Como hemos escuchado o leído en muchas ocasiones, para evitar el estrés, lo mejor es practicar una técnica de relajación que impida que las tensiones nerviosas se acumulen en el cuerpo y la mente.
En este artículo, conocerás un método sumamente sencillo que te describirá qué debes hacer paso a paso.
Se trata, en primer lugar, de relajar tus músculos mediante la práctica continuada de la contracción y la distensión de los mismos. Luego, una vez que el cuerpo esté relajado, habrá llegado el momento de encontrar paz mental, por medio de una visualización. Se trata de encerrar las situaciones de estrés vividas dentro de una caja imaginaria.
Preparación y concientización
Para lograr una verdadera relajación es importante que aprendas cómo hacerlo de forma correcta. Cada paso es necesario en la totalidad del ejercicio y deberás hacerlo con el mayor esmero y dedicación posibles. Para comenzar, busca un asiento con respaldo (silla o sillón) donde puedas sentarte cómodamente. Ubícate en una postura confortable, apoya la espalda por completo en el respaldo y mantiene la cabeza erguida, pero sin estar en tensión.
Luego, coloca las manos sobre las piernas, sin cruzarlas, con las palmas abiertas hacia abajo y apoyadas sobre los muslos de forma relajada.
Con tu cuerpo listo, podrás comenzar a tensar y a relajar, alternativamente, algunos grupos musculares. Esto derivará en una correcta y completa relajación física general.
Relajar el cuerpo
Comienza el ejercicio por tus manos. Aprieta la derecha con fuerza, contrayéndola y luego, suéltala de golpe, abriéndola. Hace lo mismo con la mano izquierda. A continuación, contrae con fuerza los músculos de las dos piernas al mismo tiempo, apoyándote en tus pies, pero sin pararte. Ve disminuyendo la intensidad de la presión de a poco hasta relajarlas totalmente.
Ahora hace lo mismo con tu frente. Arrúgala (contracción) y estírala (distensión) con fuerza. Repite cinco veces seguidas, puedes comenzar contrayendo 5 segundos, luego 10 e ir aumentando hasta llegar a un minuto. Acto seguido, cierra y abre cinco veces los ojos, apretándolos fuertemente y, finalmente, hace lo mismo con el área de la boca. Termina con la zona de la coronilla, en la cabeza.
Encontrar la paz mental
Una vez que todas estas zonas musculares estén relajadas, afloja el cuello, moviendo la cabeza de un lado a otro, siempre suavemente, no realices movimientos bruscos. Cierra los ojos mientras lo haces. Ahora, ha llegado el momento de la relajación mental.
Fija tu atención en la idea de guardar en una caja con tapa todas las tensiones diarias, las preocupaciones familiares y laborales, los problemas de salud, etc. que padeces. En fin, se trata de encerrar en esa caja todo lo que perturba tu paz. hay que guardar todo eso que te altera, por lo menos, momentáneamente, hasta que puedas ir resolviéndolo poco a poco.
Terminado el ejercicio, recuerda: no te dejes llevar por la ansiedad o la angustia, nada será solucionado con ellas. Hoy te toca disfrutar de la relajación física y de la paz mental.