1. Vino caliente, en alemán Glühwein
Probablemente sea la bebida más conocida internacionalmente y como dice el nombre, se trata de vino pero caliente. Aunque a menudo lleva diferentes especias como canela, así como existen otras versiones en las que se cambia el vino por bebidas más fuertes como el ron. En mi caso y por más que lo he intentado, nunca me ha gustado tomarlo. De ahí que si no queda otra, me pida la versión sin alcohol para niños (en alemán Kinderpunschque) que sabe básicamente a té de frutas. Algo interesante es que lo sirven en unas tazas monísimas y personalizadas según la ciudad alemana donde estés. Siempre las tienes que pagar aparte y luego tú decides si quieres quedarte con ellas de recuerdo, o llevarlas de vuelta y que te devuelvan lo que cuestan.
2. Bocadillo de salchicha, en alemán Bratwurst im Brötchen
Este es otro de los clásicos alemanes que junto con el vino caliente, os recomiendo probar. En los mercadillos, abundan las parrillas de salchichas que asan al fuego y sirven en bollos de pan calentitos. Lo más curioso es que la salchicha sobresale un montón a ambos lados del pan, lo que al principio me parecía de lo más raro. Acompáñalo con mostaza (senf, en alemán) que normalmente puedes echar tú mism@ en unos dispensadores que por allí hay.
3. Bolas de cuajada fritas, en alemán Quarkbällchen
Esto si que me gusta un poco más, aunque ya os adelanto que están fritas en aceite y llenan una barbaridad. A mí me saben a donuts y os aseguro que aunque de primeras esta mezcla os suene un poco sospechosa, os van a encantar. Suelen venderlas en paquetes, lo que es muy práctico si las quieres compartir y de paso, no llenarte demasiado antes de seguir probando otras especialidades.
4. Bolas de mazapán, en alemán Marzipankartoffel
Ya os digo yo, que para localizarlas no tendréis que echarle mucha imaginación. Tal cual dice el nombre es mazapán pero en forma de bola. Su sabor para nada tiene que ver, con lo que los españoles estamos acostumbrados. A mí no me entusiasman demasiado pero para saber si a vosotr@s os gustan, tendréis que probarlas. También las encontraréis en las estanterías de cada supermercado. En este caso se cumple esa regla de que cuanto más caras, más ricas. Os recomiendo probar las de la marca Niederegger Lübeck, porque en mi opinión son las mejores y tienen una larga tradición.
5. Galletas Spekulatius, en alemán Spekulatius Kekse
Se trata de las galletas alemanas más famosas en esta época. Aunque no lo creáis, es en septiembre cuando ya empiezan a venderlas. Las reconoceréis porque suelen ser muy finas y tienen forma como de hombrecillos o molinos de viento. Suelen ser de mantequilla, pero también las hay de chocolate o especiadas. Es muy fácil encontrarlas por cualquier tienda y me parece una idea de souvenir perfecta.
6. Manzanas caramelizadas, en alemán Kandierte Äpfel
Estoy segura de que cada un@ de vosotr@s ya las ha probado alguna vez, porque son mundialmente famosas y abundan en cualquier feria sin importar el país donde estéis. En Alemania las suelen caramelizar a base de azúcar, agua e incluso luego las cubren de chocolate. Y claro, les insertan un palo para que comerlas sea mucho más fácil. Pero no solo hacen esto con manzanas, sino con un montón de frutas diferentes e incluso plátanos.
7. Bombones de nata, en alemán Schokoküsse o Schaumküsse
Aunque os recuerden a los morenitos, nada tienen que ver. La capa de chocolate es muy fina y están rellenos de merengue. Los hay cubiertos de diferentes tipos de chocolate y también rellenos de frutas como frambuesa o naranja e incluso de licor. Se venden en lotes a partir de seis, y los puedes elegir surtidos. No saben mal, pero tampoco tan bien como aparentan. De ahí que yo me llevara una decepción tremenda.
8. La torta de árbol, en alemán Baumkuchen
Se trata de un dulce muy típico alemán en forma de cilindro y hueco por dentro. Aquí en Berlín hay una larga tradición y las encontraréis para vender en muchos puestos de los mercadillos. Son una especie de pan dulce y esponjoso que a menudo está bañado en chocolate. Si os interesa el tema, podéis visitar la cafetería berlinesa Konditorei Buchwald (Bartningallee 29). Se trata de una confitería con larga tradición en su producción y en la que te va a dar la constante sensación de que estás en el salón de la casa de tu abuela.
9. Almendras garrapiñadas, en alemán Gebrannte Mandeln
¡De lo más favorito entre los alemanes! Y lo entiendo porque es díficil resistirse al olor que te llega cuando las caramelizan, nada más pones un pie cerca. Aquí también les suelen añadir vainilla o canela y te las sirven en un cucurucho de papel. Y no solo encontrarás almendras, sino todo tipo de frutos secos como cacahuetes o avellanas.
10. Crêpes al estilo alemán
Creo que hay pocas cosas que triunfen tanto entre los alemanes como los crêpes. Los clásicos llevan azúcar y canela, pero también los hay con compota de manzana o mermelada. Los más míticos son esos tan ricos rellenos de nutella. Te aseguro que los encontrarás en cualquier mercadillo al que vayas y también, que fijo que te tocará hacer una buena cola.
Pero no os vayáis a creer porque todo esto que os cuento, solo son algunos ejemplos de lo que os podréis encontrar en un mercadillo de Navidad alemán. Más o menos he hecho mi selección, basándome en lo que mis familiares y amigos alemanes comen más. Ya me contaréis si alguna vez habéis visitado un mercadillo alemán. Y sí es así, me encantaría saber qué habéis probado y qué fue lo que más o menos os ha gustado. Y para l@s más alemanizad@s, ¿creéis que se me ha olvidado algo?
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