Por ello, ahora que veo aún los toros desde la barrera con 38 añazos, he decidido recopilar todo lo que he hecho y recomiendo, y todo lo que me queda por hacer tras cumplir treinta y pendiente de hacer lo propio con los cuarenta.
#1 Recorrer la Ruta 66
Y si es en moto mucho mejor, aunque no le haría ascos a hacerlo en uno de esos míticos Ford Thunderbird descapotables o en el ídem referente de Chevrolet (antes de que comprara la Daewoo), el Corvette.
#2 Dormir en el mejor cinco estrellas de la ciudad
Cuando tienes 20 la máxima es dormir barato donde sea, y cuando cumples los 40 como se haya sumado a la ecuación mujer e hijos… poco barata te iba a salir la broma. Por ello antes de los 40 es el momento perfecto para darte ese capricho que es alojarte en el Gran Hotel Pupp en la República Checa o en el Eurostars de Andorra que no te pudiste permitir la última vez que pasaste por allí.
#3 Cenar en un restaurante escandalosamente caro
Maxims en París, The Savoy en Londres… al igual que ocurría con los hoteles, existen restaurantes de renombrón a los que ni te acercas pensando en lo astronómico de sus cuentas. Pero al fin y al cabo, lo que estas pagando no es tanto la exquisitez de sus platos (que ya lo pueden estar con tantos ceros a la derecha) sino la experiencia.
Por ello, aunque nos pueda parecer algo excesivo (y lo es), estos “caprichos” de pre-cuarentón no lo son en absoluto: ahora que estamos encauzados con una hipoteca, con gastos fijos mes a mes, es hora de darnos cuenta que gran parte del dinero es un mero instrumento, no una necesidad, y qué mejor que reflexionarlo ante un buen plato con buen foie-gras francés.
#4 Plantear planes de inversión a largo, medio y corto plazo
Vale, aquí estoy introduciendo algo de publicidad puesto que es a lo que me dedico pero creedme que es bien cierto. Ahora es el momento de invertir de algún modo: ya sea de forma más activa, entrando en el mercado de valores o participando de una cartera de inversión, o de forma “menos comprometida”, en un activo a futuros o incluso si te seduce la idea en los bitcoins ahora que dicen que es el momento adecuado (yo no lo creo, pero eso daría para todo un artículo…)
#5 Emprender, o no
El emprendimiento es algo que, o está sobrevalorado (hay cierta burbuja sobre el emprendimiento) o no se entiende como se debería entender. Una persona emprendedora no lo hace por “asegurarse un puesto en el mercado laboral”, ni simplemente “dedicarse a lo que le gusta”. Si ese es el sentido, está destinada a fracasar.
El emprendimiento no es ni una salida cuando no ves la salida ni un hobby: es simplemente rentabilizar tus conocimientos y optar por hacer lo que te interesa, no lo que te marque ni el mercado laboral ni tus gustos (entonces yo sería ahora mismo un Jairo Quintana, Oscar Pujol o cualquier otro crac del ciclismo). Ahora que se acercan los 40 por tanto es el momento de, si no estamos en el camino adecuado, si no nos llena a lo que nos dedicamos, dar marcha atrás y cambiar de rumbo “con cabeza”, con la madurez que te permite la trayectoria que llevas hasta ahora y que te impedirá emprender con una alocada idea o quedarte en tu puesto de trabajo en la empresa privada porque “no se está tan mal”.
5 prácticas recomendadas pero que podrían haber sido 50. De lo que se trata es que no nos limiten los dígitos y, ahora que estamos en la mitad del camino y tenemos mucho visto aunque aún nos quede mucho por ver, solo pensemos en la mejor forma de disfrutarlo sin llegar a la meta exhaustos. Al fin y al cabo, llegamos al mundo sin nada y nos vamos de él de igual forma: sin nada.
Soy Francesc Robert Ribes: economista, entregado a seguir aprendiendo y enamorado de los pedales y las nuevas emociones. En este blog podrás conocerme y descubrir que hay vida más allá de los treinta. ¡Bienvenidos!