viaje de ida, pero también de vuelta a casa, no lo olvides, también andando.Para comenzar no contaba con información sobre la ruta, ni mapas, ni nada sabía de las poblaciones por las que iba a pasar, las costumbres de las gentes, el propio idioma o los peligros que sin duda estarían ahí afuera acechando.
El Camino Francés cerca de su comienzo en Roncesvalles
¿Te imaginas hoy en día plantearte todo esto antes de comenzar? Ni te lo piensas, coges la mochila y la metes en la nevera in aeternum.
Un peregrino medieval ni se planteaba en demasía el peligro, formaba parte de los gajes del viajero.
Sencillamente hacía testamento, tranquilizaba a su prole con no se qué milagros y preparaba su espíritu para la gran aventura de su vida.
Un morral con viandas para los primeros días, calabaza repleta de vino, concha para beber agua, capa contra el mal tiempo y un bordón donde apoyarse al andar o para ahuyentar a las alimañas.
Igual que yo no puedo ni imaginarme a semejante personaje de antaño, tampoco mi peregrino antiguo podría jamás pensar en las comodidades que hoy en día se ofrecen.
Tramo de la Vía Francígena en la Toscana italiana
Lo importante no es el destino
¿Crees que recuperar un poco de esa aventura nos acercaría más al Camino antiguo de Santiago?No se trata de morir en el intento, sino de buscar nuestro espíritu viajero. Venga te voy a dar una pista, algo más concreto por donde empezar.
No des demasiada importancia al destino, a la Compostela incluso, céntrate en el recorrido, tu día a día, los detalles de un entorno que muchas veces es comparable al que experimentaron los antiguos peregrinos.
Y sobre todo reserva tiempo. Piensa en ese peregrino que tenía que ir a Santiago de Compostela, pero también volver sano y salvo a casa. No eran días, ni siquiera semanas, hablamos de muchos meses, incluso años.
Peregrinación hacia Roma por la Vía Francígena
Hacer el Camino antiguo de Santiago
¿Qué es realmente “hacer” el Camino?Con seguridad debe ser algo muy parecido a hacer el Camino antiguo de Santiago.
No se trata de un lugar geográfico, ni siquiera de una ruta histórica en concreto. Se trata de un modo de vivir y entender una peregrinación.
Con independencia de las creencias religiosas de cada viajero, uno se convierte en peregrino en el momento en que decide ir a venerar –o al menos visitar– las reliquias del apóstol Santiago.
Sólo haber resuelto tu destino no es suficiente para considerar tu viaje una peregrinación. Hay algo más que a mi parecer debe reunir todo peregrino auténtico.
Descarga nuestros programas del Camino Tomando altura sobre las nubes del Camino Francés
Un peregrino subordina el viaje a su propia existencia.
Antes de partir el viajero debe tender a ser pobre. Pauper y peregrinus tienden a ser sinónimos.
El peregrino se convierte en una persona humilde que viaja muy ligera de equipaje, agradece lo que el mismo Camino ofrece y no acumula más riquezas que las propias experiencias vividas.
Es una actitud ante un viaje que se me antoja iniciático en muchos aspectos de tu vida que permanecen ocultos bajo rutinas y bienes materiales.
Andar sobre el trazado del Camino con una mochila, más o menos voluminosa durante 100 o más kilómetros no es garantía, a mi juicio, de haber hecho el Camino de Santiago.
Llegada al Monte del Gozo
Tu propio Camino antiguo
Cuál fue tu motivación al comenzar esta aventura, qué encontraste en tu caminar y cómo ha cambiado tu percepción vital tras el retorno a casa.En las respuestas a estas tres preguntas encontrarás, sin duda, tu senda hacia el verdadero Camino antiguo de Santiago.
¡Buen Camino!