Norma Alasia
Nuestras elecciones no son casuales y haber elegido a Jirō Akagawa tiene que ver con el amor que siente mi hija hacia los manga y por mis sinceros respetos hacia sir Arthur Conan Doyle. Paso a explicar: en casa vivimos la cultura manga-anime como si estuviéramos en Japón porque Flor dedica la mayor parte de su vida a realizar mangas (texto e ilustraciones); piensa en un tema para sus historias, las desarrolla, imagina cómo son los personajes principales y los dibuja (rasgos faciales, color de ojos, de cabello, corte de pelo, manera de vestirse) y nos cuenta a Martín y a mí todo lo que se le va ocurriendo, incluso los cambios que realiza sobre la marcha. Además, invierte sus ahorros comprando mangas y mientras almorzamos siempre vemos algún anime; leyendo la biografía de Akagawa lo primero que encontré es que en sus comienzos se sintió influenciado por Osamu Tezuka, considerado padre del manga. Primera “coincidencia” acerca de mi elección.
Por otra parte, se encuentra Sherlock Holmes, figura que impactó a Jirō Akagawa desde muy joven. Cada vez que vamos a Londres pasamos por la “221B Baker Street” y una vez hasta visitamos el Museo “Sherlock Holmes”. Es extraño y gracioso saber que uno está en un museo que podríamos llamar inventado, de alguien que jamás existió. Pero la vida y la literatura son pura magia, sino, miren ustedes lo que le pasó a sir Conan Doyle con su personaje más famoso. Este año simplemente pasamos por la puerta, Flor compró un libro en una librería vecina, comimos a pocos metros del Museo, sobre Baker Street, y paseamos por Regent’s Park, todo esto antes de ir al Madame Tussauds y pasar delante de la estatua del famoso detective.
En fin, estos son los dos puntos en común que tengo con el autor de La gata Holmes y que pienso que me llevaron a elegirlo; pero ahora vayamos a lo nuestro: éste es el primer libro de una serie de treinta y cinco novelas, algunas historias y antologías que Akagawa publicó acerca de esta gata calicó (una mascota igual a la suya) llamada Holmes, quien es increíblemente inteligente al punto de convertirse en la mano derecha del detective Katayama, también conocido como “princesita” entre sus pares. A este peculiar personaje se lo describe como un joven larguirucho y desgarbado, ojos y nariz redondeados, piernas muy largas y con un modo de andar que recuerda a una jirafa; además, le impresiona ver sangre. Es hijo de un famoso detective conocido como “Detective Demonio” por su habilidad para resolver crímenes, fallecido hace varios años, pero lo que en realidad llevó a Katayama a seguir los pasos de su padre fue el último deseo de su madre de que se convirtiera en un “oficial de detective magnífico”, si bien ambos eran conscientes de las pocas dotes que el joven posee para esto.
Por otra parte, nos encontramos con un grupo de estudiantes de la “Universidad Femenina Hagoromo” que se prostituyen para ganar algo de dinero, una de las cuales –Yukiko Yoshidzuka– entabla amistad con él y se convierte en un personaje a tener en consideración a lo largo de la historia.
Otros de los personajes con quienes nos vamos a encontrar son: el Superintendente Shigeru Mitamura, viejo amigo de su padre, hombre de mediana edad, buen jefe pero algo irritable.
Tomō Morisaki, Decano del departamento de Literatura de la Universidad y viejo compañero de estudios de Mitamura.
Harumi, joven de unos veintiún años, hermana de Katayama, tierna y de carácter alegre, viven juntos y son muy unidos.
Tía Mitsue Kojima, cuya obsesión es ver casado a su sobrino.
Y por último: la gata Holmes, a quien su primer dueño define como “una compañera de conversación excelente”. Se convierte en ayudante y amiga del detective y de su hermana por decisión propia.
La historia comienza con el cruel asesinato de una de las chicas de la Universidad; acto seguido, el Superintendente Mitamura decide encargarle la investigación del mismo a Katayama, quien no se encuentra demasiado entusiasmado con la tarea que le asignaron. Pero a medida que se interioriza acerca de lo que sucede en el campus de la Universidad y va conociendo a algunos de sus integrantes, su interés por este caso crece junto a su vida interior y al modo de relacionarse con los demás.
Se trata de un libro para recomendar a los amigos, entretenido, donde nos encontramos con un muy buen sentido del humor al mejor estilo nipón y con giros inesperados a lo largo de la historia que atrapan al lector desde la primera a la última página.
Demás está decir que de la mano de Jirō Akagawa y de La gata Holmes, algunos días de este caluroso y largo verano me resultaron más llevaderos.
Y por último, veamos unos datos biográficos de Jirō Akagawa: nació en Fukuoka, Japón, en 1948. Su debut en el mundo de la literatura fue en 1975 con la obra “El tren fantasma”, con la cual recibió el galardón All Yomimono al autor novel de novelas de misterio. Las deducciones de Holmes, la gata calicó, llegaría en 1978 para convertirse en su bestseller; a partir de aquí, Akagawa es conocido como un escritor muy prolífero, durante sus más de treinta años de trayectoria lleva publicadas más de cuatrocientas ochenta novelas. También trabajó en la adaptación de muchas de sus obras al cine, al mundo de los videojuegos y a la televisión en formato de serie televisiva que, con el correr de los años, aparecieron en diversas cadenas de televisión niponas.