Buscando el imponente monasterio de Oseira por el Camino Sanabrés, nos dirigimos posiblemente hacia una de las sendas más bellas de los caminos a Santiago.
La elección de esta variante la tomas en el pueblo Cea, donde existe la obligada parada de abastecerte con su famoso pan, y para rellenar el morral, unas empanadas rescatadas de los mismos hornos donde se cuece el pan de Cea siguiendo tradiciones de hace siglos.
Torre con reloj de la Plaza Mayor de Cea
Con semejantes viandas en la mochila nos dispusimos a subir por magníficas corredoiras que se abrían paso entre tupidos bosques de robles y pinos. El agua brotaba por todas partes hasta inundar algunas partes del camino. A veces el barro dificultaba la marcha, pero en un continuo juego por encontrar la piedra emergente que te impidiera naufragar, dimos con la cima y la consecuente bajada hacia el monasterio de Oseira. Nunca un sube y baja, un rompepiernas en definitiva, fue tan delicioso y llevadero.
Una inmensa silueta de piedra se entreveía entre el robledal. El discurrir de un arroyo a rebosar de agua cristalina nos dio la pista del ubicación del cenobio. Siempre estos lugares supieron situarse en paraísos aislados creados por y para la meditación. El monasterio de Oseira es uno de esos privilegios para la vista y el descanso de antiguos peregrinos. Aún guardan esa tradición para los pocos peregrinos que en pleno siglo XXI tienen el acierto de elegir el Camino de Santiago Sanabrés como su vía para visitar la tumba del apóstol Santiago.
Monasterio de Oseira
(Camino Sanabrés por el Monasterio de Oseira)
Fotografía de Woman To Santiago
.