Esta es una semana dedicada a quienes tienen objeciones. Sí. A quienes no ven por qué habrían de tener un blog o a quienes no dudan de su funcionalidad para aumentar la visibilidad de su emprendimiento pero...no saben cómo escribirlo, aún no encontraron el impulso decisiva para poner en marcha su espacio virtual y mucho menos disfrutan de la idea de planificar post, pensar en la densidad de palabras clave, los títulos persuasivos y toda la parafernalia asociada a un blog profesional.
Claramente, este no es un problema de hedonistas. La hedonista escribe porque lo siente como un placer y una necesidad de comunicación. Le tiene sin cuidado aumentar exponencialmente el tráfico de su página porque lo que verdaderamente disfruta es crear, escribir y compartir. Como todas, quiere visitas y comentarios -lo único que evidencia que no estamos solas en la blogosfera- pero cuando logra una pequeña comunidad de lectoras fieles y afines a su pasión, vive feliz y contenta con su blog.
Sin embargo, no es tu caso. Vos querés un blog profesional, Corrijo: necesitás un blog profesional. Es parte de tu estrategia de marketing de contenidos y dejame confirmarte que una de las buenas. ¿Te cuento por qué lo sé? Como todo lo que escribo, gracias a la experiencia.
Crisis de contenidos.
En el correr de este año, por diferentes circunstancias personales. cerré el blog de mi emprendimiento. No me estaba sintiendo bien físicamente, estaba de re-planteos vitales, intuía una revolución emocional...en consecuencia, todo lo que me rodeaba se resintió.
El diseño de mi blog de emprendimiento nunca me gustó demasiado, tuve una crisis de contenidos -sí: yo también las tengo- porque el sector está saturado de ideas demasiado similares y preferí cerrarlo que mantenerlo abierto e inactivo. ¿Sabés qué pasó? Perdí visibilidad rápidamente. Y no me refiero a visitas diarias y porcentaje de rebote. Me refiero concretamente a la cantidad de presupuestos solicitados por potenciales clientes. Fue un descenso del 50% . No fue una pérdida total porque otros canales como Facebook y cierta promoción gratuita en páginas de promoción colectiva siguió vigente, aún cuando no hice nada por mantenerla.La ruta del cliente.
No fue difícil entender que gran parte de las personas que se interesan por el tipo de servicio que ofrezco siguen una ruta de contratación específica:
1- Llegan al blog por una búsqueda orgánica.
2- Revisan la categoría "nuestro trabajo".
3- Leen algunas entradas,
4- Adquieren cierta confianza en la "realidad" y fiabilidad del proyecto (porque en mi país al menos, la mayoría de las personas desconfían bastante de todo producto o servicio ofrecido por internet)
5- Algo menos sugestionadas por el temor al fraude virtual, utilizaban el botón de "solicitar presupuesto". Y de allí en más, depende en gran parte de mí conseguir que se concrete la venta.
Por otra parte, ya había tenido oportunidad de notar tres aspectos importantes:
- Clientes que se encuentran conmigo en diferentes sitios -un salón, una tienda, en un lugar público- me reconocieron antes que yo a ellas, por la foto del blog.
- Que tenían información previa del estilo de nuestro trabajo. Sin ir más allá, la primera oportunidad de trabajo que se nos presentó por allá en 2010, fue una uruguaya que estaba viviendo en Estados Unidos, que había descubierto el blog y quería que participáramos en la ambientación de su casamiento a realizarse en Uruguay.
- En ocasiones, había cierto "clima de confianza" inspirado por mi forma de escribir en el blog.
Argumentos para re-abrir el blog, tengo de sobra: la visibilidad, la generación de confianza entre potenciales clientes y la multiplicación de las interesadas en nuestros servicios (un 100% mujeres entre 25 y 45 años) Si sos emprendedora, seguramente comprenderás que los tres factores anteriores son argumentos más que concluyentes.
Pero...la crisis de contenidos persistía. Si yo, que soy una apasionada de las letras y disfruto de escribir llegué a tal cuestionamiento en mi plan de contenidos, no quiero ni imaginarme lo que experimenta alguien que sufre de solo pensar en organizar un calendario editorial y redactar textos coherentes y persuasivos.Los planes futuros.
