Contenido:
Quetzalcoatlus
Giganotosaurus
Titanosaurus
Plesiosaurio
Spinosaurus
Triceratops
Quetzalcoatlus
Nombrados así por el dios azteca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Los quetzalcoatlus fueron un género de pterosaurios que vivieron durante el Cretácico Superior. Se trata de un reptil volador de dimensiones gigantescas, equiparable a una jirafa. Tenían un pico alargado y afilado, una cresta en el cráneo y un cuello inusualmente largo. Sin embargo, su forma total es un misterio debido a la escasez de fósiles, pero se especula que podría tener una forma parecida a la de su primo el pteranodón.
Por el registro fósil se especula que el quetzalcoatlus podía medir en torno a 15 y 21 metros de largo y unos 10 metros de envergadura. Se estima que llegó a pesar unos 200 o 250 kilogramos. Lo cual es extremadamente ligero para un animal de 20 metros. Esto puede lograrse gracias a huesos sumamente porosos, como los de las aves actuales. Se trata del ser volador más grande que jamás haya surcado los cielos. Sin duda uno de los dinosaurios más grandes que ha existido nunca.
Giganotosaurus
El Giganotosaurus, también conocido como Giganotosaurio, en su versión hispanizada, son unos de los terópodos más grandes que existen. Con su descubrimiento cambió la concepción de hasta qué tamaño podían alcanzar este tipo de dinosaurios. Vivieron a mediados del Cretácico, en la actual Sudamérica. Morfológicamente similares a los Tiranosaurios Rex, los giganotosaurios podían llegar a medir 13 metros de largo de la cabeza a la cola.
Tenían un cráneo de 1 metro y medio de largo, con largos dientes serrados preparados para cortar y se calcula que podían pesar más de 8 toneladas. Debido a su tamaño seguramente se convirtió en el superpredador de su ecosistema, es decir, que cazaba incluso a otros depredadores. Otra de las especies de dinosaurios más grandes que atemorizaban sólo por su gran envergadura, de ahí que también sea uno de los más peligrosos.
Titanosaurus
El Titanosaurus, el “reptil titánico” en griego, es un clado de saurópodos, a los que también pertenecen los diplodocus y los brontosaurios, que vivieron a lo largo de todo el Cretácico y a lo ancho de todos los continentes de la Tierra. Estos dinosaurios poseían unas cabezas proporcionalmente muy pequeñas en comparación a su gigantesco cuerpo. Poseían un larguísimo cuello que se alargaba en la base y una cola igualmente larga.
La especie de Titanosaurio más grande, el Patagotitan, llegó a pesar unas 77 toneladas y medir unos 37 metros de longitud. Lo que lo convertiría en el animal terrestre más grande de todos los tiempos. Una de las especies más conocidas de este clado es el Argentinosaurio, uno de los saurópodos más grandes jamás encontrados.
Plesiosaurio
Los plesiosaurios son un orden de saurópsidos que aparecieron a finales del periodo Jurásico y perduraron hasta la Gran Extinción del Cretácico-Terciario, que acabó definitivamente con los dinosaurios no aviarios. Tenían un cuerpo muy ancho y una cola extremadamente corta, cuatro grandes aletas que habían evolucionado desde dos pares de patas terrestres. Debido a su larga existencia en el tiempo, podemos encontrar plesiosaurios de gran variedad de tamaños, aunque siempre fueron los depredadores acuáticos más grandes de su tiempo.
Los plesiosaurios del Jurásico medían en torno a dos metros, sin embargo a finales del Cretácico algunas especies de plesiosaurio habían alcanzado hasta los 23 metros de longitud. Como anécdota curiosa: se especula que el mítico monstruo del Lago Ness, Nessie, podría tratarse de un descendiente de los plesiosaurios.
Spinosaurus
El Spinosaurus o Espinosaurio es uno de los dinosaurios más grandes que han existido, y también de los terópodos gigantes jamás encontrados. Vivió a principios del Cretácico en lo que hoy en día es África. Se trataba de un dinosaurio semiacuático, al estilo del cocodrilo moderno. Se cree que el Espinosaurio pudo ser el carnívoro terrestre más grande que ha existido, más grande incluso que el Tiranosaurio Rex y el Giganotosaurio, aunque no poseía la fuerza y la robustez de estos.
Podía medir de 13 a 18 metros y pesaba unas 7 o 9 toneladas. Su nombre proviene de los huesos espinosos que salen de su columna vertebral. Se cree que podrían haber sido parte de un sistema de termorregulación. Poseía un cráneo más estrecho y alargado que el de otros terópodos, esto puede deberse a que no atacaba a animales de gran tamaño, y su dieta podría haberse basado en peces. Además poseía una cola muy alargada que podría haber utilizado a modo de aleta. Se trataba de un dinosaurio a medio camino entre la tierra y el agua y su hábitat eran zonas semiacuáticas, como humedales o ríos.
Triceratops
Para finalizar nuestro top, tenemos que hacer una mención especial a uno de los dinosaurios más representativos que conocemos, el triceratops. Se trata de un dinosaurio cerópsido que vivió a finales del Cretácico. Vivió en los terrenos de caza del Tiranosaurio Rex, en lo que hoy es Norteamérica, por lo que es muy probable que estos dos magníficos animales se enfrentaran entre ellos. Se calcula que llegaron a medir unos 3 metros de altura y hasta 9 metros de largo. Tenían un cuerpo robusto a cuatro patas que terminaban en unos dedos que formaban una especie de pezuña. Por su gran tamaño se calcula que pudo pesar unas 12 toneladas.
Sin duda lo más característico del triceratops es la forma de su cabeza, que pudo ser de 2 metros de largo, con sus tres cuernos. Dos cuernos saliendo de la cabeza, pegados al particular collarín óseo que tanto los caracteriza. Su boca acababa en un pico y poseía molares para pulverizar su alimento, que sin duda alguna consistía en una dieta herbívora. Parece increíble que un herbívoro pueda formar parte de los dinosaurios más grandes que han existido.
Esperamos que te haya gustado este artículo sobre los dinosaurios más grandes que existieron en nuestro mundo. Si quieres conocer más información, o ver más artículos de dinosaurios, ¿Por qué no echas un vistazo a nuestra categoría de dinosaurios?