Uno de esos momentos en el que toda información que caiga en nuestras manos bienvenida sea es el momento en el que decidimos matricularnos en una carrera universitaria. Los dilemas que personalmente tuve al respecto fueron infinitos… ¿me dejo guiar por lo que me recomienden o por lo que me apetezca?, ¿carreras con salidas profesionales o plenamente vocacionales?
Como insisto, esto va de mi propia experiencia, me centraré en el caso de la carrera de económicas: una carrera que vira entre el potencial de las carreras empresariales y la pasión que despiertan los números y el ecosistema financiero.
¿Qué hacer con una carrera de económicas?
Entrar en el mercado laboral por la puerta grande
Empezar por la tasa de empleabilidad rompe con el discurso de “debemos hacer lo que nos guste y no lo que nos marque el mercado”, pero precisamente la carrera de económicas tiene su base en el mercado, por lo que resulta “vocacional” atender a este dato.
¿Y qué nos dice la estadística? Que los licenciados en económicas tienen una tasa de empleo que ronda el 66% de media en España. Si nos centramos en mis Islas Baleares, la tasa aumenta hasta un espectacular 82%.
Salidas polivalentes
¿Estudias económicas pero la estadística te da pereza? Siempre puedes encontrar un nicho en el que desarrollar la temática que te interese como el marketing, planificación, compras y ventas…
En mi caso concreto, aunque a día de hoy no es algo que me eche hacia atrás, cuando salí de la carrera el tema auditoría y finanzas del sector privado me daba mucha pereza, por lo que me especialicé en carteras de inversión y pude desarrollarme sin problemas como autónomo casi sin proponérmelo. No tengas prisa por encontrar tu espacio y no dudes que te habituarás a él.
Gran proyección internacional
Un buen economista es un perfil muy demandado tanto por el sector privado como el público. Si te relacionas y formas adecuadamente puedes encontrar la posibilidad de asomarte gracias a becas y ayudas en organismos gubernamentales y no gubernamentales, así como en otros espacios más ambiciosos (pero al alcance) como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Ya os he indicado que en mi caso particular no fue así, pero sí que compañeros de mi promoción comenzaron su andadura profesional gracias a una beca en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, y aunque no permanecen a día de hoy allí, sí que les supuso un magnífico trampolín para sus carreras laborales y ahora disfrutan de una posición privilegiada en el sector público.
Soy Francesc Robert Ribes: economista, entregado a seguir aprendiendo y enamorado de los pedales y las nuevas emociones. En este blog podrás conocerme y descubrir que hay vida más allá de los treinta. ¡Bienvenidos!