Cuando los desahucios, los eres, los recortes sociales etc. alcanzaron esas cifras escandalosas, aparecía el trailer de Justi&cia, un nuevo film dirigido por Ignacio Estaregui que prometía ser la vía de escape perfecta a nuestras fantasías justicieras contra cualquier político corrupto.
El trailer prometía buenas dosis de justicia violenta tomada por el pueblo a manos de dos individuos de clase obrera que ejercían protagonistas en dicho avance vestidos con un mono de obrero de los clásicos, azul con rayas blancas en los brazos ajusticiando a los políticos corruptos.
Justino es un ex minero que sobrevivió a un trágico accidente laboral que costó la vida a siete compañeros suyos. Harto de la situación social y económica que vive el país, decide impulsivamente convertirse en un justiciero social.
Justino y Ramón, cada uno, con su motivación personal, emprenden un pintoresco viaje como hicieron Quijote y Sancho en el libro de Miguel de Cervantes. Un viaje que lleva a ambos protagonistas desde León a la Línea rindiendo cuentas a distintos personajes corruptos, entre ellos el alcalde del pueblo.
La idea original del propio director llevada a cabo sobre el papel por dos debutantes guionistas, Enrique León y Borja Monclús, podría haber dado un espectáculo contundente y recio, pero ‘Justi&cia’ es una película que emprende el drama en primera instancia y toma el camino de la comedia, que para más inri, es bastante descafeinado.
Cierto que las secuencias que graban en video, no están mal, pero se quedan en un quiero y no puedo. No me queda claro si fue algo pretendido o simplemente, su director no se atrevió a meter más el dedo en la llaga, no fuese que algún indignado tomase ejemplo del film.
Y tal como es la justicia en nuestro país, cayera parte de la culpa de las acciones de otro sobre el pobre cineasta, cualquiera se arriesga. Solo hay que ver el caso de A Serbian Film y Ángel Sala, director del Festival de Sitges, criminalizado por proyectar un film de transgresiva temática pero siguiendo todos los pasos correctamente (previo aviso al público).
El comediante, poeta, actor y ex-boxeador Hovik Keuchkerian se pone en la piel de Justino, un tío corpulento pero bastante noble. Es la propia situación la que, tras mucho meditar, lleva a Justino a realizar tal viaje.
También impulsado por Ramón, interpretado por el fallecido Álex Angulo (El día de la Bestia) en un personaje más bonachón todavía que el propio Justino. Ambos actores están correctos en sus personajes, pero no destellan en ninguna secuencia de forma especial, ni siquiera en el desenlace que parece que ambos han conseguido redimir sus pecados.
Una pareja que lejos de dar miedo, hacen gracia. Afirmación, que queda rubricada con su atuendo y deja más claro que la intención del cineasta Zaragozano no era la de hacer una polémica película, más bien una entretenida y melodramática comedia con unos personajes que caen en gracia al pueblo por sus determinantes acciones de justicia contra los corruptos.
Justi&Cia es una de esas películas entretenidas y simpatica que sin nada realmente destacable en su haber podría haber sido mejor. Personalmente, yo esperaba algo más sarcástico en su argumento.
Fuente: este post proviene de Cinefilias Ocultas, donde puedes consultar el contenido original.
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