Más recuperada de salud, con un panorama definido de lo que quiero para el 2016 y un propósito más que claro (si estás paralizada en esta etapa, te sugiero conocer Intensional), lo que hice fue sentarme a planificar el regreso de "Ciruela", que hace su re-aparición en breve. Frente a la adversidad inherente a todo proyecto que vuelve a tomar impulso, me decidí por el camino más simple. Aunque tengo el dominio ocupado y todavía sufro contratiempos de diseño (entre ellos que Maira Gall esté ocupada hasta el 2048 aproximadamente) voy a aplicar la máxima que debería tener de fondo de pantalla: Mejor hecho que perfecto. Y creéme, para una perfeccionista, asumir esto es todo un indicador de superación personal.
Si te cuento esto es porque comprendo la importancia de un blog en la consolidación de un emprendimiento personal. Porque si bien tengo una página web en funcionamiento, no llega a ella nadie a menos que lo envíe directamente. Y por lo general no envío a nadie directamente porque este espacio no dice nada de mi servicio. No es que sea minimalista: no tiene gracia alguna y mucho menos identidad propia. Lo escribo y más me convenzo: cuanto antes vuelva a escribir en el blog, antes puedo retomar proyectar el rumbo de mi negocio.
Y...¿si no sé cómo escribir un blog?
Voy a suponer por un segundo que ésta es tu mayor preocupación. Que te abruma la sola idea de asumir un compromiso semanal de publicación en un blog en tu, ya de por sí, complicada agenda de tareas rutinarias. O que no tenés la más mínima idea de cuál tiene que ser el tono, la extensión de los post, cuándo publicar y en dónde promocionar. De pronto ya tenés un blog pero estás en el proceso de profesionalización y descubriste que una cosa era bloguear por placer y otra muy distinta esto de tener aspiraciones y un propósito profesional. Entonces tenés solo dos opciones:
- Contratar un profesional.
- Aprender a hacerlo vos misma.
Contratar un redactor profesional es una posibilidad válida. Existen páginas de contratación de freelancers (Nubelo, por ejemplo) que luego de leer tu propuesta y enviarte una oferta, se comprometen a escribir en determinado lapso de tiempo, los post para que cumplas con tu calendario de publicaciones.
Personalmente, prefiero la segunda opción. Que aprendas a hacerlo vos misma. Quiero que se entienda bien: esto no es un alegato al DIY por que sí. En ocasiones es más que necesario contratar un profesional. Especialmente para el diseño de marca, tanto en la estética visual como en la textualidad que rodea a tu proyecto. Pero esto es para quienes disponen de los medios para tales contrataciones (no es gastar, es invertir) pero no disponen del tiempo para aprender por ellas mismas. Más medios, mejores profesionales.
Quiero que consideres lo siguiente: un blog es tu forma directa de contacto con una lectora que puede interesarse por tu trabajo. ¿No vale la pena esforzarse por darle tu sello personal al blog? Si no podés contratar un profesional, podrías dedicarle una hora, todos los días a armar tu plan de contenidos, hacer un ejercicio de escritura y programar tus post.
Claro que podés. Es una hora menos de televisión. 60 minutos en ese limbo hogareño previo a irse a dormir. La hora del almuerzo en la oficina (yo no trabajaba precisamente en una oficina pero tengo claro el valor de estos minutos...). No te voy a mentir: necesitarías algo de silencio porque escribir requiere de cierta tranquilidad y si te están reclamando el informe o el pijama...complicado. Sin embargo, vale la pena. ¿Te animás a intentarlo?Si no tenés interés. Acá terminó el post para vos.
Me imagino. Querés saber cómo y ya te imaginás que no es gratis. Bueno, este blog quiere transformarse en un espacio de referencia en ese sentido. De ahí el nuevo subtítulo: Storytelling para blogueras intensas. Así que si querés puedo hacerte llegar todas las novedades relativas a este tema y, a partir de diciembre, ejercicios solo para suscriptoras. Y sí, todo esto es gratis y únicamente con tu mail. Genial ¿no?
Ahora...si querés empezar el 2016 con tu proyecto definido, tu plan de contenidos armado y una clara visión de cómo desarrollar tu estilo personal de escritura, tengo un programa que puede interesarte. No. Este no es gratis porque quiero dedicarle todo mi tiempo a enseñarle a mujeres creativas a disfrutar de la escritura de su blog. Aportar mi experiencia personal, mi conocimiento académico (uno sin el otro, hace poco...) y mi propósito de creer, crear y servir. En el caso de que quieras recibir información, no tenés más que completar el siguiente formulario
Sin compromiso alguno y para que vayamos formando el grupo de interesadas. Mientras tanto y antes de despedirte, podrías contarme en los comentarios qué es lo que más te cuesta de escribir un blog. Soy toda oídos...