Nacido en 1856 e el pueblo de Smiljan en lo que hoy es Croacia, pero por entonces era el Imperio Austro-Húngaro, Nikola Tesla era hijo de un sacerdote ortodoxo y una madre analfabeta pero que gozaba de una memoria elogiosa. Creció dentro de los preceptos de su etnia, los serbios, y con la fuerte presión paterna de convertirse al sacerdocio, pero Nikola Tesla desde muy pequeño sabía que quería ser ingeniero.
Cuentan las historias sobre su infancia, que Nikola vivía cerca de unas cataratas en su pueblo natal. Desde pequeño le decía a su padre que algún día lograría sacar energía de esa majestuosidad de la naturaleza. Su madre, sabía recitar de memoria numerosos pasajes bíblicos, y además era muy ingeniosa a la hora de crear artefactos para la cocina.
Mientras cursaba la escuela primaria, Nikola demostró tener una habilidad innata para las matemáticas, los cálculos y el pensamiento abstracto. Fue en esta época que cayó enfermo de cólera y casi muere, pero sobrevivió y le hizo prometer a su padre que si salía con vida de esa epidemia, lo dejaría ser ingeniero.
Corría el año 1875 y Nikola Tesla ingresó al Instituto Politécnico de la ciudad de Graz, en Austria, y empezó a interesarse por la electricidad, a tal punto que se convirtió en ingeniero eléctrico. Su primer invento, un teléfono repetidor que funcionaba como un auricular moderno. En 1882 realiza el descubrimiento de los campos magnéticos rotatorios, fue durante un paseo por el parque donde comenzó a pensar esta teoría. Guiado por esa idea, inventó el motor de inducción y entró a trabajar en la empresa de Thomas Alva Edison, el hombre más importante del mundo de la electricidad en aquella época.
Su experiencia de trabajo no fue satisfactoria. Cuando llegó a la empresa, Edison le ofreció 50.000 dólares si lograba mejorar los sistemas del equipamiento eléctrico, que funcionaban en base al método de corriente continua. Por supuesto que Tesla cumplió con lo prometido, y mientras tanto trabajaba en sus propios modelos de generación y transmisión de corriente alterna. Cuando se los propuso a Edison, no los aceptó. Cumplida su labor, Edison se negó a pagarle y Tesla no volvió a trabajar con él.
Su motor de inducción de corriente alterna le hizo ganar el interés de otras compañías, y con ese financiamiento hizo otros descubrimientos, como los rayos X y los tubos de vacío. Años después también inventaría la bobina y sería responsable de la primera comunicación de radio en Filadelfia.
Incomprendido y con mala reputación a causa de Edison, que lo defenestró en todo lugar que fue posible, Nikola Tesla terminó muriendo con un reconocimiento mucho menor que el verdaderamente merecido. Sin embargo, desde CuriosidadesCuriosas le damos el valor que se merece por sus grandes aportes al desarrollo tecnológico de la humanidad.