UP NEXT…AD Calidad Auto360p720p1080p Esta semana en la historia – Emperador Romano asesinado por una fiesta decadente por Connatix
P ERHAPA LA ARTESANÍA MÁS PECULIAR que se ha abierto camino en el Puerto de Los Ángeles fue “Gimik”. El barco de 19 pies de largo y 3.650 libras parecía un fracaso de diseño, algo que había comenzado como un bote salvavidas cerrado antes de que el diseñador perdiera la cabeza. El “Gimik” (nombre en clave) tenía unos extraños tubos que sobresalían de su cubierta de proa y de la popa de un pequeño cubo de plexiglás lo suficientemente grande para la cabeza y los hombros de un hombre. Hecho de madera contrachapada para reducir su firma en el radar, podía funcionar medio sumergido, las cubiertas inundadas con poco más de un pie de su “superestructura” – la cabina cúbica – mostrando sobre el agua. Gimik hacía poco ruido y casi no creaba estela; su motor de gasolina de 16 caballos de fuerza a bordo podía empujarlo a una velocidad máxima de unos 4,5 nudos.
Ahora, en una cálida noche durante el cuarto año de la gran Guerra del Pacífico de América, el agua se deslizó suavemente a lo largo del casco de la nave mientras se abría paso a través del extenso puerto de Los Ángeles. Nadie, ni siquiera un vigía en uno de los muchos barcos junto a los muelles, o una patrulla móvil, o incluso una de las llamadas boyas “chismosas” diseñadas para detectar a un Gimik intruso en su prueba. Esta victoria llevó a su patrón, un oficial del ejército llamado Carl F. Eifler, a afirmar que el barco estaba listo para su misión: transportar secretamente hombres y equipo a las costas enemigas y causar estragos en el Imperio Japonés.
CARL EIFLER FUE uno de los miembros más coloridos y carismáticos de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), la primera agencia central de inteligencia de América, creada en 1942 para satisfacer las necesidades de la guerra. Incluso en una organización que tenía más que su cuota de originales de espadachines, Eifler se destacó.
Se le recuerda típicamente como el primer oficial al mando del Destacamento 101 de la OSS (Det 101) en el Teatro China/Birmania/India (CBI), donde las fuerzas británicas, americanas y chinas lucharon contra el Ejército Imperial Japonés. Pero Eifler también desempeñó un papel principal en otras dos operaciones de alto riesgo, detrás de las líneas enemigas, que los planificadores creían que podían afectar el resultado de la guerra. La primera, una iniciativa para secuestrar a un prominente científico atómico alemán en 1944, no dio frutos. La segunda, el Proyecto Napko, fue un ambicioso plan para establecer redes de agentes en la Corea ocupada en 1945. Información secreta sobre el proyecto de Corea ha salido de las bóvedas en los últimos años, pero los historiadores aún no han reunido toda la información. ¿Fue el producto de la mente febril de Eifler, un movimiento desesperado contra un enemigo implacable, o un riesgo calculado que vale la pena tomar?
Una buena manera de entender a Napko es como una continuación del trabajo de Eifler en la Birmania ocupada por los japoneses, donde su misión era acosar a los invasores…