Reseña: Las tribus nurus y okekes atraviesan un conflicto que desemboca en una escalada de violencia constante. Claramente los okeke tienen las de perder, y son asesinados, vejados y torturados por los nuru. Las mujeres, como la madre de Onyesonwu, son frecuentemente violadas con esperanza de dejarlas embarazadas, siendo así repudiadas tanto ellas como sus hijos, a los que se denomina Ewu: tan distintas son las pieles de ambas razas que un hijo Ewu se distingue claramente, siendo despreciados por ambas tribus.
Así empieza Quien teme a la muerte, con Onyesonwu y su madre asentadas en Jwahir tras haber vagado por el desierto, alejándose de las zonas más conflictivas. Tienen la suerte de conocer al herrero del pueblo, un hombre que se convertirá en padre y compañero de la familia y gracias al cual la situación de Onyesonwu mejora en el plano social, llegando a hacer amigos que serán mucho más importantes de que ella puede llegar a esperar.
Hasta este momento os podría estar hablando de una novela puramente intimista con una fuerte crítica social, pero vamos a añadir varios ingredientes más a esta coctelera.
Primero, el cuándo: la novela está ubicada en África pero es el tiempo lo que no acaba de quedar claro; por momentos parece el presente, por otros el pasado pero a medida que la historia va soltando pequeñas pistas podemos acabar asumiendo que se trata de un futuro post-apocalíptico sin determinar.
Segundo, los poderes de Onyesonwu. Porque pronto descubrimos que la niña es poseedora de ciertas habilidades que no voy a detallar por no hacer spoiler, pero sí que os diré que la portada de la edición de Crononauta contiene diversos guiños que serán importantes en la trama. ¡Seguro que le echaréis más de un vistazo!
Si en la primera parte de la novela conoceremos la infancia de Onyesonwu y a los personajes principales de esta historia, a partir de la segunda parte es cuando entramos en harina en temas de hechicería, lo que nos llevará a conocer el destino de nuestra protagonista y a viajar con ella hacia el final de la historia.
No os voy a engañar: Esta historia no tiene nada que ver con Binti. Particularmente, encuentro que Quien teme a la muerte es mucho mejor: estamos ante una novela adulta, fascinante y extraña en su desarrollo. Violenta, llena de dolor y de pequeños gestos que valoraremos como ese vaso de agua en el desierto. Sentiremos la rabia de Onyesonwu como si fuera la nuestra y no podremos evitar pensar en la situación actual de ciertos temas que se tratan en la historia, como por ejemplo la ablación.
Destacar la traducción de Carla Bataller, ya no solo por su acostumbrada calidad; enfrentarse a los temas que trata esta historia (maldito capítulo…3, si no me equivoco) debe haber sido un trago difícil de pasar. Enhorabuena.
En resumen: Llevo varios días con esta reseña a medias. Que si quito, que si añado, que si me la vuelvo a leer. Y siempre tengo la sensación de que me ha quedado incompleta. Os recomiendo echarles un vistazo a las reseñas que han publicado mis compañeros en A Libreria, o en Sagacomic. Seguro que entre todos os convencemos de que leáis esta estupenda novela. Puntuación: 4/5.
Consíguela en la web de Editorial Crononauta.