Es por ello, por lo que tanto para que me sea útil a mí, como para quienes buscan escapar de la rutina sin acabar en un tópico de chiringuito de playa, me gustaría mostrar las propuestas de lugares para pasar las vacaciones que no están masificados y que merecen toda nuestra atención.
Los lugares vacacionales “atípicos” de Francesc Robert
Irlanda
No pretendo descubriros un país que con solo nombrarlo, nos inspira un verdor inigualable, pero sí que es cierto que pese a su fama, a la hora de elegir destino queda algo en desventaja frente a otras opciones similares como Escocia o el sur de Inglaterra.
Irlanda lo tiene todo para apasionar: desde una capital dinámica y siempre alegre como es Dublín, hasta unos acantilados y verdes prados que invitan a ser recorridos en bicicleta o como mejor nos apetezca.
Por supuesto Dublín es un obligado, pero no nos quedemos solo con la capital como el must imprescindible de este bello rincón europeo: la cercana Drogheda y su encanto céltico, la universitaria Cork, la pueblerina en el buen sentido de la palabra Limerick y, por último la tradicional Galway también merecen recorrido.
Cardiff
Ya lo anuncié como una de las alternativas propias de Irlanda, pero por ello no debemos descartarla. Frente a la magnificencia de Londres y su área metropolitana, Cardiff tiene todo el encanto de una campiña inglesa pero dentro de una urbe en ebullición.
Su puerto, sus barrios residenciales y la cercanía con otras ciudades portuarias y universitarias como Bristol la convierten en un imán de lo “typical english” sin sufrir lo peor de lo “typical english”.
Para que el viaje sea completo, no nos debemos olvidar de visitar una tradicional playa británica como Barry Island: con sus casetillas, su combinación de ingleses con ropa invernal y quienes se aventuran a tomar el sol… Así como pueblos portuarios elegantes como Portishead, que es mucho más que el nombre de un excelente grupo de Trip Hop.
Tréveris
De pueblos con encanto británicos a pueblos con encanto alemanes. De igual forma que huíamos en las dos propuestas anteriores de los aires diplomáticos y los excesos de la metrópoli, en Alemania podemos practicar el mismo ejercicio sumergiéndonos a kilómetros de Berlín y su excesivamente promocionado estilo underground para introducirnos en la Alemania más rural.
Tréveris es un gran ejemplo de ello: dinámica pero sin perder ni un ápice de su legado y de su tradición, aquí los biergartens se degustan sin la prisa de que el siguiente grupo de guiris ocupe tu bancada, y con maravillas como la Porta Nigra u otros importantes monumentos romanos esperándonos para sacar lustre a nuestro Instagram.
Si nos sabe a poco, a apenas 30 minutos nos encontraremos en Luxemburgo y su alpina capital, así como en el mismo periodo de tiempo siguiendo el curso del Mosela, en la ribera del Rin y sus encantadores municipios como Coblenza, Bingen o Mainz.
Soy Francesc Robert Ribes: economista, entregado a seguir aprendiendo y enamorado de los pedales y las nuevas emociones. En este blog podrás conocerme y descubrir que hay vida más allá de los treinta. ¡Bienvenidos!